lunes, 24 de diciembre de 2007

En Navidad: Un mensaje de Esperanza

Gregorio Samsa despertó aquella mañana después de un sueño inquieto y sorprendióse en su cama convertido en un monstruoso insecto.”
- Franz Kafka, La Metamorfosis.
Kafka me regaló una novela en la que pienso cada vez más a menudo al despertar, porque me doy cuenta que soy una versión alternativa de Gregorio Samsa. Ya desperté esta temporada navideña convertido en un Grinch. Una gigante cucaracha dispuesta a arruinar la Navidad. Aborreciendo los especiales de televisión, las lucecitas que gastan tanta energía, los discos navideños de Céline Dion, los muñecos gigantes de nieve (¿Nieve en México???), a Santa Claus mismo. No encontrando felicidad al cantar la posada, muerto de claustrofobia en los centros comerciales atascados de comprandores compulsivo-felices, no sabiendo por qué la gente está en la calle con abrigo y bufanda (!!!) a pesar de que hacen unos 22 grados centígrados. Harto. ¿Qué me ha pasado? Piensa Gregorio Samsa al despertarse, igual que yo.
Don't get me wrong, amo que me regalen cosas (de hecho, anuncio que me hacen falta corbatas, gracias); y sobre todo: no puedo esperar a los canelones, la ensalada, el bacalao, la cava, la pierna y el turrón de hoy en la noche. Mmmhhhh....
Pero de eso a que ame costumbres pintadas de Coca-Cola, hipocresías propias de las cenas navideñas de las oficinas, o re-makes de la historia del Sr. Scrooge (A Christmas Carol de Dickens- ewwww), etc., etc., etc., pues NO. Todo lo que regalé a quien sí me nació estuvo hecho a mano por artesanos mexicanos. Platicando con ellos: este año la gente compró menos que el anterior. Y esta mañana navideña, bloggeando desde mi trabajo, quiero compartir una historia precisamente creada en México - hecha a mano, con mucho pulso, con mucho cuidado y dedicación (como dice la canción, y como debe ser) -.
Me disculpo este año por no poner la foto de Santa, ni de los renos, ni del paisajito nevado que tanto gusta. Les pido que hagan click en la foto y miren de cerca la cara de Manuel Jesús Córdova de 26 años, la historia navideña que Santa no nos trajo este año.

"Nunca hubiera podido dejarlo solo. Nunca" - Manuel Jesús Córdova, migrante mexicano indocumentado que salvó a un niño norteamericano de morir de frío en el desierto de Arizona.

Si la Navidad es lo que me enseñaron mis padres y maestros, Manuel Jesús sí captó el mensaje.
El cuento de Navidad de hoy es de un hombre de mi edad que tiene 7 hijos, a quien se le hace tarde para llegar a trabajar antes de que llegue la Patrulla Fronteriza. De un hombre que va buscando un mejor futuro a toda costa pero se queda una noche entera abrazando a un niño desconocido que no habla el mismo idioma que él, porque sabe que acaba de sufrir un accidente y perder a su madre, y por eso esta es una noche crucial como para abandonarlo y que muera de frío. De un gesto de humanidad que ocurre unas horas antes de una deportación. Esto sí es un cuento real. Sí sucedió.
Personalmente - y de ahí el gran valor del ejemplo de este héroe -, no sé si yo en su lugar me hubiera detenido a ayudar a ese niño gringo. Por eso, este es un genuino mensaje de esperanza a recordar: una historia simple sobre alguien que sí fue capaz de vivir los verdaderos valores que tanto nombramos en estas fechas, y que orgullosamente nació en Magdalena de Kino (Sonora, México).
Trabajo en un sitio en el que toda Latinoamérica y España es tratado como uno sólo. Un mismo territorio. Un mismo país. Eso es. Eso sí es.
(A ambos lados de la frontera, los comentarios - digamos - anti-navideños sobre Manuel Jesús no se han hecho esperar: que si esto nunca sucedió, que si es una manipulación, que este suceso a nadie le interesa, que si nos estamos aprovechando de esta historia aislada para mejorar la mala imagen de los migrantes mexicanos.
Sí señores, así es, Merry Christmas para todos Ustedes. Estoy seguro que se despertaron hoy con un árbol adornado con muchas luces, a zamparse un pavo esta noche y a cantar villancicos; pero lamentablemente no han tenido el valor de reconocer en Manuel Jesús al héroe que verdaderamente es porque como que no lo creen. Eso hace que Ustedes sean los verdaderos Grinchs y no yo, que tampoco me creo su particular manera de vivir la Navidad).
Así que hoy a ti que leíste esto, desde México te deseo de corazón que cada vez que tengas la oportunidad de ayudar a alguien, lo hagas.
¿De eso se trata la Navidad no? Sí se puede (!), lo llevamos en las venas, está en nuestro idioma. Muchas felicidades en este día. Aguas con los excesos en la cena. Te mando un abrazo enoooorme.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Te estoy Buscando en www.BLACKLE.com

"My odds are stacked. I go back to Black(le)" - Amy Winehouse
Se supone que la mayoría de los monitores utilizan mucha más energía (74 watts) cuando despliegan una pantalla completamente en blanco. En contraste, una pantalla completa en negro utiliza 59 watts.
Al usar Google, el buscador de páginas más usado en el mundo - con formato en blanco y 200 millones de búsquedas diarias - podrías estar gastando mucha energía.
Cuando usas Blackle (Cuya versión en español está disponible en http://es.blackle.com) probablemente estás ayudando al ahorro de energía global, y realizas prácticamente la misma búsqueda que con Google.
Sobre todo, Blackle es - además de mucho más elegante - un recordatorio constante de la necesidad imperativa de que ahorres energía en favor del planeta.
Presúmele al mundo que te importa tu entorno, cámbiate a Blackle. Cuéntale a todos.
Bloggeros: ojalá lo transmitan a sus lectores. http://www.blackle.com/

viernes, 14 de diciembre de 2007

¿Estamos de acuerdo?

A ver, millones de miles de billones de lectores, vamos por partes.
Aprovecho que la neta la mayoría de Ustedes pertenecen a mi entorno inmediato y que por acercarse las fechas invernales están de ociosos en sus trabajos o incluso andan echándola en la vacación, para exponer los puntos siguientes.
Ya vamos siendo más congruentes ¿no?
Después de escribir el magistral "Flaqueza", seguido de un post de apoyo publicado aquí mismo; a ver si entendían mi mensaje, ha pasado ya un tiempo muuy considerable en el que ostento una sabrosa y flamante panza cervecera y no he vuelto a mis adolescentes cuadritos. O sea ya no vale el "Híjoles pero si antes no estabas así". Ya llevan repitiéndome eso como un año. Hoy a mis 26, hace ya unos SIETE años que no hay ni rastro de un abdomen plano en mí.
Primer incongruencia: ¿Por qué seguir pidiéndome que baje de peso? ¿Acaso ven que soy infeliz? Aclaro: soy requete felicísimo. Ahora bien, argumentar razones laborales como motivo para estar en forma es un tanto absurdo. Eso de "Es que ahora de alguna manera representas la imagen de "X" marca sueca que fabrica un anillo bien fasshion y tienes que estar bien bueno" no lo entiendo. Más importante es ser eficiente o elegante no? Y la panza no está peleada con ninguna de esas cualidades, sino todo lo contrario. OK que "desafortunadamente como te ven te tratan", va OK, pero ¿cuándo me viste la capa de mugre en la jeta?
Otra, en estos días de navidad toda la gente quiere cosas gordas. ¿Qué tal una chamarrota GORDA de esas de plumas de ganso? ¿Un GORDO pavo de 35437 pechugas? ¿Un lomo de bacalao GORDO? ¿Un buen cerdo RELLENO a la mitad de la mesa? ¿Un pino acá GORDOTE lleno de esferas? ¿Qué no están esperando al PANZÓN de Santa? Yo sí.
Segunda incongruencia: Por fin carajo decídanse, ¿Les gusta lo gordo sí o no? Yo ya me decidí a mí ME ENCANTA y ahora un comercial: si eres una mujer en tus veintitantos a la que también le gusta lo gordito tons arrímate pa' acá porque conmigo te cayó la LOTTO.
Seguimos. Después de ir a mi punto máximo de saturación, decidí hacerles caso y ponerme a dieta. Soy un humano y siempre es difícil cuando una reina rubia de belleza te comenta así como que no quiere la cosa que te va a hacer sentir muy bien ir al gimnasio. Eso destantea un poco. Sobre todo si has sido además bombardeado por comentarios parecidos por parte de otras rubias, pelirrojas (you know I love you all), morenas, tu jefa china, tu jefa gringa, tu family values, el indeseable de Starbucks que se aprende tu nombre y te saluda como si fuera tu cuate, varios asiáticos, tu financial planner y hasta rubios, pelirrojos y morenos. Guac. Total que el tonto de yo decidió que sí, que el clamor general durante años lo ameritaba y que ya me iba a ir al gimnasio a fin de convertirme en la feroz competencia de Héctor Suárez Gomís.
Tercera incongruencia: ¿Quién me manda a mí hacerles caso a todos Ustedes? ¿En qué momento me pasó por la cabeza preocuparme por lo que como cuando viene la mejor épca del año en cuanto a gastronomía? ¿Cómo es posible que dentro de la euforia mi felicisimez haya permitido que una de esas recomendaciones me hiciera proponerme algo que yo ni quiero? Así que, por lo menos hasta que se acabe la cena de navidad, la cena en Noche vieja y la última rosca de reyes sopeada en chocolate este próximo enero, nos olvidamos del problema que no es problema. Yo buá comer y muuucho.
Diciembre especialmente, con sus celebraciones/atascones de Chrismukkah (Navikah) es una época en la que no vale la pena preocuparse por la panza. Menos si a uno ni le preocupaba de entrada. Total, nada que una giacca de Prada no pueda cubrir magistralmente ¿Estamos de acuerdo?

