miércoles, 6 de septiembre de 2006

Dos números al acecho...

Siempre que he tenido miedo, la idea esa del tiburón, que te tiene mucho más miedo del que tú le tienes a él, o del perro que huele tu adrenalina, me han funcionado muy bien. De repente, me crezco, me vuelvo predador, en mi mente creo de verdad que el otro me tiene más miedo a mí y la libro, sea lo que sea la cosa temida, porque luego me teme a mí.
Pero ahora, omnipresentes, hay dos números que me aterran. Además parece que están por todas partes. El otro día ahí estaban, riéndose de mí desde el boleto del turno en la salchichonería. Son un dos y un cinco, las bodas de plata. Tambaleando en la camiseta basquetbolera del tipo de enfrente. Son dos numeritos, y no tiemblan en mi presencia, no logro asustarlos, el que se agita con terror soy yo.
Porque 25 es demasiado joven. ¿Está bien no estar en forma a los 25? Porque justo ahora me estoy aficionando más que nunca (y ya es decir, siempre he comido mucho) al vino, y a los quesos, y a la buena mesa. ¿Está bien despertar deprimido y con ganas de morirte a los 25? ¿Es normal detestar la vida nocturna, huír de las fiestas, quedar mal con todos porque a la mera hora no se te antoja ni el humo, ni el baile, ni arreglarte y gritarle al cadenero? ¿Se vale a los 25 querer quedarte a vivir en casa de tus padres todavía? No sé. Será que tanta contradicción de sentimientos es pura inmadurez.
Porque 25 es demasiado viejo. David Bisbal tiene un nuevo disco, y no sé si está bien bajar su nueva canción, porque ya no es como quien la baja a los 19 porque tiene 19. ¿Está bien querer escuchar música todo el tiempo y disfrutar programas malos de tele, y emocionarte con los MTV Awards y practicar en el espejo a quién le dedicarías el premio? ¿Es normal apenas ir terminando la carrera y no ser ni empresario, ni diplomático, ni nnnada? ¿Está bien trabajar de obrero en un call center ya a los 25? ¿Se vale querer largarte cuanto antes lejos de tus padres, aunque sea al cuarto más barriobajero de esta ciudad? Tanto choque interno, ya empieza a sentirse como... como achaque.
Mis amigos más cercanos ya están celebrando su 25 aniversario. Damn. ¿Se vale sentirte sólo, se vale demostrarle a tus amigos que los extrañas mucho, que los necesitas mucho, o como ya somos adultos se va a ver muy needy, muy desesperado y mejor no hay que arrugarse, leer el periódico, comentar que Felipe ya es presidente, verte más seriecito y las arañas...?
¿Se vale tener pena genuina de invitar niñas a salir? ¿Decir niñas, en vez de mujeres? ¿Se vale sentirse inexperto, poco simpático, hablar con uno mismo en la mente y decirse 'duh, la estoy regando, seguro se está aburriendo y está esperando que me acabe el Caramel Machiatto para pedirme que nos vayamos' y no divertirse en sociedad? ¿Se vale estar medio con ganas de no estar y al mismo tiempo odiando no estar?
Tal vez sí, porque todavía tengo 24 y - gracias a Dios - faltan tres meses y un poco más para los 25.
Quizás, definitivamente no. Porque ya en dos meses y tendré 25 años, el primer cuarto de un siglo...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Con la poca o nula experiencia que me han dado los años te puedo decir que los 25 no son tan malos. Ni los 26 ni los 27 que estoy a nada de cumplir. Solo hay que ver pa'delante que cada día, independientemente de la edad, es una nueva experiencia que vale la pena vivir.
Saludos,
Cuco

JC dijo...

Querido Cuco
justo hoy pensé mucho en tí en este post cuando escribía que mis amigos más cercanos cumplían 25, no sabía si era manchadísimo escribir que había uno que ya anda por los 26...Veo que no. Que de repente lo que me está envejeciendo es la mentalidad, y me da gusto que escribas un coment así...La neta, era exactamente lo que tenía ganas de oír. Muchas gracias como siempre. A ver si te veo mañana (revisa tu hotmail)
Un abrazo fuerte

Hectorin dijo...

Zaz! Súper fuerte, pero todos hemos pasado por eso, yo me pregunto si a mis 25 está bien ganar lo que gano, no estar titulado, seguir soltero... Es tan raro, no me siento adulto en el sentido amplio de la palabra, tampoco me siento joven.

Ya no me late ir de antro, mi cuerpo cambio, tengo más responsabilidades, ya no aguanto ni tres, ni siquiera dos días de fiesta seguidos, y me cuestiono muchas, muchas cosas de mi vida pasada y de mi vida futura.

Justo hoy me preguntaron unos amigos "bueno, ¿y qué piensas hacer de tu vida?" Sólo pude contestar el más sincero "no lo sé" y me aterra la idea de no saber que quiero hacer de mi vida.

Me alegraste el día, no porque encontrara respuestas en tu post, creo tenemos las mismas dudas, sino por sentirme acompañado en ellas.

My best on your 25!

Anónimo dijo...

Ya casi es mi cumple también (aunque no 25, me acerco), y a pesar de que hace escasos días estaba tronándome los dedos porq no veía claro con mi vida, ahora todo pinta excelente, tendré una chamba q me raya a partir del lunes y así, todo poco a poco empieza a encajar. No te preocupes, que sólo viene lo mejor! Un abrazo

Penelope... dijo...

De una argentina de 25 (recién cumplidos eh?), que ha revuelto en su cabeza todas las preguntas que pasaste en voz alta en el blog.
Jajaja!!!!
Me alegra no ser la única revirada.

En la macabra cuenta regresiva hacia los treinta, con todas las presiones que vienen de la mano, pues dame la bienvenida al club.

Feliz cumpleaños!!!
Demostrále al mundo que tres días de parranda todavía son posibles. Y cuatro también.

Saludos,
P.

Anónimo dijo...

Yo no he llegado a los 25, ni a los 24 pero de igual manera ME ATERRA, no puedo evitar el sentirme vieja, no puedo dejar de atormentarme pensando en lo que más me aqueja: ... que siga pasando el tiempo y quedar solterona... transcurrir la vida vieja y sola.