miércoles, 23 de enero de 2008

La de 750

"Nadie puede negar su origen" - Sabiduría popular

Anoche estuve cenando en conocido restorán argentino que no mencionaré (una pista: es una muy sobrevalorada "steak house & fish marina" bonaerense en Masaryk, got it?) para celebrar el cumpleaños de mi hermano. Por cierto, me encontré a Héctor el pelón Gomís y lo fui a saludar.
Bueno, el caso es que seguro me vieron cara de sommelier o algo así, porque me sentenciaron: "Mano, tú escoges el vino". Por razones obvias, no le contaré este episodio a mi amigo Juan Sotres (les recomiendo ampliamente que escuchen su podcast sobre vino).

Total que ahí me tienen fingiendo revisar minuiciosamente la carta de vinos, que me pareció extremadamente cara. Buscando un vino de buen precio, me acordé de esa sabia lección que todos los españoles hemos aprendido: "Un Rioja nunca falla". Pensé que era mejor pedir un malo por conocido a intentar un stunt del tipo bueno por conocer que podría arruinar una gran cena y mi muy modesto presupuesto. Con esa inteligente idea en la mente, llamé al mesero dispuesto a convertirme en el héroe de la noche al elegir un vino simple, bueno y - sobre todo - barato.


Yo (con tono enológico): Joven le pido una botella de Marqués de Cáceres por favor

Mesero (con tono encopetado): ¿Le traigo la de setecientos cincuenta?

Yo (con tono despantos): No no (!) no joven, mire, tráigame esta que cuesta $480 pesos

Mesero (con tono inoportuno): Eeeeeh, sí así es, no me dejó Usted terminar, me refería a que si quiere que le traiga la botella de 750 mililitros.


Chale...Soy naquísimo.

jueves, 17 de enero de 2008

La comida mexicana genera arte cíclicamente

Esta noche es especialísima ya que he encontrado una sólida evidencia de que los tacos al pastor (tomemos nota científica: exactamente nueve tacos al pastor bien doraditos con cilantro y cebolla, sin piña, con su limoncito SIN SEMILLAS y su salsita roja), provocan una inesperada inspiración artística cuando se comen durante la cena.
Llevaba unos días tratando de escribir algo bueno, y nada. Página en blanco. Pero hoy, gracias a esos celestiales taquitos, acabo de terminar de garabatear lo que probablemente sea lo mejor que he escrito en mi vida. Me siento exhaustamente feliz.
Ahora bien, permítanme compartir mi teoría:

"El ciclo del arte"
Fase 1 : La ingestión en exceso de tacos al pastor a la hora de la cena
(consecuencia del hambre) En esta fase el individuo experimenta una enorme satisfacción y regocijo. Para mejores resultados, acuda a El Hostal de los Quesos, en la Ciudad de México.
Fase 2: Las pesadillas (consecuencia de la ingestión de tacos al pastor).
En esta fase el individuo sueña cosas desprovistas de hermosura y tranquilidad, reflejo inequívoco de la dificultad para digerir tantos tacos.
Fase 3: El insomnio (consecuencia de las pesadillas).
En esta fase, el individuo despierta todo sudado y enciende la luz. Si fuma, probablemente encienda un cigarrillo tras otro y encuentre que no puede volver a dormir.
Fase 4: Angustia creadora (consecuencia del insomnio).
Esta fase es la más difícil de explicar pero los artistas la comprenderán bien. En este momento las grandes ideas precipitarán al individuo a tomar rápidamente la pluma, la guitarra, el pincel, el cincel, etc. antes de que se les vaya la inspiración, sin importarles que quizás sus dedos aún huelan a carne con salsa roja y limón.
Fase 5: Arte (consecuencia de la angustia creadora).
En este momento el individuo abandona su rutinario y mundanal ser para tranformarse en un artista y crear una obra. Favor de guardar silencio.
Fase 6: Hambre (consecuencia del arte).
Una vez plasmada la obra, todo artista siente hambre. Hambre de muchas cosas. Justo como los maratonistas comen y se hidratan después de correr. Sin duda, este hambre llevará al artista a ir a comer tacos al pastor de noche en repetidas ocasiones, en la eterna búsqueda de su obra maestra.