viernes, 7 de diciembre de 2007

I'm pissed off

desahogo breve y contundente ahi va: Si alguien llega a esta puta oficina primero que todos y se larga después que muchos GENERALMENTE, soy yo.
Corte a: una gorda casi cuarentona fan de Sailor Moon que dibuja pingüinos, habla como pendeja y parece luchadora quiere quitarme de en medio. Total que hoy, hace una semana y en VIERNES mi jefa llega por veintiúnica vez a las 9:00 y pregunta por mi. Obvio, la marrana fan de Sailor Moon le dice : "Uh noooo siempre llega a las nueve y meeedia". Total que llego yo guapérrimo (los viernes no venimos de traje, y neta cuando no traigo disfraz me veo retebién) a las 9:15 y me dice mi amada jefa: "SIEMPRE LLEGAS TARDE". Y yo, muy lord inglés muy educado así de"Uhm, nop. Se equivoca, pregunte o vea los registros, siempre llego temprano".
Corte a hoy, que después de una semana de llegar perfectamente puntual, llegué 9:15 otra vez en viernes. Y a mi llegada siento los ojos de TODA la pinche oficina. Menos mal que hoy me vine aún más guapo que hace 8 días. Total que estaban partiendo un pastel de Sanborns de esos que traen triple merengue, porque es cumpleaños de un wey. Gross. Total que mi jefa dice "El retrasado va a cantar otra vez". UUUTA MADRE me rompió las bolas.
Obvio hice jeta de asco cuando el cumpleañero partía su pastel y cuando se embarraba de betún se chupaba los dedos.
En fin, saben cuándo voy a llegar temprano? NUNCA. ¿Saben cuándo me vuelvo a quedar UN MINUTO MÁS TERMINANDO LO QUE SEA? en mi vida. fuck off.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Mi lista a finales del 2007

Bueno bueno, ya llega el invierno y las listas de regalos. El año nuevo y las listas de propósitos. El aguinaldo y las listas que quieren gastárselo con uno.
Sí, el hombre post-moderno vive para rankear y hacer listas de todo. Listas de libros, listas de música, listas de millonarios, listas de popularidad, hasta de chilangos (por cierto, ¿quién metió al yogui ese como Chilango del Año - hello, el wey vende una pseudo espiritualidad embotellada, posa para las revistas, vende todos los productos imaginables pero no es materialista nah para nada. Vende discos de Yoga, por Dios! En fin, a mí me caía bien antes, puedo entender que las mujeres sientan the hots por él. Pero digo, que quede claro: aquí el Chilango del año...soy yo).
Este no es uno de esos escritos que hablan de lo que hace el hombre posmoderno y se quejan, no. Esto es una ejemplo de que su seguro servidor, como hombre posmoderno que es, hará una senda lista a continuación.
Y todo porque justo ayer me dijo alguien: "Oye, he visto que has cambiado tu actitud que ya no te quejas tanto, te siento muy positivo". Ejem, ejem, qué creen? que exactamente ayer yo sentía que la negritud estaba regresándose a mi cama, sentí como que se me acababa el gustito y otra vez iniciábamos época de quejas...Hasta que oí la pregunta, "Bueno, y ¿a qué se debe ese cambio?".
Son tantas las cosas que no pueden olvidárseme, que de verdad me hacen ver la vida mejor, que he aquí mi lista de las cosas que me sacaron de la miseria y la depresión recientemente. (Obvio obvio mi familia, mis amigos están contemplados, pero bueno, hay que hacer interesante el post). Ahí les va:
1. El nuevo queso Philadelphia sabor chipotle.
Yo namás les digo: vayan a su tienda más cercana, de una vez compren cinco o seais cajitas (créanme), úntenselo a un bagel, y pruébenlo. La sensación que provoca hace que la vida valga la pena de ser vivida intensamente.
2. Mi trabajo
3. Mi prima Yolanda
Saber que me lees me da un gusto enorme. Un poco un sentido de tratar de escribir bien, con cariño y respeto pensando en que gente como tú, a quien tengo tanto cariño lee este espacio. Prima te quiero, saludos hasta La Almunia y besos para las pequeñas.
4. Mi gente bloggera
No se enojen, mi prima Yolanda obviamente es V.I.P. por ser quien es, pero gracias Gaby, Paola, Cuco, Eve, Kike, Dalx, Alexandra, Nessa, y los nuevos grandes descubrimientos: Judía soltera busca y Gigoló Ejecutivo. Por visitar y leer. Todas estas ideas sobre las listas pude habérmelas ahorrado, pero me animo a contarlas por que Ustedes están acá. Y a los que escriben, bravo y gracias.
5. Alicia Keys
A mí me vale, que se queden los otros weyes con la Scarlet Johansson. Yo me quedo con Alicia, mi futura esposa, porque es la mujer perfecta para mí. Su "No One" me despierta por las mañanas, y yo sólo me imagino ese cuerpito de hembra, refinado por esa voz y esas manos al piano...Bueno, si así toca el piano...qué barbaridad... No seguiré porque este es un blog de tono familiar generalmente. PERO QUE ME ECHEN A LA ALICIA!!!
Ah, les cedo a Scarlett pero NUNCA a Jessica Alba. She's mine too.
6. El Hostal de los Quesos
OK, si tú vives en la ciudad de México y estás a punto de suicidarte, acude de inmediato a la calle de Pilares esquina con Av. Coyoacán (en la del Valle of course). Ahi te darán una forma, tú solamente marca con una "X" la casilla que diga "BISTECK AL QUESO". Te aseguro que, después de probar tal manjar, querrás vivir hasta los últimos años de tu vejez siempre y cuando el citado restaurante no cierre sus puertas ni baje su calidad.
7. La buena vibra desinteresada
Tengo una "amiga" que fue relaciones públicas de una conocida firma mexicana que hace corbatas prehispánicas. Cuando empecé con esto de las relaciones públicas, pensé que ella sería mi ayuda desinteresada. Ja. Honestamente la quiero mucho, pero eso de pedirme anillos gratis a huevo para presentarme a editores de moda cuando nos amanecíamos estudiando para estadística y ahí estuve pa' cuando tenías que chillar está del cocol. In contrast, existen personas como Briget Jo, Cynthia y Emiliano; tres sort of guardian angels que aparecieron y de la nada, desde el principio han dado muestras de genuino y desinteresado apoyo y entusiasmo. Y prometen. Cursi as it may sound, neta gente así me hace confiar en la gente. Vero Flores también tú estás en esta categoría.
8. Mi nueva giacca de Prada
A ver, que conste que las marcas no importan y que soy de la del Valle y la giacca fue un regalo. Pero hay que ver lo bueno que se vé uno portando este tipo de delicias que alimentan al cuerpo propio y al alma de los que te rodean. Invítenme a su cena navideña pa' que pueda estrenarla.
9. Manuel Jesús Córdova
Si alguien me inspira y me hace sentir orgulloso, es mi tocayo y mi paisano Manuel Jesús, cuya historia al parecer no ha sido del interés de los medios de comunicación, a pesar de tratarse de un auténtico héroe. Hace dos jueves, Manuel Jesús - con sus 26 años y siendo padre de siete (7) niños - cruzó la frontera y entró indocumentado a Estados Unidos. Caminó ininterrumpidamente dos días y medio y se encontró con el pequeño Christopher, un niño gringo de 9 años. A pesar de que le faltaba sólo medio día para llegar a Tucson, se dio cuenta que el niño acababa de sufrir un accidente automovilístico en el que perdió a su madre y corría peligro de morir ante el frío desértico de 30 grados F. (Unos cero grados de los nuestros). Así, Manuel Jesús, cedió su única sudadera al niño, hizo una fogata y con su playerita se quedó con él toda la noche, cuidándolo y tranquilizándolo sin hablar una gota de inglés. Muy probablemente, si no fuera por él el niño habría muerto esa noche. Simplemente, una prueba más de que la condición de indocumentado no está para nada peleada con la solidaridad, la dignidad, el entendimiento y la integridad de los seres humanos. Una triste prueba de que los meejores mexicanos son los que están partiéndose la madre en Estados Unidos para darle una mejor vida a su familia.
10. Las rubias de apellido extranjero
OK, Dios creó al mundo, al hombre a la mujer y benditas entre ellas creó a las rubias de apellidos raros. No se me pongan celosas las morenas ni las pelirrojas ok?, pero es que últimamente, la Huppenkothen y la Kilyakova han demostrado no sólo ser guapas, sino también inteligentes, lindas y trabajadoras. Ojalá pudiera encontrarles algún defecto. Mientras tanto, de verdad que son una inspiración. You too Vitard, even though we all know you're NOT a natural blond. Haha
11. Things we lost in the fire.
Resulta que un día me moría de tristeza y nostalgia y que cae en mi compu una copia de esta gran película. Tres elementos me devolvieron la fuerza que necesitaba. El primero: Benicio del Toro, yo no sé si el Óscar, pero un premio de los buenos, de los que sí se dan por gente que sabe de cine, se lo lleva por mucho el año que entra. Aplausos enormes para su actuación. El segundo, Halle Berry (para que vean que las de piel oscura no tienen nada que pedirle a las rubias), qué mujer tan bella en verdad, y también qué actuación. En una de esas le vuelven a dar el Óscar. El tercero, la historia de la película: bien pensada, humana, rica en detalles, tierna, realista, arrebatadora.
12. Me stesso.
Digan lo que quieran, egoísta o narcicista. Ahá ahá, y??? Si vamos a ser sinceros, cualquier comentario sobre mi panza y mi gordura y el típico "Antes no estabas así, ya ponte a dieta" me shockean, sí; pero al final del día me hacen lo que el viento a Juárez. Mi jeta en el espejo A me sigue diciendo you're smokin' hot, y me encanta eso de poder hablar, leer, oír, sentir, pensar, soñar, comprender o escribir en diferentes idiomas a conveniencia. Sí sí, y que conste que la chamba es el número dos de esta lista: tú eres tu mejor compañía. I'm living proof.
13. Kyri
Sí, la verdad creo que debería rankear antes. Si no tienes un animal junto a ti (lo digo en el buen sentido), no sabes de lo que hablo. Pero Kyri de verdad que es una pequeña compañía que literalmente me hace sentir feliz.
14. Lo que se me olvidó
Porque estoy seguro que se me olvidaron montones de cosas que valen la pena. Porque tengo capacidad para recordarlas eventualmente y hasta aumentar la lista.
¿Qué tal quedó la lista? No tan mal no?
Update: Faltó mi iPod!
Update 2. Faltaron: Amy Winehouse y los choriquesos de la Flama.
Update 3. Eve yo lo he nombrado Succhietto con harta carne y tomate. LUCHA LIBRE EL MÍSTICO Y EL PERRO. Madfres, el curry VERDE del Mibong mmmhh...claro que obvio que EL DRAGÓN. Y cómo pudo olvidárseme el regreso de las Spice?

