martes, 24 de octubre de 2006

Al ojo del amo engordan los caballos

Sí, estoy de vacaciones pero no pude más. Tengo que hablar de mi pueblo, donde estoy estos días. Si quieres verlo en un mapa, busca Miedes de Aragón en la provincia de Zaragoza, cerca de una hilera de pueblitos alineados en torno a Calatayud, famoso por la copla de la Dolores. Ahí nació mi padre, cientos de años después de que los moros dominaran el pueblo y dejaran una torre mudéjar desde donde fue asesinada la condesa Leonor - que según mi imaginación era guapísima -, junto a la que estaba la fragua de mi abuelo "el último herrero" y hoy está nuestra casa.
El paisaje es duro, agreste: es como una de esas mujeres discretas que no suelen mostrar abiertamente lo bien que están. Me encanta. La vegetación no es exuberante, pero sabes que en el fondo hay riqueza, agua, abundancia, vastedad. Aquí pasé casi todos los veranos de mi vida.
Siempre me sentí dueño y señor. Todo parecía indicarlo. En uno de esos tantos días de calor, ocio y tranquilidad imaginé que secretamente lo había heredado implícitamente, que lo dejaron como regalo para cuando naciera yo. Así me explicaba el venir cada año, a vigilar que todo estuviera en orden. Y así, cada vez que vengo, lo poseo. Aprovecho la naturaleza dócil y testaruda de la gente grande para cuidarlos, decirles cosas como tienes que tomar mucha agua porque ya eres una mujer mayor, sí, con un litro y medio al día tienes. Al fin y al cabo, me pertenecen. Como cada uva sembrada y cada botella de vino. Cada visita, como si me arrancaran dedos, me duele saber que alguien murió, como hoy que me encontré a mi amiga Consuelo, que nos dijo que su esposo Leonardo la había dejado solica. Hace tres años que no venía.
No llegan muchos canales de televisión, así que poco queda más que comer jamón, tortilla, lomo en conserva, quesos con aceite; abrazar a mi abuela y a mis tías y tíos - últimos vestigios de la España de la guerra, tesoros aragoneses en peligro de extinción - y vigilar que el sol no haga de las suyas con las viñas o con las ovejas. Que el agua llueva bien sobre los cerezos, los almendros, los perales. Rezar porque no se quede desierto y por que todo se conserve e impida que la modernidad derribe las fuentes y las plazas que hasta la fecha me hacen imaginar vívidamente a mi abuelo soldando una puerta, a mi abuela hacia misa con su mantilla, a mi padre de niño corriendo o andando en bicicleta con sus pantalones cortos, o a mi madre joven cargándome hacia el convento para que me bautizaran.
Por cierto, me siento muy cosmopolita: estoy en un cibercafé de Calatayud pero me siento en Bucarest. Poco a poco se va yendo la gente - igual que mi padre hace treinta años - del pueblo hacia otros destinos, y familias de rumanos - seres celestiales que trabajan el campo en tiempos donde ya nadie quiere y cuidan a los viejitos como ningún nacional está dispuesto - van llegando a llenar los espacios abandonados. Frente a mí hay una lista de precios escrita en rumano (sin traducción al castellano), de la que sólo entiendo los números y el símbolo de euros. Dos hombres allá atrás hablan un guashaguahaguá parecido al español. Junto a mí, niños rumanos y bilbilitanos juegan videojuegos, permitiéndome entrever que el futuro de esta región, así como de casi toda Europa, es la mezcla de las gentes.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No se si es porque me identifiqué muchísimo, o por lo bien escrito que está, pero este post me fascinó. Muchos saludos y que la sigas pasando increíble.
Cuco

Dlx dijo...

Cuánta paz... cuánto apego... cuánto tiempo que se ha de concentrar en gotitas de minutos con olor a tu abuelita.

Te mando un gran abrazo... por favor, no dejes de escribir.

Hectorin dijo...

He leido tu poema.
Me likey!
Si no te consiguieron revista te dono la mia.

Abrazos

LA dijo...

Hola, Jesus! I still don't speak Spanish, but I thought I would drop by and say hi!

Your American pal,
LA

JC dijo...

Cuco: Es que Dios nos hace y nosotros nos juntamos, y ademäs eres püblico conocedor. Un abrazo

Dalya: Todo un honor que visites este humilde espacio. Te debo un mail largo, te mando millones de besos.

Hector: Muy agradecidou (no supe cömo responder en gringo al me-likey).

LA: What a surprise, as you know I just graduated and am currently outside my country. It´s such a shame because I don´t get to read you as often as I would want to...anyway hopefully soon I´ll start reading asgain, meanwhile thanks a lot for the visit!!! Big kiss