Lluvia de estrellas

"Ha pasado el tiempo, no he dejado ni un momento de pensar/en los viejos sueños, en las noches de concierto en un bar/Ha pasado el tiempo y no sé por qué te cuento esto/será que se ha ido la inocencia que llevo conmigo/si será el dolor de este amanecer que me ha helado el alma/quiero despertar porque no puede ser verdad esta mala hora/Esta madrugada que parece nunca acabar/esta noche de angustiosa calma/quédate conmigo hasta que la luz se haga..."

Amaral, Esta Madrugada, Pájaros en la cabeza, 2005

Hace unos años estaba en mi pueblo, donde el cielo está aún intacto, cuando llegó la noticia de que se iba a poder ver una lluvia de estrellas. Siempre me ha encantado el cielo en general, y bueno creo que como a todos, los fuegos artificiales y las lluvias fugaces me seducen y fascinan. Nos teníamos que levantar a eso de la 4 de la mañana y manejar un poco y subir campo arriba para ver todo mejor.

En ese entonces (siendo verano y vacaciones), me acuerdo que pregunté si valía la pena madrugar desde las 4 para ver unos segundos o pocos minutos de lluvia de estrellas. [Qué huevaa...] Fue mi tío el que me contestó que una lluvia de estrellas es algo extraño y un evento con bajas probabilidades de ver, pero por lo mismo un gran privilegio que puede cambiar tu vida y tu perspectiva de las cosas para siempre. A pesar de ser un espectáculo de poco tiempo, es una oportunidad única. No pasa nada si madrugas un día en tu vida, decía. Además, si no hay éxito, la salida del sol desde el monte es preciosa.

Y así, nos fuimos esa madrugada a ver estrellas. El cielo no nos regaló más que dos o tres cometitas fugaces aislados.

Entonces me acuerdo de un niño de los del pueblo (inteligentísimo por cierto, ahora ya ha de ser algo más grande, adolescente quizás), que preguntaba si era verdad que existían en realidad las lluvias de estrellas. Tuve que explicarle mucho rato cómo es que a pesar de que nunca había visto una, tenía la certeza de que existían. Costó trabajo pedirle que tuviera paciencia, que aunque no las viera eran de verdad. Le dije en palabras simples que había que tener paciencia y seguir intentando cada vez que se tuviera noticia de una lluvia de estrellas, uno nunca sabe cuando finalmente la pueda presenciar.

Como hoy, que tuve una oportunidad parecida, y no quise dejar de aprovecharla, por si acaso era por fin mi noche de avistamiento, después de tantas desveladas de ir a perseguir estrellas fugaces.

El cielo estuvo despejado. Nada. Pero, igual que aquella noche en mi pueblo, esta madrugada aquí la puesta de sol fue magnífica y generosa. Todavía me acuerdo con añoranza el desayuno que nos pegamos al regresar: los mejores huevos fritos naturales con lomo casero en conserva de aceite y papas fritas, pan de horno de leña, un desayuno de reyes... Justo como hoy. Hoy que hubo salida del sol, y un afortunado regreso a comer bien y a continuar con el día.

Y bueno, no dejo de creer que hay que tener paciencia y seguir intentando buscar madrugadas de suerte. Seguro que, un buen día aparece por aquí la noticia de que al fin una lluvia (o una tormenta de granizo) de estrellas se precipitó salvaje sobre mí, que inevitablemente me empapé de cometas y que finalmente pude saltar por charcos profundos de luz nocturna...

Felicidades a Mady por su cumpleaños [un abrazo], y a Viridiana Ríos, gracias por leer.