martes, 20 de noviembre de 2007

La Tailandia perdida y mi angustia (Angst) según Heidegger

¿Qué dije? Que no me iba, no? Bueno ps hoy no quiero decepcionar pero debo advertir que todo lo que siento ahora mismo ya ha sido dicho en el pasado por nada más y nada menos que Herr Martin Heidegger. Eso sí, me levanté muy filosófico (helloo, estoy mencionando a Heidegger en un post, miren miren qué pinche inteligente soy...). Digo igual ya habíamos descartado que estuviera aquí para hablar del hilo negro de las cosas... El caso es que estoy aquí como nos lo prometí con mis flamantes 26 años y dos días recién cumplidos. Quédense y les cuento.

Heidegger, a quien la neta creo que admiro más que recuerdo su obra, definió - si no me equivoco - esto que vivo yo como una existencia impropia. Qué bárbaro, qué certero. Hoy hace una semana, se cocinaban en la parte de atrás de mi cerebro numerosos posts taaan increíbles al más puro estilo de los mejores best sellers de superación personal, encaminados a sublimar mi renuncia del lugar desde donde ahora mismo escribo.
Así es mis amados cinco lectores, la semana pasada ya estaba tomada la decisión de renunciar, de escapar de esta vida, de prometerme - al momento de la introspección propia del cumplir 26 tacos de edad - no volver a consentir situaciones rutinarias absurdas ni mucho menos pisoteos de dignidad típicos del país asiático de donde son mis jefes.

Y así (lo cuento rápido y paso a otro tema para que pase desapercibido, porque como que me da vergüenza), segundos antes de mi renuncia, llega mi jefa y me anuncia - previo choro mareador bastante creíble - que me dará más dinero. Así que el muerto de hambre de mi ego oyó "reconocimiento, por fin!" y "more ca$h" y se encargó de estrangular a mi voz interior que tenía bien preparada mi elegante renuncia y también mis planes de una nueva vida como boxeador y masajista thai en la exótica isla de Koh Phangan, Tailandia (naturalmente).




Pasó pues el fin de semana de mi cumpleaños: de entrada la idea era no hacer nada y no gastar con vistas a un desempleo de unos cuantos meses, misma que con el aumento de sueldo se materializó en una precipitada y poco planeada reunión de domingo en la tarde en mi casa de la que salí borrachísimo. Cúlpese a Bacardi y a Jägermeister de mi muerte neuronal. No haré la broma esa sobre la maldición de la Perla Negra porque me dí cuenta que no hace gracia. Tampoco voy a usar citas de Octavio Paz para describir la manera desaforada en la que los mexicanos festejamos, pero sí, yo sí fui suicida cómo dice él en mi manera de celebrar y tuve cómplices (gracias a los que fueron, perdón a los que no les pude ni avisar, se les extrañó).
Por si alguien no lo sabe, aún vivo con mis padres. Ouch...y pensar en esos maravillosos bungalows tailandeses con vista al mar a tan sólo unas horas de Bangkok para mí solito. En fin, las condiciones macroeconómicas de mi país (haha, no tengo idea qué son pero suena bloggero), la suerte y la costumbre a la comodidad del hogar familiar impiden a la mayoría de los de mi generación idependizarse e irse a vivir a un loft amueblado y equipado con roof garden y esas madres. El caso es que a mis 26 recién cumplidos mis padres se indignaron con mis gritos de borracho. Aprovecho para defenderme: hacía dos años que no tenía celebración alguna, estaba en mi casa, y casi no había colados, o sea que cualquier daño a mi imagen ocasionado por la bebida está a salvo entre mi gente. Dicho de otra manera: ya parece que voy a quedarme con las ganas de beberme una cuba más o dos o tres: a vivir que son dos días.


Y eso nos devuelve a Heidegger. A "estoy aquí, en esta oficina que ni me gusta, con estos asiáticos y ahora qué hago!!!".Y sobre todo: volvemos a "No estoy tragándome un Pad Thai con camarón en la arena de Koh Phangan al lado de una exótica y amigable nativa con su bra de cocos, que está sonriente acomodando la sombrilla pa' que no me queme el sol y muere por que le permita darme un masaje (thai) después de cada entrenamiento de boxeo (thai)".

No estoy haciendo algo que me gusta. ¿Y luego?

Ich habe Angst.Viel Angst. Mucho miedo. Qué pasará... La angustia heideggeriana me invade. Mucho. Lo bueno es que, si entendí bien, es precisamente la crisis, la angustia, las ganas de romper la puerta de esta oficina; lo que te saca de la existencia impropia y te sube a un avión one-way con destino a Koh Phangan, donde los monjes budistas te esperan ya en el aeropuerto para llevarte en tuk-tuk a tu retiro de silencio y meditación, que borre de una vez por todas las vocerradas que descalzo y borracho pegabas el domingo mientras cumplías 26, quemándote irremediablemente ante la fina sociedad que abandonarás para convertirte en la primer estrella mexico-española de muai thai kick boxing.

Seguiremos informando.

Ah...mi Tailandia querida...

viernes, 9 de noviembre de 2007

Se llama Orlando Jonathan Hernández Madrid

Estoy orgulloso de todos mis amigos.
Pero estos días, mi amigo Rodolfo me tiene más orgulloso que todos los demás. Me hace sentir privilegiado por enriquecer mi entorno y formar parte de mi vida.
Si caíste en este post, te invito a leer esto que escribió él, una vivencia con toda la fuerza conmovedora de quien vive atento y con intensidad, y que tiene un objetivo más que el informar: el persuadirte a moverte, a que te revuelvas, a que ayudes, a que hagas algo. Por favor léelo. No va a tomar mucho tiempo.

