domingo, 6 de noviembre de 2005

Llamado nocturno

“Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”
Mateo, 7:7-8.


“El que no llora no mama”
Sabiduría popular

Voy a ser muy simple y sincero ésta vez.
Hoy me siento especialmente desoído.
Mi problema es que, honestamente, me creo completa y absolutamente que tengo cosas importantes que decir, siento que mi única manera efectiva de cambiar el entorno será a través de la música y/o las letras.
Y todavía no soy para nada lo que quiero ser a ese respecto. No he llegado ni al más simple esquema mental que había pensado. Pero afortunadamente sigo creyendo en mí, no sé por qué. Terquedad a lo mejor. O salvaguarda emocional....Qué bueno.
De entrada, necesito mucho mejorar como escritor, afilar la pluma hasta que perfore todo lo que escriba, para entonces poder hablar y ser escuchado.
Tal vez cuando sienta que expreso mejor, se me quite esta percepción de escribir tan sólo para mí, y empiece a sentir que alguien me lee o escucha.
Una de las lecciones de los últimos días ha sido no contar todas las cosas a través de esta bitácora, pues te haces vulnerable, puede que alguna cosa no salga, que finalmente no se realice algún plan, que se letras se malentiendan algunas letras al hincharse las pantallas haciéndome parecer malintencionado de momento...en fin, muchas cosas. Así que, igual convendría un poco de cautela, si es que las manos me obedecen cuando les prohíba teclear de más.

Por ahora mi obra es seguramente demasiado personal, demasiado impregnada de mí, y espero poder lograr algo cada vez más general y aplicable a todos. No sé si para eso tengo que volverme aún más personal, o mucho más general...¿Cómo cambiar? ¿Cómo hacer mejor el proceso de transformación?

El caso es que de entrada, esta noche voy a pedir a quien lea esto, ayuda.
En la vida hay que hablar y pedir siempre, ignorar el miedo y expresar lo que sentimos, lo que necesitamos. Hace poco lo aprendí: abrí la boca y medio pedí, y no se me dio. Pero aprendí a ver lo bueno, porque no me lo quedé dentro, y estoy seguro que algunas ventanas más abrirán si sigo tirando piedras. Espero que sean muchas. Espero también estar atento por si alguien necesita que abra la mía.

A tí que me lees hoy, te necesito. Te necesito honesto, vasto, en confianza. Quiero saber exactamente qué te gusta al leer y qué no, qué te llega, y qué te hace sentir algo. Cómo puedo hacerlo mejor, cómo imaginas todo esto que sale de mis manos verdaderamente digno de tus ojos...
No es presión, es petición. Sé que tengo que escribir a mi gusto y así es, pero, sin perder eso de vista, puedo mejorar si me indicas cómo crees tú.

A ver si se escucha un poco mi voz, y encuentro en tí alguna de las respuestas que busco. No me dejes sólo. Forma un poco parte de mí, creo que cuesta poco. No voy a entrar en promesas de reciprocidad, porque aunque seguro existirá, lo que busco esta noche, es algo desinteresado. Un regalo, el mejor que podría recibir estos días de gotas. En fin, de antemano, muchas, muchísimas gracias...por leerme hasta aquí.
Mi página de escritos: http://www.geocities.com/demimanoatusojos/escritos

2 comentarios:

Dlx dijo...

YO quiero leer cómo inventas tu mundo. de qué color debería ser tu sol, o a qué huelen tus galletas.

Yo quiero esuchar cómo escuchas tú el silencio, y cómo se vé el color azul en tus ojos.

Yo quiero saber cómo sabes tú... cómo eres tú.

Anónimo dijo...

Maestro, no te engañes. Estás pidiendo que la gente valide tus ideas. No quieres escuchar críticas, quieres escuchar hurras.

Te recomiendo que te des una vuelta por el mundo blog, por favor fíjate en los contadores de visita o en el número de comentarios en cada post.

Sólo te lee tu reducido grupo de cuates, aquellos a los que desesperadamente les pediste que te leyeran. El tuyo y el 99.99% de los blogs son iguales, son cuadernos que rolas al de al lado para que te lea y te diga "qué bonito".

Aquí no vas a encontrar críticas profesionales, no te midas por lo que te comenten tus amigos. Créeme que nadie que te quiera jamás te dirá que escribes del carajo.

En fin.

Adiós.