domingo, 13 de noviembre de 2005

La visión de los vencidos

Me estoy acordando de mi queridísimo Sélim el Sayegh, cuando nos enseñaba que al final de una negociación, todas las partes sienten que han ganado, incluso que se han aprovechado de las otras, cuando la realidad es que al mismo tiempo todos ganan y todos pierden. Ésta es la filosofía a la que me aferro hoy, después de este fin de semana, en el que mi tarea era no derrumbarme.
Hoy me encontré con que ya existe el mp4, y al pensar en los inventos, caí con que el más agudo ha sido el calendario. Sin él, pensaríamos que seguimos siempre en el mismo día, en la misma hora amarga. Ayer 12 de noviembre, hizo un año de aquél místico y triste día que tanto pesa en mi vida. Y el dolor, es exactamente el mismo.
¿Será que los mexicanos dejamos todo para el final, y esperaba asimilarlo todo un día antes -el 11-, para levantarme más repuesto al día siguiente, con todo lo triste un poco más superado?
Últimamente lo llevo mejor, hice las paces con mi dolor, quedamos que habrá momentos en que no puede molestarme, traté de ponerme en buenos términos con él: después de todo, nos veremos toda mi vida.
Y he aprendido a no negarme las señales de que hay sonrisas, confianza y amor por donde quiera que volteo, solamente que están en lugares poco convencionales, y hay que salir a recolectarlos después de cada llovizna...
Este fin de semana quise hacer todo normal, como si nada. Pensé que podría escurrirme, que era muy válido no llorar, lo único que había que hacer era no ir a misa, no acordarse de los momentos de agonía, no evocar los recuerdos que lastiman las fibras sensibles, no leer puedo escibir los versos más tristes esta noche, no oír ciertas canciones.
Y me dí cuenta que no es lo mismo no sentir dolor verdadera y genuinamente, que reprimírselo. Y que así está la cosa. Prueba no superada.
Ni bien había terminado de darme cuenta de eso, cuando me sorprendió mi propio derrumbe. Otra vez. Y más me sorprendió mi reconstrucción. Otra vez.
Y solamente tenía que dejarlo salir...Subir ese poema que no he vuelto a releer a mi página, leer puedo escribir los versos más tristes esta noche (porque puedo escribir los versos más tristes esta noche)...Esperar que, alguien que piense que puede vencer al dolor de perder a un ser amado no se haga ilusiones como yo, se encuentre con esto y continúe viviendo lo más normalmente posible. Al fin y al cabo, la vida es una gran negociación, y en todo evento, todos ganamos, y todos perdemos.
Habrá que salir a recolectar todas las señales que ya me esperan para abrazarme.

*Mientras escribía esto, y cerraba el círculo para empezar otra vez mañana, escuché una y otra vez la canción I Belong to You (Il Ritmo de la Pasione) de Eros Ramazzotti y Anastacia (la voz más sobrenatural de nuestra era)...muy recomendable...qué voces...

1 comentario:

Dlx dijo...

ante esos dolores no hay nada que decir. Sólo un abrazo que, con suerte, podré darte mañana por la mañana.

Me encantas.