Así empieza Rodolfo Córdova su relato:

John Doe es el nombre que se utiliza usualmente en Estados Unidos para referirse a aquellas personas que carecen de identidad, que no tienen nombre ni apellido. De Nadie hace referencia a un documental dirigido por Tin Dirdamal, que retrata la realidad de los miles de migrantes centroamericanos sin papeles, que carecen de identidad y buscan llegar a Estados Unidos.
Miles de migrantes mexicanos y centroamericanos mueren al tratar de cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, miles más mueren en México. Enterrados en fosas comunes varios millares de John Doe’s y De Nadie’s están ahí ahora, mientras yo escribo estas líneas y tú las sigues...
Para seguir leyendo, haz click aquí.

viernes, 2 de noviembre de 2007

¿Y si sí? (Y si aquí estás, esto, como todo lo mejor que hago, va por Ti)

"Calaveras de azúcar o de papel de China, esqueletos coloridos de fuegos de artificio, nuestras representaciones populares son siempre burla de la vida, afirmación de la nadería e insignificancia de la humana existencia. Adornamos nuestras casas con cráneos, comemos el día de los Difuntos panes que fingen huesos y nos divierten canciones y chascarrillos en los que rie la muerte pelona, pero toda esa fanfarrona familiaridad no nos dispensa de la pregunta que todos nos hacemos: ¿Qué es la muerte? No hemos inventado una nueva respuesta. Y cada vez que nos la preguntamos, nos encogemos de hombros: ¿qué me importa la muerte, si no me importa la vida?"
Octavio Paz, El laberinto de la soledad

Me pongo a escribir porque acabo de rezar y hace muchísimo que no rezaba. Acabo de cantar y hace muchísimo que no cantaba. Acabo de llorar, y hace muchísimo que no me rompía y chillaba.
Me confieso: hace poco escribí una mentira. Escribí que no tenía ya miedo a los aniversarios luctuosos. Me equivoqué. En ese aspecto, aquí sigue la ausencia, ese vacío que llena el tórax, que se siente en y por todos lados, ese instinto suicida de querer morirse pronto también, a ver si así puedes reunirte con tu ser perdido.

Un día como hoy toda la vida, cada año, puse una ofrenda de muertos con mi abuela.
Ella me transmitió el amor por esta fiesta. Siempre acostumbraba poner en un plato transparente, agua y aceite. Compraba unas cosas que se llaman "mechitas", que son corchos que al flotar, sostienen pabilos que mojan su parte de abajo en el aceite. "Es para ms muertitos" me decía. Todavía el último año me encargó comprar y poner las mechas que ella quería ofrecer de manera especial a su hermana, mi tía Isabel, que recién había muerto.
"En este día, Dios permite a los muertos bajar a estar con nosotros", me explicaba con la pasión que no le faltó un sólo segundo mientras vivió. Amaba las calaveras, la catrina, el rosa mexicano, el chocolate, el papel picado, el amaranto, las flamas de las velas, el aceite y el agua, la mezcla de todo lo anterior.
Y entonces hoy puse, para ella, una ofrenda.


Comprar las cosas, acomodarla, prender las mechas, fue estar con ella. Fue reír con sus recuerdos, siempre felices para mí.

Prendí al centro las mechas de aceite.
Y entonces pensé
...¿y si sí estás aquí, de verdad? ¿Si este día te dieron permiso de venir a verme, y volvimos como siempre a poner la ofrenda juntos?
Habrá sido el aroma suave del copal y el carbón humeante lo que provocó esta reacción. Ese dolor dulce que oprime la tráquea cuando se siente algo fuerte me empezó, y entonces no supe otra cosa más que rezar. Recé como ella me enseñó. Le recé a un dios en el que creo que no creo. Pero le recé con fuerza, por si ella estaba aquí. Por si en una de esas tenía razón y ese dios existe. Le pedí que me la cuidara bien, y que por favor, me reuniera con ella un día.

Ya van a hacer tres años y hay tanto tanto que se perdió. Y otra vez pensé ¿y si sí está aquí? Caminé rápido hacia el espejo, a arreglarme el pelo para verme lo mejor posible. Ella que no veía, siempre dijo que cuando muriese iba por fin a poder verme y tenía muchas ganas de ver cómo soy ahora, de grande. Y entonces pensé que podría también oírme. Qué bueno que estoy sólo y soy el ún
ico aquí, porque me paré y en frente de la ofrenda, canté pedacitos de canciones que me salen bien.
Y así creí que estaba aquí. Lo juraría. Está o estuvo aquí. Ahí es cuando lloré. Lloré por volver a estar con ella. Lloré por no poder tenerla siempre. Me entró fuerte el sentimiento.

Aprendí bien lo que ella me enseñó. Porque aquí estoy, un 2 de noviembre, honrándola a ella igualito que ella honraba a los suyos.
Porque este 2 de noviembre, ella está aquí junto a mí.

martes, 30 de octubre de 2007

Ya

"Yea, so it was, and so 'twas just. It was His own, it was not mine, Far be it that I should repine; He might of all justly bereft But yet sufficient for us left..."
- Emily Dickinson, Upon the burning of our house
Hoy se acabó.
Hoy voy a dejar de quejarme. Voy a volver a empezar a escribir. Lo siento, tenía este espacio abandonado, y la excusa era siempre que estoy pasando un mal rato en el trabajo, en la familia, en los amores, en la salud...Y ya. Los problemas siguen pero yo ya terminé de usarlos, de ponerles atención. Fin de la excusa. Fin de la historia.
NO: más bien principio de la historia.
Defintivamente, estoy en periodo de pruebas. Por todas partes, la vida está tirando de mis cuerdas más sensibles, estirando, estirando...pero yo, ahi voy, afinado. Tranquilo. Bien. El cúmulo de "cosas que podrían estar mucho mejor" al final se agradece. Gracias a eso voy siendo paciente. Voy descubriendo que sí hay ética y fuerza. Ya no me da miedo el 26 del próximo cumpleaños, ni los aniversarios luctuosos, ni las navidades, ni el despido de mi jefa, ni el plantón a la hora de la cena. Que venga. Que me encuentre. Me tardé casi veintiséis años en darme cuenta que no hay necesidad de explicarme todas las cosas que suceden.
Sólo pasan y ni modo: sean lo que sean se viven intensamente. Sólo son, y conviene dejarse atrapar por ellas. Sobre todo, dejar de etiquetarlas. Dejar de tener categorías para analizarlas y clasificarlas. Dejar de tener listas de "cosas que podrían estar mejor", porque hay también hay "cosas que podrían ser mucho peor".
Hoy se acabó la queja, porque dejo de etiquetar lo que me pasa. Y no es ni fortuna ni desgracia, sólo es. Madres qué filosófico soy. El estar en contacto con solteros de toda Latinoamérica me ha hecho ver que todos estamos obsesionados con etiquetar. Y con etiquetar las etiquetas.
Es que qué somos. Es mi novia, mi amigobia, mi paliacate, mi mujer, mi amiga, mi compañera, mi free... Y si es mi novia qué clase de novia, novia bien, o novia temporal, o novia escalón, buena novia o mala novia o novia pa' casarse...Bueno
¿y si no le ponemos nombre y simplemente lo vivimos???
'Taría bueno hacer el experimento no?
Los títulos son títulos. Puras palabras sueltas. Etiquetas de hueva. Muy limitadas para describir la compejidad de cada relación humana, única y distinta atodas las demás; de cada circunstancia, de cada motivo. ¿Qué tal si dejamos de definirnos? Si dejamos de ser fresas, itamitas, chilangos, gringos, nacos, deportistas, colmecas, fumadores...Si dejamos de tener buenas chambas, buenos relojes, y sólo tenemos trabajo y relojes...estén como estén.
La neta, por eso me encanta el término soltero. Pero la palabra soltero no está pintada de nada, no tiene connotación (tan casado es el que pone el cuerno como el que no, en cambio el compromiso de un soltero es el básico y vital: para consigo mismo), al fin y al cabo, todos llegamos a esta vida solteritos. La neutralidad de la palabra soltero me seduce. Es un estado inescapable que representa esencialmente riqueza plena de potencialidades.
Con que así voy, soltero por la vida. Si pasa pues que pase, y si no...siempre estará este blog pa' contar cosas,no? ¿o ya se me fueron después de tanto tiempo? Por acá nos vemos estos días, ya no hay pretextos pa' no escribir, lo prometo. Palabra de soltero.

martes, 9 de octubre de 2007

Martha Higareda me mordió (tres veces)

Y hasta soy su víctima.
Se vale soñar ¿no? Amo facebook.

jueves, 4 de octubre de 2007

De Fashion

"Para mí, un chaval de pueblo, vivir en la ciudad era vivir en un lugar donde los sueños se cumplen...En vez de pastos había bares, y conciertos; en vez de campesinos fotógrafos, y cineastas...Y en vez de silencio, había música..."
Nacho Cano

"Everybody look at me, me, I walk in the door you start screa-ming.."