Y así, las fases se repiten una y otra y otra y otra y otra vez, ad infinitum.


PROMOVAMOS EL ARTE, POR FAVOR CENEN TACOS AL PASTOR.

Mejor aún, apoya el arte joven: invítame a cenar tacos al pastor. Gracias.

lunes, 14 de enero de 2008

Peter Petrelli quiere todo

No sé qué tan bueno sea contar esto, mis asesores de imagen me dicen que no lo diga. Que mis potenciales empleadores van a buscarme en google (*Hola, bienvenidos futuros jefes, contrátenme porfa) y van a buscar detalles sobre mí en este espacio. Pero llevo unplugged desde que empezó el año. Literalmente. Y necesito conectar. Sacar mis ideas a que se aireen: escribiendo se piensa mejor.
Como muchos saben, llevo un rato trabajando en la sección comercial de la embajada de un país asiático que no he mencionado nunca, por aquello de poder libremente escribir sobre el enorme shock cultural que es compartir la vida con ellos.
Bueno pues, resulta que mi contrato temporal con ellos terminó el 31 de diciembre, y - después de un año de trabajo árduo - decidieron renovarlo hasta febrero, mandándome de "vacaciones" forzadas durante enero, argumentando que "no hay trabajo, este mes, pero te esperamos en febrero, recuerda que te acabamos de aumentar el sueldo y eres muy importante para nosotros". Por cierto: No pienso reflejar este gap en mi curriculum, así que si preguntan, este enero estuve trabajando ahí, ok??

Sigo afortunadamente trabajando, se nota a leguas que va a seguir habiendo cuerda durante largo rato. Menos mal, de alguna manera es un colchón para un inesperado e injusto mes, como este enero que me está tocando vivir. Pero el punto es, Peter Petrelli.
Durante este difícil tiempo "libre", cayó en mis manos la primer temporada de Heroes (Héroes), una historia de ficción sobre personas con poderes especiales: volar, leer los pensamientos, manipular el tiempo, regenerarse, hacerse invisible...Cada poder tiene un personaje, y de entre todos yo quisiera ser Peter Petrelli, porque él tiene la habilidad de absorber los poderes de quien está junto a él y acumularlos. Y así, tiene muchos.

En este tiempo de búsqueda de trabajo (obviamente, lo ideal sería que al llegar febrero pudiera decirle a mi asiática jefa "Sabe qué? Gracias pero ya encontré otro trabajo donde me valoran mucho más, nos vemos" así que estoy buscando chamba), no me estresa la idea de las entrevistas, ni de los curriculums, ni siquiera la posibilidad de decirdir jugármela y no volver con los asiáticos luego de la perrada que me hicieron.

Mi problema es que lo quiero todo. Que soy un wannabe, en toda la extensión. Que no sé renunciar a nada y me rehuso a pagar cualquier costo de oportunidad.
Quiero ser publirrelacionista, o gerente de marca, hacer comunicación o cualquier tipo de marketing; quien conoce el esfuerzo que he hecho para los suecos, lo sabe. Quiero pelear por los derechos humanos, quien leyó mi tesis lo sabe. Quiero ser escritor, o poeta, o periodista, o columinsta, o editor, o guionista. O locutor. Ustedes lo saben, no? Quiero ser negociador, no sé si me especializaría en relaciones internacionales, o en sector privado, o en negociar con secuestradores; muchos en mi universidad lo saben. Quiero analizar y facilitar el comercio internacional, toda la embajada asiática en la que trabajo lo sabe. Quiero ser chef, y abrir un restaurante, quien ha probado mi pasta de carne con tomate y queso lo sabe. Quiero ser cantante, quien ha compartido una noche bohemia conmigo lo sabe. Quiero ser cineasta, quien ha visto mis cortometrajes o ha leído mi guión (hey ya!) lo sabe. Quiero ser profesor, mis alumnos lo saben. Quiero ser.
Metafóricamente hablando - bueno, y literalmente tambiéeen -, tengo siempre muchísima hambre, de todas las comidas y platos imaginables. Todas me encantan y soy capaz de comérmelas sin dejar una sóla migaja.

