La última novela que me gustó, "La Sombra del Viento", me atrapó en gran medida porque por fin pude leer sobre sucesos que ocurren en el barrio gótico de Barcelona. Algo conocido, que desde "Diablo Guardián" - situado en la Ciudad de México - no ocurría. Por fin no se trataba de Afgnistán, ni de Hogwarts, ni de París.
Capadocia no está en Odessa Texas, ni en Seattle, ni en una isla perdida cerca de Australia. Capadocia no está en Turquía: Está en la Ciudad de México y es increíble.
En nuestra Capadocia no hay cheerleader ni McDreamys (menos mal), porque se trata de la primer serie de HBO hecha completamente en español. En México (!!!).
¿Cuándo fue la última vez que viste un perro en la calle?
Capadocia cuenta las historias de decenas de presas chilangas (bueno, y una espectacular colombiana) que llevan encarceladas unos 15 años sin ver, por ejemplo, un animal en la calle.
Más allá del placer de ver tu propia ciudad, o de las grandes actuaciones de Ana de la Reguera - mamacitaa- , Juan Manuel Bernal y La Bambi (sí, porque con este personaje, a todos se nos va a olvidar que la Bambi es Cecilia Suárez), Capadocia es una historia bien hilada y bien profunda, porque retrata la realidad del sistema de justicia mexicano: nauseabundo, ahogado por los intereses políticos, triste, olvidado. Los personajes son fuertes y - por la naturaleza de la historia y la forma en que se cuenta - ricos en matices, justo como los propios mexicanos. Estas historias de sacrificio ante la violenta injusticia sólo son creíbles porque son historias de mujeres mexicanas.
La fuerza de Capadocia es precisamente eso: que lo que le ocurre a Lorena Guerra (Ana) - a quien encarcelan después de un asesinato accidentado luego de que encuentra a su amiga en la cama con su esposo - puede ocurrirnos cualquier día a ti, a mí o a cualquiera que viva en México (o Latinoamérica para efectos prácticos).
Los muy aplaudibles escritores de Capadocia capitalizan la sensación de una posible y potencial falta de justicia tan dolorosa que parecería absurda en otros contextos, pero que se hace verosímil y probable en nuestro país, en situaciones que paradójicamente parecen demasiado cercanas. Claro está, como siempre, la realidad supera la ficción, pero por ser la que revela la punta del iceberg de muchas ideas y propuestas televisivas, Capadocia será impactante.
Propositiva porque plantea implícitamente interesantes debates alrededor la privatización de las cárceles: Capadocia denuncia, conmueve, condena, pone en el mapa televisivo realidades recreadas que nadie quiere ver; con el loable objetivo de entretenernos como todas las series gringas, pero haciéndonos de paso reflexionar.
Capadocia es pues el nuevo tema de conversación, la nueva adicción imperdonble, la nueva razón por la que muchos vamos a pagarle - con gusto - un varito a HBO con tal de verla cada semana.
Sí. En términos televisivos, la era de La Bambi ha llegado - muy afortunadamente - a nuestras vidas, y ojalá nos dure mucho tiempo y nos genere más producciones así.
¿Quién ya la vio? ¿Quién la va a ver?
En nuestra Capadocia no hay cheerleader ni McDreamys (menos mal), porque se trata de la primer serie de HBO hecha completamente en español. En México (!!!).
¿Cuándo fue la última vez que viste un perro en la calle?
Capadocia cuenta las historias de decenas de presas chilangas (bueno, y una espectacular colombiana) que llevan encarceladas unos 15 años sin ver, por ejemplo, un animal en la calle.
Más allá del placer de ver tu propia ciudad, o de las grandes actuaciones de Ana de la Reguera - mamacitaa- , Juan Manuel Bernal y La Bambi (sí, porque con este personaje, a todos se nos va a olvidar que la Bambi es Cecilia Suárez), Capadocia es una historia bien hilada y bien profunda, porque retrata la realidad del sistema de justicia mexicano: nauseabundo, ahogado por los intereses políticos, triste, olvidado. Los personajes son fuertes y - por la naturaleza de la historia y la forma en que se cuenta - ricos en matices, justo como los propios mexicanos. Estas historias de sacrificio ante la violenta injusticia sólo son creíbles porque son historias de mujeres mexicanas.
La fuerza de Capadocia es precisamente eso: que lo que le ocurre a Lorena Guerra (Ana) - a quien encarcelan después de un asesinato accidentado luego de que encuentra a su amiga en la cama con su esposo - puede ocurrirnos cualquier día a ti, a mí o a cualquiera que viva en México (o Latinoamérica para efectos prácticos).
Los muy aplaudibles escritores de Capadocia capitalizan la sensación de una posible y potencial falta de justicia tan dolorosa que parecería absurda en otros contextos, pero que se hace verosímil y probable en nuestro país, en situaciones que paradójicamente parecen demasiado cercanas. Claro está, como siempre, la realidad supera la ficción, pero por ser la que revela la punta del iceberg de muchas ideas y propuestas televisivas, Capadocia será impactante.
Propositiva porque plantea implícitamente interesantes debates alrededor la privatización de las cárceles: Capadocia denuncia, conmueve, condena, pone en el mapa televisivo realidades recreadas que nadie quiere ver; con el loable objetivo de entretenernos como todas las series gringas, pero haciéndonos de paso reflexionar.
Capadocia es pues el nuevo tema de conversación, la nueva adicción imperdonble, la nueva razón por la que muchos vamos a pagarle - con gusto - un varito a HBO con tal de verla cada semana.
Sí. En términos televisivos, la era de La Bambi ha llegado - muy afortunadamente - a nuestras vidas, y ojalá nos dure mucho tiempo y nos genere más producciones así.
¿Quién ya la vio? ¿Quién la va a ver?
3 comentarios:
Yo la veia pero como entre a trabajar no he podido ver los últimos 2 capítulos, no sabes a q hora la repiten? Ya busq en hbo pero me estafan, nunca la repiten a la hora q dice la tonta página (si veo el horario correcto) andale Jesús tu lo sabes todo
Capadocia esta poca madre, lastima que no la pasen en tele abierta porque tendria el mayor de los exitos, de verdad me encanta!!!.
Atte. La Bambi
A mi me encanta Capadocia, fuera del acto de entrener esta serie mexicana deCapadocia me parece que funciona como reflexión en el mundo que vivimos, el sistema que construímos y la justicia que apoyamos, Capadocia es para entretener sí, pero también para reflexionar sobre ese México en el que estamos.
Publicar un comentario