Nelly Furtado

Una de las cosas que más me han fascinado siempre es el concepto de embajada. Me encanta pensar que al visitar una estás pisando oficialmente territorio de otro país, estás oficialmente abandonando un territorio y cruzando una especie de frontera para llegar a otro. Y te sujetas a sus leyes. Me gusta imaginar que – bien organizado y un día que no haya mucho tráfico – se puede en un mismo día estar en Canadá, China, Brasil y Turquía, haciendo de repente pausas para comer unos tacos en cualquier esquina.
Cuando me gané el Rival Más Débil, me compré por capricho una playera caríiiiisima, como de rockstar negra estampada al frente muy a lo Antichrist Superstar, pero con aplicaciones de hilos negros que le cuelgan. Increíble (según yo). Sólo me la puse tres veces, y desde entonces nunca más encontré un lugar adecuado para usarla.
Así que ayer, cuando después de un buen día de descanso leí mi correo y ví una invitación al DFashion, supe que me estaban regalando el pasaporte para salir de México un rato, cruzar una especie de frontera y entrar al encantadoramente asqueroso mundo de la moda (Primavera/Verano 2008). Era ahora la oportunidad perfecta para ponerme lo que me viniera en gana, total: todo hace moda y a la tierra que fueres, haz lo que quieres. Antes de abandonar México, mi madre me dijo “oye ese arete negro te lo quitas ahorita, cuando estés ahí adentro te lo pones y al salir te lo vuelves a quitar eh”. (¡!!!)
Y así andaba yo.
Una especie de wannabe rockstar fashionista y/o metrosexual de la Colonia del Valle-Centro, feliz a ver a todos posando. Mujeres guapérrimas, argentinos competencia, mugrosos neo-punk, hipsters, viejototas mamonas, prendas brillantes, accesorios chingonérrimos, neo-preppies, músculos, huesos, payasos vestidos tipo Heatherette re-feos... Todo y todos en perpetua pose.
Nunca había estado en un evento así y me llevé dos sorpresas: 1. Definitivamente en México sí existe la moda – moda bien hecha y organizada - y de hecho hay muchos fashion victims, lo que pasa es que en mi mundo corporativo nunca me los encuentro y 2. Conozco a más gente en esos círculos de la que pensaba, temía estar solapa todo el rato pero ni bien llegar ya estaba saludando a un par de conocidos.
Me encantó el desfile de
Morgana, firma 100% mexicana que diseña solamente en blanco y negro (o sea lo mío), y hubo un par de chamarras usables que vi en pasarela que se han convertido ya en mi nuevo objeto de deseo. Muy recomendable para quien quiera apoyar la buena moda mexicana, además de que Emiliano y Mauro, dos de las mentes detrás del espectáculo, se portaron como excelentes anfitriones.
Y así adopté a mi manera esa maravillosa corriente fashion que invita a mezclar y combinar estilos, y - entre flash y flash; y conversaciones pre-grabadas tipo “mucho gusto soy la editora de washaguá /besito muá muá/, te prometo que tu empresa va a la portada de mi revista qué chido concepto te prometo que te shamo o te e’cribo sale bye” - me dejé llevar por el eclecticismo alcohólico y me eché mis Stolichnaya, martinis de Canderel, martinis Hershey’s (mmmh), chupes de tequila, chupes hechos con Perrier, y en general todo aquel vaso mamuco que me pusiera un mesero en la mano cortesía de los generosos patrocinadores. Y no aluciné: entregué unos cuántosanillos
a celebridades y se lo presenté a muchísimos socialités que conocía por las revistas que lee mi madre (la neta, todos se ven mucho peor en persona), y me la pasé muy bien con dos viejos amigos que resulta, ahora son pareja.
Al final, ya sin pasaporte, me di cuenta que había perdido mi arete negro al querérmelo quitar , y así tranquilo me dispuse a regresar a las calles de México…

miércoles, 26 de septiembre de 2007

¿Dónde estás?

"No sé muy bien el qué pero he perdido algo. Lo que es seguro es que no está aquí,
Quizá mañana lo siga buscando. Y a cada paso que doy algo me voy dejando..."

Tengo apenas 25 años, y ya te extraño.
Extraño al que cantaba, al que lloraba aquí mismo si hacía falta y sin importar si alguien está alrededor o no, al que desoía las reglas, al que festejaba cada cosa pequeña.
Definitivamente no estás. Te me fuiste. Y deberías seguir aquí.
Hoy tenemos muchas cosas que soñabas: tenemos muchas camisas, tenemos un cuarto para nosotros solitos, tenemos una MacBook nueva en la que podemos ver cualquier película (al final sí nos compramos la película del Rey León), tenemos cigarros y encendedores chidos, tenemos dinero para todas las donas que queramos y una cámara de fotos que no necesitan revelarse, coche - con música - para ir al Auto-Mac a pedir lo que nos dé la gana.
Tenemos cosas que contar: salimos con misteriosas y guapísimas editoras de revistas, fotografiamos celebridades, hacemos viajes mamones de fin de semana, escribimos y nos leen.
¿Te me escapaste, o te maté yo?
No me acuerdo exactamente del momento en el que te dejé tirado, si es que eso ocurrió. Del instante en el que "crecí", en el que envejecí. Si lo supiera con certeza saldría a buscarte, a ver si queda algo de ti, si estás inconsciente en alguna acera del mundo y todavía puedo aplicar una maniobra de RCP y recuperarte. Ver si tu pérdida es reversible y si es así, ver cómo recuperarte.
Te enseñaría nuestras tarjetas de presentación (tenemos dos chambas), te enseñaría el coche, la gente, y todas esas cosas que en teoría deberían de hacerme sentir un hombre animado y feliz. Seguramente tú, sabrías darme el enfoque que necesito para estar satisfecho y pensar de corazón todo el tiempo que soy afortunado.

Extrañar es implícitamente, estar agradecido. Saber que se fue o se tuvo algo, que ya no es o no está hoy. Sentirse privilegiado por haber tenido en algún momento un acorde de una excelente canción.
Hoy con extrañeza encuentro que me extraño. Me echo mucho de menos porque antes nunca me hubiera permitido pasar un día como hoy. Mi yo anterior tenía el valor de buscar siempre el lujo de la intensidad de vida.
Pero no encuentro ni siquiera, dónde estaría el cementerio de mi yo joven. No sé hacia dónde caminar para ir a honrarlo, a contarle cuatro cosas a su tumba. No sé qué espíritu podría suplantarlo para devolverme las ideas útiles. No quiero pensar que su ausencia es culpa mía: literalmente, no podría perdonármelo.

jueves, 6 de septiembre de 2007

- You're welcome Jennifer(s)!!!

I'm sorry, I gotta write this one in English, let's face it: not that many people read me and most of you Spanish readers can understand it. Save your e-mails, this won't become a blog in English, it's just this time...
It's time to reveal why lots of world-famous couples owe ME big time.

It all began in june 2003, when my favourite song was the remix of 'Ignition' by R.Kelly, the first day I arrived in Prague. I was alone drinking an excellent glass of beer in the street, when I heard some Mexicans. I didn't know what to do that night, so I instantly talked to them: they wanted to go to La Bodeguita del Medio for a drink.
At first I really didn't want to go: what's the point of being Latin and going to a Cuban restaurant that I've visited many times back in Mexico City when I am in Prague??? Fortunately, my loneliness pushed me to go with them.
Little did I know then that my decision would change the lifes of the most famous celebrities of that moment, and would impact positively the pockets of hundreds of tabloids, media and paparazzi around the world. [You people owe me big time too - You're welcome bastards!].

Anyway, while sipping a nice mojito in Prague (!), one of the Mexican girls said all of a sudden: Hey, is that Matt Damon???
We turned to see the table beside us, and before we could say anything she'd already moved to ask with the strongest Spanish accent I'd ever heard: "Essquius me, what is yur naim?"
The guy turned and replied "Matt".
- "Mat Daymonn?"
He laughed and said: "Matt Damon".

I instantly knew I HAD to have a picture taken. Nobody would believe my story if I didn't have the pic to prove it. So I grabbed my camera and - followed by the crowd of Mexicans - approached him. More or less, here's the dialogue:
- Matt, you probably get this all the time, but I'm Mexican and I really have to have a pic taken with you, otherwise nobody will believe I met you.
- Sure, no problem, can I have a cigarette?
- Of course. [I opened my Marlboro light packet]
- Thanks, and another for my friend? [Bald fat friend takes a cig] So, what are you doing here in Prague?
- I'm starting summer school at the University of Economics next monday, what are YOU doing here?
- Sounds very interesting...I'm filming a movie.
- That sounds interesting. By the way, I loved 'Dogma'.
- Thank you, where did you say you're from?
- Mexico. I'm from Mexico. Matt you gotta ask your friend Ben to stop dating Jennifer Lopez. She's no good for him, and that's what friends are for. You gotta advise him.
- [Laughing] Yeah, I guess you're right, I will tell him.
- And if anybody ever asks if you're friends with a Mexican guy you met in Prague, say yes.
- I will.
Here's the pic.

