viernes, 23 de junio de 2006

Justificación al Silencio II

Ya estamos en verano. Podría pensarse que la época estival es época de cosechar ideas y escritos dorados, pero este año el clima no favorece al sembrador. Si de conmemoraciones hablamos, el 21 de junio de 2006, marca el día de mi historia personal en el que me convertí en una bestia, en el que probablemente hice lo peor que podría imaginarme, que es tan aberrante que ni siquiera con ustedes puedo compartir. Demasiada vergüenza. Supongo que todos tenemos nuestro día malo, en el que escapamos de nosotros mismos, y cuando regresamos a habitar el cuerpo nos damos cuenta que laguien en nuestra ausencia se puso a hacer estupideces a nuestro nombre. Bueno, a decir verdad, esto fue lo que salió de ahí. Todo sea porque lean la página...
Fuera de eso, mis ideas en clase no han estado muy elocuentes tampoco. Está cañón que un aspirante a escritor tenga una idea que no logra expresar/materializar claramente porque no encuentra las palabras exactas. Quiero explicarme que tal cúmulo de malas rachas responde a mi falta de horas de sueño, ahora que no tengo tiempo de casi nada.
Todo en mi vida indica, que mejor me quede callado mientras los astros se acomodan, porque estos días salir del silencio ha sido tropezar. Y caer.
Supongo que tiene que ver también con la elección. Ya a nadie le conviene que a estas alturas el movimiento de los 400 pueblos siga manifestándose - acarreado o no - encuerado en Reforma. Es tiempo de silenciarlos, anoche lo ví. No es momento de gritar que la Convención Interamericana sobre Tráfico Internacional de Menores sigue sin ratificación válida en México. Es tiempo de callar. Esperar a que se calmen las aguas, a que salga un ganador.
Por eso estos próximos días, no prometo nada. Calladito me leo más bonito. Y esta se convierte en mi segunda justificación al silencio en la historia de este blog.
En fin, sólo decir que no puedo dejar de escuchar todo el tiempo una canción que se llama Lejla, de un tal Hari Mata Hari, que según esto es el ruiseñor de Sarajevo. Lo creo. No hay nada que tire una buena voz, una interpretación sensible y una instrumentación creativa y bien hecha. La canción está no sé si en bosnio o en serbocroata, pero es una lengua preciosa y la música me suena a todo. Hay que bajarla.

3 comentarios:

JC dijo...

Por cierto, un enorme abrazo a Cuco. Qué gusto saber que aumenta el número de coreanos. Sí, estamos re-cerca del trabajo, así que sin falta nos vemos esta semana próxima.

JOYDIVISION: Thanks for visiting! 've been very busy because I started working, but I really miss visiting you...Un beso!

Dlx dijo...

anyway...

hay miles de transmisiones mudas: con tus ojos y tu risa puedes decir(me) más de lo que imaginas.

Anónimo dijo...

hola jesus, soy ana ces. hoy decidí entrar a tu página para ver si así podía saber algo de ti... resultó.
te extraño sinceramente... espero saber de ti cuando sea.