Por eso escojo a Peter Petrelli, porque no soy capaz de escoger un sólo poder.
Independientemente de si podría ser realmente bueno en cualquiera de las profesiones mencionadas, está un deseo de hacerlas todas, y un tiempo demasiado corto. Ya llegó el 2008. Independientemente de preparación académica o de experiencia laboral, está mi capacidad para trabajar mucho. No sé si bien, pero mucho. No soy huevón. Trabajo desde los quince. Y me encanta trabajar. Creo que extraño mi oficina en la embajada. Extraño un horario, cosas que hacer. Extraño a mis amigos, Cuco y Eduardo.
Igual que Peter Petrelli, intuyo que por puro equilibrio kármico, tiene que esperarme algo bueno, después de haberme jodido tanto trabajando.
Por cierto lectores, si saben de alguna chamba avísenme no?


Y bueno, me entrego al destino, que decida él (Siempre y cuando sea algo increíble, si no, no me dejo). Yo aquí sigo, esperándolo. Viendo Heroes mientras tanto.


sábado, 5 de enero de 2008

Yo nací en la del Valle (I´m real)

"Don't be fooled by the rocks that I got
I'm still, I'm still Jenny from the block
Used to have a little, now I have a lot
No matter where I go, I know where I came from (from the Bronx!) [...]
I´m real I thought I told you
Nothin phony, don't hate on me
What you get is what you see"
- J.LO, Jenny from the block, This is me...then, 2002

Hace casi un año, sólo unos días después de haber sido un total redneck trabajando en un call center, caminaba yo por esas excesivamente soleadas calles de Granada, completamente lampareado, deslumbrado. Y así encontré un puestito de lentes de sol que se veía bastante bien. Un marroquí muy joven los vendía, con tanto entusiasmo que hasta me hizo creer que con esas réplicas de sunnies de marca podría verme como las mismísimas celebridades y rockstars que inundan las páginas de las revistas del mundo. Me encantó la idea. Sólo me las puse uno o dos días para ver la Alhambra. Creo que al entrar a la mezquita de Córdoba, que es tan oscura, me los quité y no los había usado hasta ayer.
Y es que por la mañana, al abrir el RSVP, me emocioné mucho. Hacía años que no veía ampliada una foto mía, y el encontrarla en el suplemento de moda y sociales de un periódico, fue como vivir mi propia escena tipo Un chien andalou.
Además, hay que ver lo bien que me sienta el Photoshop: me quitaron múltiples imperfecciones de la cara, me hicieron los dientes más blancos, en fin, transformaron mi foto...De inmediato avisé a mis amigos, mientras alguien me advertía: "Tú cool, nada de emocionarse. Esta es sólo una de muchas, la gente famosa no se emociona tanto cuando aparece en las revistas. Tú haz como que es algo normal".
Pero es que yo no soy ni socialité, ni rico, ni famoso. Esa entrevista y esa foto son por mi trabajo, no por mí. Claro, claro, uno es estudiado, astuto, bon vivant. Como Leo diCaprio en Titanic - un tipo normal (y muy galán claro) que por circunstancias de la vida tiene un repentino upgrade y como yo se ve rodeado de editores de moda o algo parecido. No pertenezco a esa gente que sale en las revistas porque tiene un apellido de alcurnia. Yo nací en la del Valle, mi padre viene de un pueblo pequeño de agricultores, mi madre nació en el centro histórico del D.F. Y ps por lo mismo, ayer me emocioné. Por fin, a mis 26, gracias a Excélsior un destello alimentó mi imaginación, y así mi legendario sueño de ser como un rockstar cobró vida por 15 minutos.
El efecto hechizante y multiplicador de un medio de comunicación devuelve reacciones interesantes por parte del entorno: hasta te felicitan, como si aparecer en un periódico tuviera algún mérito que te hiciera más especial. OK, es fácil recibir felicitaciones, no me quejo.
Y claro, naturalmente estoy como aquellos días en Andalucía: todo lampareado. Obviamente ya se me subió la fama a la cabeza, estoy completamente insoportable, veo Lacostes en lugar de cocodrilos, he perdido el piso...
En fin, dénme esos malditos lentes de sol, que tengo que protegerme de los paparazzi cuando vaya en mi destartalado Chevy (Ooops, I´m real, I thought I told ya) por un frapuccino a Starbucks...
Ah, una última cosa: no autographs pleeeeaseeeeeee!!!