The next day, at an internet café I loved called the Bohemian Bagel, I met two Canadian girls who even offered to buy the packet of cigarettes from me. Pretty wild. I gave it to them for free.

Months later, back in sunny Mexico, one day I turned the TV to watch E! News. They were saying that 'Bennifer' was over because Matt had advised his old friend Ben (Affleck) to reconsider his relationship with J-Lo.

Now you know how this all began. Now you know the mind behid the famous people in Hollywood. Check dates. It all coincides. Many people don't believe me, but fortunately there were many Mexicans around me who witnessed that it was me the one who made it all happen through my old friend Matt.
He was recently in Mexico City to promote The Bourne Ultimatum and much as I'd have liked to, I couldn't give him a call
. He didn't call me because he saw the picture above and was a bit upset about me looking way hotter than him.

Nowadays Ben Affleck is happy together with Jennifer Garner, and I think they even have a son or a daughter.
Jennifer Lopez is now happy together with Marc Anthony. I'll probably never watch 'El Cantante' though.
Dayanara Torres, Marc's ex-wife is now single (an proud).
I saw her recently at the Miss Universe contest: she's absolutely stunning. I felt happy of having helped that beautiful woman get rid of Skeletor. I mean, Marc Anthony.

Well, it was about time everybody knew. And now if you excuse me, I gotta go make Katie break up with Tom.

domingo, 26 de agosto de 2007

Lauren is my homegirl...

Una encuesta reciente mostró que los estadounidenses no pueden encontrar los Estados Unidos en un mapa, ¿por qué crees que ocurra esto?

"Personalmente creo que los americanos de E.U. son incapaces de hacerlo porque, uhmmm, algunas personas ahi afuera en nuestra nación no tienen mapas y uh, creo que nuestra, yo, educación así tales como uh, Sudáfrica, y uh, el Irak, todos los lugares como tales como, y yo creo que ellos deberían, uhhh, nuestra educación aquí en E.U. debería ayudar a los E.U., uh, debería ayudar a Sudáfrica, debería ayudar al Irak y los países asiáticos para que así seamos capaces de construír nuestro futuro, para nosotros."
- Lauren Caitlin, Miss Teen South Carolina, 3er lugar de Miss Teen USA 2007

sábado, 18 de agosto de 2007

PERÚ te necesita

Tú, como yo, no sabes.
Tú no puedes imaginar la tristeza que debe ser ver tu país destruido y sin comida ni agua, encontrar y reconocer los cuerpos muertos de tus seres queridos y no poderlos enterrar porque has perdido todo y no tienes dinero para comprar un cajón. No lo sabes.
Y por eso mismo, agradece a la vida y echa una mano a Perú. Existe gente que se siente solidaria con la tragedia que se apodera de este país, pero antes de enviar algo tiene que darle de comer y vestir a su familia. Si a ti te sobra algo para dar, si tu sí puedes, date cuenta la gran bendición que es el tan sólo tener el privilegio de estar en posición de ayudar. Si es así, solidarízate pronto. Bloggeros, transmitamos la siguiente información:
El Consulado General del Perú en México ha abierto una cuenta para recibir donaciones económicas en el banco HSBC, a nombre de “Sismo Perú 2007” Nº 4035703099.
Un centro de acopio se encuentra en la Embajada del Perú en México, con dirección en la calle Paseo de la Reforma Nº 2601 (Lomas de Reforma) Delegación Miguel Hidalgo, C.P. 11020 en el D.F. Estará abierto indefinidamente de lunes a domingo de las 9:00 a las 16:30 horas.
Lo que se necesita es:
TECHO
- Carpas Multifamiliares
- Módulos de madera pre-fabricados
- Calaminas o planchas de zinc
- Bobinas de plástico
- Camas plegables
- Botellas/Bidones de Agua

ABRIGO
- Frazadas
- Bolsas de Dormir
- Ropa para adultos y adolescentes
- Ropa para niños

HERRAMIENTAS
- Palas
- Picos
- Carretillas

MEDICAMENTOS Y SALUD
- Pastillas Potabilizadoras
Halazone (carboxibencenosulfurodidonamida) en presentación de botellas de 100 tabletas Potable agua o Globaline (hidroperiyoduro de tetraglicina) en presentación de botella de 50 tabletas
Aquatabs (dihidroisocianato de sodio) en presentación de tira por 50 tabletas
Chlor-floc (diclorostriacinetriona de sodio) en paquetes de 10 tabletas
- Cloruro de Sodio 0.9% en frascos de 1000 ml
- Poligelina o gelatina succinilitada 3.5% en frascos
- Dexametazona 4mg/ml en ampollas
- Diazepan 5 mg en tabletas- Diclofenaco 25 mg/ml x 3ml en ampollas
- Lidocaína clorhidrato 2% S/E en frasco de 20 ml- Paracetamol 120 mg/5ml en frascos
- Paracetamol 500 mg en tabletas
- Dicloxacilina x 500 mg en cápsulas- Dicloxacilina 250 mg/5ml en frascos- Ibuprofeno 400 mg en tabletas
- Ibuprofeno 100 mg x 5ml en suspensión
- Adrenalina 1 mg/ml en ampollas- Dextrosa 33.3 % / 20 ml en ampollas

INSUMOS
- Algodón medicinal rollo x 500 gr en paquetes
- Cateter Intravenoso Nro 18
- Cateter Intravenoso Nro 22- Cateter Intravenoso Nro 24
- Micro gotero
- Equipo de venoclisis
- Esparadrapo antialérgico 5 x 4 a 5 mt en conos
- Gasa estéril
- Guantes estériles
- Guantes de exámen
- Jeringas descartables 5 cc c/a Nro 21 x 11/2
- Seda Negra 3/0 C/A Cortante- Vendas de Gasa 4 X 1 mt
- Vendas elásticas 4 x 5 yardas- Vendas elásticas 6 x 5 yardas
- Yodopolividona 10% x 1000 yardas
- Extensión DYS

miércoles, 8 de agosto de 2007

De la comunicación

Hace muy poco, fui testigo durante una madrugada de alcohol de una "conversación" entre dos amigos míos. Era algo más o menos así (no miento):
A: No, si yo dejé a esa vieja por mi novia, es que de verdad quiero a mi novia.
B: Y yo lo que soy en esta vida, es un wedding crasher. Es lo que soy.
A: Claro, porque "X"es una gran gran mujer. Y si yo dejé a esa gran mujer por mi novia, es que quiero a mi novia.
B: Mira, cada quién su vida. Yo personalmente, la neta lo que soy es un wedding crasher.
Y así ad náuseam...
A partir de ese evento, al que no sé cómo llamar (diálogo no alcanza a ser), me quedé sumido pensando en cuántas conversaciones - ya serias, sin alcohol - he tenido así en mi vida. A los niños se les nota más: no reciben de la conversación más que aquella parte que les interesa. La publicidad domina esta condición de aislamiento en la que vivimos todos.
Me sentí solo.
Dudé si alguna vez realmente alguien genuinamente deseó escuchar - completamente libre de sus propios intereses - algo que yo necesitaba escupir. Me pregunté si alguna vez he escuchado a alguien porque había que estar y escuchar, o más bien porque el mensaje o la persona tenían algo que me interesaba o reafirmaba mi yo en algún aspecto.
Sentí de repente que quizás a lo más que somos capaces de aspirar como humanos es a chocar unos con otros, y a creer que nos estamos comunicando, cuando lo único que ocurre es una serie de disparos ordenados de ideas que necesitas sacar de tu sistema y ver cómo se impactan en los oídos o los ojos de "interlocutor", y asumir que el otro de verdad nos está escuchando y no nos está ametrallando con sus ideas.
Y entonces ahora mismo, me estoy preguntando, ¿por qué coño estás leyendo esto???

sábado, 21 de julio de 2007

El refrán que más me gusta...

"Io canto: le mani in tasca e canto, la voce in festa e canto, la banda in testa e canto, la vita intera canto... Corro nel vento e canto, io canto la vita intera , canto Io canto "
El pájaro canta aunque la rama cruja,

como que sabe lo que son sus alas...

domingo, 24 de junio de 2007

La niña de Bulgaria

Estoy en Praga, es una noche del año 2003. Llevo puesto un par de jeans pegados a los muslos - mis termómetros personales de éxito: sólo en épocas de felicidad los he tenido fuertes - porque entonces convenía mostrar que parecían reventar; y una camiseta de manga larga azul arremangada, que para esas alturas nocturnas ya está empapada y tiene una mancha de sudor a la altura del esternón justo arriba de donde hoy hay panza cervecera. El pelo, otro símbolo personal de prosperidad, va húmedo meciéndose ante el humo de los cigarros más baratos que he comprado en mi vida. Las piedras amplias de la calle praguense me hacen enderezarme al caminar y convertirme en yo a la décima potencia. Nadie me ve, pero esta noche en esta ciudad, soy un nudo de sueños que camina.
Esa tarde había llegado a la parada de Chmelnice, cargando mis cosas en el tranvía, me había peleado con una checa en checo para finalmente entrar a mi habitación del Kolej Jarov B y echarme un clavado por los mencionados pantalones entre el mar de cosas en la maleta. Abajo, conocí una semi-diosa checa que me regaló dos boletos para el tram, lo tomé hasta el Staré Mesto, sentí la amenaza de lluvia sobre el párpado al ver en persona por primera vez el reloj astronómico, bebí una cerveza en la calle, conocí a Matt Damon en la Bodeguita del Medio, y disimulé mi muerte bailando lo más estilero posible frente a los ojos de las inocentes bellezas checas que además sonreían al escuchar I'm from Mexico, mientras sorbía del popote de vasos mezclados con absynthe en el útlimo piso del muy turístico Karlovy Lazné.

Es una noche perfecta para olvidarme de mi propia esencia. Una noche en la que empieza uno de los grandes sueños de mi vida: pisar por fin la capital checoslovaca, de la que tanto he leído, y a la que antes de estar ya conocía como la palma de mi mano. Una noche en la que tengo 21 años y estoy de intercambio. Una noche para aprovechar la euforia y por fin ahogar en el Vltava todos mis sueños artísticos sin sentirlo.
Hace ya dos o tres años que por alguna razón dejé de escribir: estoy convencido que ni modo, si algo me ha tocado ser en esta vida, no es escritor, ni cantante, ni escultor. Implícitamente, frente al reloj estoy acabando de creer que vine a este mundo a ser un ejecutivo de alto nivel.
Voy saliendo de los arcos de frente al reloj de la plaza vieja hacia Vaklavske Namesti, yo solo, medio borracho, medio cansado, medio con miedo. Está obscuro, y la primer sombra en el primer rincón más iluminado - gracias a un puesto de giros griegos y una pizzería - es de una mujer delgada y bajita.
Trato de apretar el paso por si acaso pero ella me toma del brazo. No es ni la mitad de guapa que las checas que vengo de atascarme en el antro: lo que me hace fijarme en ella es esa sensación - digamos "patética" - en la que el punto central de la atracción es la compasión. Fijo atónito la vista y me quedo asombrado: es una niña como de 17 años, muy morena, con un pelo muy negro ligero, y algo encantador en la cara. Frágil, lleva puesta una camisa corriente de terciopelo negro, al parecer arreglada para mostrar el escuálido y poco abundante escote. Mi combustión interna, hace que el tacto de su mano se sienta helada como las noches invernales en Sofía.
De repente, de sus labios escapa una palabra frenética con marcado tono de pregunta: ...Blowjob?
Este no es un relato lejano ni un libro: por primera vez, en carne y hueso, la explotación sexual comercial infantil me tiene agarrado del brazo, me toca. No sé por qué nunca le hablo en inglés. Quizás es la cobardía de escuchar de viva voz una tragedia en un día que tenía que terminar sólo en una cruda. O igual quiero experimentar cómo es una comunicación a señas entre dos personas que hablan lenguas distintas. Tal vez el mismo alcohol. Jamás le hice ver que podía hablar inglés, y siempre me comuniqué con ella en español. Incrédulo escucho: Blowjoooob, seeex. Algo dentro de mí se parte, no quiere pensar lo que oye. Este pequeño ser que me tiene prendido por el antebrazo es al mismo tiempo niña y prostituta. Busco con la vista al cabrón responsable de esto, y sólo veo a otras dos niñas como ella - sus amigas -, mirándonos. For iu fifty crawns me dice. Todavía no tengo asimilados los valores ni los precios, pero de inmediato me doy cuenta que 50 coronas checas son poquísimos pesos. Como ella piensa que no entiendo, abre la boca y con las dos manos simula hacer el acto que me ofrece. La idea de un pene extraño en la boca de esta niña a cambio de dinero es tan atroz y devastadora que sacudiéndome su mano del antebrazo, camino. Me alcanza: Just fifty crowns yes? Pienso en todos los malnacidos que han encontrado a esta pequeña y no me lo explico. Se ve niña a leguas. Me detengo. En español le pregunto con un poco de desesperación ¿Por qué? ¿Por qué tú tan bonita haces esto? ¿Quién? ¿QUIÉN?¿Quién [señalo alrededor] te está obligando a hacerlo? No contesta. Al parecer entiende lo que pregunto, y no contesta.
Tú bonita. Síii tú. Tú - Bo-ni-ta. Su semblante cambia, y curiosa pregunta ¿Krasiva ?? Se señala a sí misma, lo recuerdo perfecto, como que suspira y confundida pregunta ¿Krrasivvaa???? Entonces comprendo que hace mucho que esta persona no recibe un cumplido bien intencionado. Le digo que sí con la cabeza. Me doy cuenta que con nostalgia aprecia cómo la caricia de la palabra de un extraño la está tocando en otro idioma: el español. Mi español. [Me señalo el pecho] Yo México. Mee-xi-coo. [Señalo con cuidado hacia ella] ¿Túu?
Ella mira hacia adelante sin fijar la vista, toma aire, lo suelta y casi al final de la exhalación, como quedándose sin aliento, dice en voz baja: Bulgaria...
Como en una máquina tragamonedas, van bajando las imágenes de búsqueda dentro de mi cerebro: Searching...Bulgaria. Ruedan conceptos parpadeantes: leche, lejos, yogurt, flautistas, jodido, ópera... La última idea que se estaciona, es la lista de países y capitales que mentalmente puedo recordar perfectamente: un papel cuadriculado, mi letra de niño en tinta azul y roja: Bulgaria – Sofía. Estudio Relaciones Internacionales, debería saber algo más, pero esa es toda la información que en ese momento tengo sobre ese país.
Ella es la primer búlgara que conozco en mi vida.
Entonces, tengo una de las mejores ocurrencias de mi vida: hacerle ver que no soy cliente potencial e invitarla a cenar a esas horas de la noche. Lo capta perfecto. Pienso que me va a costar trabajo, que no va a querer, que va desconfiar de mí, que va a tener miedo de que el proxeneta se dé cuenta. Corre hacia las otras dos, seguro a pedirles que estén pendientes por cualquier contratiempo que mi invitación pudiera causar. Mientras, el que desconfía y vacila un momento soy yo: de repente me pregunto si esta no va a ser una de esas historias que al contarlas la gente te dice no mames cómo se te pudo ocurrir... Clara y afortunadamente ella tampoco sabe mucho de mi país, no le han llegado los rumores de la delincuencia. Regresa fumando. Mi intención primera es quitarle el cigarro, pero de pronto me doy cuenta que no es mi papel y no puedo juzgarla.
Vamos hacia la pizzería, tres o cuatro pasos y ya estamos, en el mostrador le pido que señale cuál quiere. You pay sure??? Escoge una rebanada con aceitunas. Yo escojo la mía. Por cierto, el checo que atiende es grosero, malencarado, avienta el vuelto; muy desafortunadamente él es parte de este recuerdo tan vívido y siempre lo recordaré como un pinche cretino malmodiento.
Siento cómo ella se sienta considerablemente lejos como buscando proteger un espacio vital muy grande, como por si acaso, y lo respeto. Me da tristeza, parece un animal comiendo: tiene mucha hambre. Entonces empieza una especie conversación simbiótica en la que le cuento cosas y me desahogo, sabiendo que no va a entenderme. Ella, con la boca llena de comida, ríe estridente como prostituta y habla cosas en búlgaro. Me suena vulgar de alguna manera. Nunca me queda claro si quizás me está insultando. Creo que no. Ríe y ríe con el pelo en la cara. Se acaba la pizza y saca otro cigarro. Saco mi encendedor, ofrezco prendérselo. Ahora sí, no siento esa reticencia: parece que me gané un poco más de confianza, me permite acercar el brazo con fuego. Luego, le pregunto por fin: ¿Sofía?
Y esa cara que ella hace se queda en mi vida como una fotografía imborrable. Me emociona mucho [y hasta la fecha] ver el amor que le vi dentro cuando oyó esa palabra. Sofía, su casa, su patria, quizás su familia. En ese momento, supe que Bulgaria y su capital eran lugares maravillosos, mágicos, paradisíacos. Una expresión así sólo puede ser provocada por el recuerdo de un lugar fascinante. Me es entonces claro que no se había ido de allí por voluntad propia. Repito que nunca hablamos en un mismo idioma, pero su semblante me comunicó que era de Sofía, que adoraba profundamente su tierra, y que en algún momento, antes de que le arrancaran todo lo que tenía y la trajeran aquí, seguramente fue feliz.
Se despide y va de regreso a la calle pronto. Me dice adiós con la mano mientras voy camino hacia el tranvía de regreso. Llego a mi cuarto, pienso mucho, pongo el discman y reanudo el 'mal hábito' que estaba a punto de tirar por la borda segundos antes de conocer a la niña de Bulgaria: busco papel y escribo. Escribo, escribo, escribo y escribo. Prosas, tonaditas, notas, rimas. Sobre ella.
Cada madrugada que regreso, a propósito tomo la ruta que me lleva a ella. Diez o doce noches más la encuentro - siempre con la misma ropa - sonriendo. Me saluda con la mano, me dice hey Mexico, o a veces hey friend. Contesto hola Bulgaria, o hey krasiva. Otras niñas prostitutas me saludan también, se nota que les ha contado algo, se ha corrido la voz de un mexicano que una noche extraña compartió un rato de vida sanamente con ella sin ninguna doble intención. Ninguna se acerca a vendérseme, y me siento satisfecho de sentir que soy para ellas ese alguien furtivo que las respeta, que ha cenado con una de ellas, que trató a una de ellas como persona. Nunca voy a olvidarla.
En ese tiempo aún no sé que tres años después voy a acabar haciendo mi tesis sobre tráfico internacional de menores. No intuyo que la primer canción de la ola que afortunadamente sigue ahora viva sería para ella y se llamaría La niña de Bulgaria. Mucho menos intuyo que la vida va a golpear y acariciar tan fuerte mis días por venir que los muslos se me van a deshinchar y volver a hinchar más de un par de veces. Ni se me ocurre pensar que después de Praga decidiré hacerme caso y dejar la universidad y probar suerte en la música. Entonces tampoco había confirmado el significado de krasiva: será hasta un día en que tiempo después le preguntaré a mi amiga María - que es rusa - cómo se dice bonita en su idioma. Krasiva, contestará naturalmente.
Y todo porque una noche, paso por su lugar y no la veo. Ni la madrugada siguiente, ni la otra, ni la otra. No está. No más. Le pregunto un día al alumno checo que nos ayuda en la escuela que dónde, en qué lugar se ponen las prostitutas en Praga. El tipo me vé con mala cara. No me molesto en aclararlo.
Una tarde, después de clases, sin planearlo, un impulso caprichoso me empuja a irme a Viena al día siguiente. Muy el estilo de cosas que me encanta hacer. Empaco pensando que está muerta. Que algún cabrón la mató o la secuestró. Repitiéndome que no estaba en mi mano ayudarla. Con remordimiento por nunca hablar con ella en inglés. Con miedo de contarlo a alguien y escuchar un es que hubieras hecho "inserte aquí cualquier acción". Con tristeza por nunca haberme parado a hacerle señas y decirle gracias. O darle un abrazo.
Con la maleta cerrada salgo un rato a eso de las tres, compro un Frankovka baratísimo y me lo voy chupando directamente de la botella en el tranvía. Bajo a buscarla por última vez. Pero no, aquí no hay final inesperadamente feliz: no la encuentro.
A las seis me queda claro en el tren que mi último recuerdo mientras abandono la República Checa es para mi primer musa: la niña de Bulgaria. Antes de ella no recuerdo ninguna otra que me haya provocado generar tantas obras.
Voy a irme sin despedirme, sin saber su nombre. Sin saber si regresó a Sofía. Atrás se queda quizás el cadáver de una niña que, aún con la feminidad truncada y la felicidad arrancada, supo darme muchísimo más de lo que yo pude devolverle a ella: porque debiendo ser campo fértil, sembró en mí - un hombre, un portador de semillas - y me devolvió la confianza en mi necesidad de escribir. La que hizo que de mis brazos creciera arte y curiosidad, sin haber tenido un mínimo contacto erótico conmigo. El rostro que nada va a quitarme de la memoria, que me inspira a moverme para imaginarla en otras niñas que sufren lo que ella sufrió en mi propio país y buscar salvarla.
La magnífica musa búlgara que, por sólo cruzarse en mi camino, sigue después de años haciéndome escribir, escribir, escribir y escribir.

jueves, 7 de junio de 2007

Reforma es Universal

Se nos han cansado la boca y las manos de hablar de ella como ciudad, pero es que es una galaxia. Impregnada de contraste, la Ciudad de México permite viajar de un mundo a otro cruzando una calle. Y si se sabe tener contenta a la estatua de la Diana Cazadora - que es quien tiene los contactos -, puede uno visitar en calidad de protegé todos los planetas que giran en torno al soleado Ángel de la Independencia, en menos de un año.
Mandada construir especialmente para mí por el Emperador Maximiliano siglos antes, el Paseo de la Reforma es el escenario y formador de mis fines y mis principios: de mis eternas desazones cuando alguno de los factores en mi vida ha cambiado caeteris paribus.

Todo empezó justo hace un año, cuando trabajé en un call-center los últimos meses de mi carrera. Tantas veces patée Reforma para salir o encaminarme hacia justo el mismo edificio en el que mi padre había trabajado durante sus años dorados que de repente la noción de fin de semana y día festivo terminó: había que estar muchos sábados y domingos despierto a las seis para tomar el metrobús y llegar a las 7:00 de la mañana para arreglar a distancia las computadoras de migrantes, seres que han venido a este mundo a vivir en Estados Unidos mientras sostienen la economía de México y claro, para eso necesitan internet.
Con 29 minutos y 59 segundos para comer y 12’ 59’’ para tiempo libre (ir al baño, fumarse un cigarro...), uno se pasaba ocho horas seguidas partiéndose el lomo y compartiendo con gente distinta. Un planeta simple, colectivo, humilde, completamente daltónico a la clase social, agridulce, terroso, hippie, multi-multi. La heterogeneidad y el deseo de heterogeneidad prevalecía. Todos éramos de distintos colores. Era una celebración del respeto a la individualidad, y una hermandad. Todos seres de alguna manera o lado "betas", tan acostumbrados a la carencia o la tragedia que sonreíamos más de la cuenta y dejábamos – a veces por fortuna, a menudo por desgracia – las maneras, vestimentas y modales en último plano.
A decir verdad, a pesar de que amé y crecí casi cada segundo, siempre fui un alienígena en ese universo. Me hice amigo verdadero de pocos, cuate de muchísimos (éramos tantos), enemigo de unos tres o cuatro, pero nunca me sentí 100% en mi agua. Mi condición personal me permitía al mismo tiempo entender perfectamente y ser ajeno a las condiciones comunes de su gente.

Meses después, cruzando Reforma y un poco más hacia el norte, se levanta una oficina magníficamente equipada, con un ventanal enorme donde antes se sentaba un extranjero que come horrible y ahora se sienta mi gran amiga Priscilla; y yo. Aquí cada mañana una tarjeta electrónica me da acceso al piso ocho del estacionamiento donde hay un lugar para mí. El fin de semana ha regresado a mi vida: y entre semana todo es festivo, pues de 9:00 a 6:00, con horita y media para comer y un tolerado exceso de pausas para fumar, lavarse los dientes, bajar por una cajetilla o algo de comer a la calle, ver vídeos, chatear o lo que sea unas cinco o seis veces por hora; el trabajo – unas cuantas llamadas y unos informes – sale pronto.
La noción que ha desaparecido es la de reto y la de cansancio. Un planeta fácil, individualista, prestigioso, elitista, dulce, airoso, despreocupado, amplio, clasificante. La homogeneidad y el deseo de homogeneidad prevalece. Todos vestimos de traje y corbata mientras hablamos de cifras y leemos los periódicos para estar enterados y somos corteses con los clientes al teléfono como los graduados de buena escuela que hemos de ser. Aquí, las maneras, vestimentas y modales están en primer plano.
Y honestamente, a pesar de que hay muchos aspectos – como la gran suerte de trabajar y estar de broma todo el día con tres grandísimos amigos y claro, el cheque quincenal – que me encantan, aquí también me siento un completo extraterrestre incapaz de adaptarse perfectamente a este mundo. Mi condición personal me permite al mismo tiempo entender perfectamente y ser completamente ajeno a las condiciones comunes de la gente que aquí trabaja.

Si mis compas del call-center supieran dónde, y cómo trabajo por el sueldo que recibo; seguramente pensarían que tal cosa no existe así, y lo mismo con mis amigos de la oficina.

Así, la Diana y yo nos entendemos tan bien porque somos astronautas que no pertenecen a ningún mundo, destinados a vagar por la galaxia más contaminada de la Tierra: la Ciudad de México. Somos los que tienen el privilegio de poder cambiarse a la acera de enfrente si la situación lo amerita porque son de ambos lados de la calle, y reírse de sí mismos cuando intentan reírse de los opuestos, porque hemos sido unos y otros en una misma existencia. O todo lo contrario. Somos personas con atributos externos lo suficientemente flexibles como para pararse un rato en universos que no están ni enterados de la existencia del otro. Y vice-versa. Somos privilegiados por poder tener acceso a puertas de paisajes distintos y mirarlos perteneciendo sólo momentáneamente.

Y nuestro gran problema es que, como testigos y observadores, sabemos - en carne propia - que ni los de aquí ni los de allá se sienten verdaderamente felices.