lunes, 12 de febrero de 2007

Todos duermen...

No saben que son las 4:44 de la mañana y que no he podido dormir en toda la noche. Ni se acuerdan de mí. No saben que existo. No escuchan que tecleo. No están para que les cuente historias. Afortunadamente, no puedo pensar en nadie que esté sufriendo el frío que hace, todos están bien tapados. No se imaginan lo bien que sabe el café cargado recién hecho a estas horas. Descansan los ojos, sin sospechar cómo cruje todo en la madrugada. No tienen miedo a despertar a nadie. No sienten lo pesado de la noche, la infinita tristeza que invade a los desvelados: no escuchan el destructor silencio de la ciudad más grande del mundo que contra todo pronóstico suena extinta, seca, muerta antes de la prosperidad.
Ante la sensación de que todos sueñan, la propia realidad sobresale de entre el cuerpo derrumbando los ánimos, imaginando cadáveres con cada ruido inexplicable, o charcos de sangre fresca con los estruendos de las tuberías, cavilando si tal sangre es mía y estoy por fin muerto y estupideces de esas. Y todos roncan. Más o menos bajo, pero todos. No saben que van a morirse. No les importa por ejemplo imaginar Berlín, donde todos los habitantes ya llevan rato pisando todos los girones de piel que me dejé en las banquetas, porque ya han de ser como las doce y seguro Heike ya se fue a correr y mis amigos ya tomaron juntos café y Gaél García ya se echó una película de la Berlinale, sin saber tampoco que a muchos en México oficialmente ya nos pasó a caer bien con esta última gracia de ser jurado en mi querida Potsdamer Platz.
Todos reposan y se mueven poco y lento sobre sus camas. No sienten la culpa de llevar un mes desempleados. No perciben cómo de noche todo se magnifica y golpea bajo en las tristezas y las inseguridades, los miedos y las soledades. No sienten la frustración de estar solo y con la boca cerrada a fuerza a pesar de las ganas. Mudo a huevo porque ninguno puede/quiere leer. Descansan. No consideran que, quizás al rato que se haga día, para mí todos van a seguir dormidos, porque nadie va a estar para que le cuente historias, y estoy condenado al solitario insomnio silencioso.
Adormecidos, ni se imaginan cuánto me cuesta decir estas cosas, porque de entrada ni se enteraron que las estoy escribiendo: no tienen idea, de cuánto los necesito...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé si te consuele algo, pero a las 4:40 de la mañana, yo tampoco podía dormir y tampoco había nadie que escuchara mis historias... Ah, y también yo necesito unas crayolas.

JC dijo...

¡Pero por supuesto que me cunsuela mucho! Gracias por acompañarme sin saber durante la madrugada y escuchar una de mis historias...
Por cierto, ¿Cómo te fue al día siguiente? Tenía que levantarme a las nueve y no pude: amanecí a las tres de la tarde.
En cuanto a lo de necesitar crayolas, pues he de decir que no me queda clara la expresión. Si necesitar crayolas significa necesitar de otras personas y vivir soñando, entonces estamos igual. Qué chido.
Personalmente, no le veo el lado negativo a reconocer que sin duda siempre se necesitan "crayolas" desesperadamente, siempre se necesita del roce con la gente, sea como sea. No sería el primero en decir que el hombre es un animal social.
Y mientras podamos comunicarnos, por lo menos con una persona, digo yo que no estamos solos. ¿O sí?

Anónimo dijo...

hola crayola! cómo estás jesusito? por lo que puedo leer, ya llevas un rato en mx, qué bueno, ya se te extrañaba por acá! no sabes lo triste q estoy q en mi oficina estén bloqueados todos los blogs y demás medios de comunicación moderna, a excepción del mail corporativo -obvio- además de q cuando llego a mi casa, lo último q quiero ver es una compu... por eso no he podido visitarte, pero creeme, me acuerdo muchísimo de tí!
Por cierto, tienes q leer a un niño uruguayo, se llama ignacio alcuri y leì "sobredosis pop" no sabes lo bueno q está, me acordé mucho de tí... pues bueno, creo q he abusado un poco del espacio, sólo quería saludarte, te mando un besote!

Anónimo dijo...

No te apachurres! Aquí estamos para que nos cuentes lo que quieras contarnos! Y no necesitas crayolas cuando tienes una prosa tan maravillosa...
Ahhhh y q bueno q ya te cae mejor Gael! ;)

JC dijo...

Woah, qué bueno que habemos unos cuántos despiertos!

Marianitaaaaaaaa!!! ¡Qué enorme gusto de verdad! Te habías perdido mucho rato y te extrañaba, ha habido mucha controversia por acá, hasta "haters" ya hay! Mal jefe ese tuyo que bloquea los blogs eh! Entonces te agradezco doble por hacer el esfuerzo de regresar a hacerme una visita!
Tomo nota de tu recomendación, aunque no sé qué es sobredosis pop, si un libro o un post o qué...ya me contarás.
Nunca abusas del espacio, para eso es... Al contrario, me dará mucho gusto saber de ti de vez en cuando. Igual que hoy. Hasta pronto espero. Un beso enoorme Marianita!


Querida Gaby:
Creo honestamente que eres demasiado buena persona, te felicito, y por sobre todo te agradezco mucho tanta atención y detalles que nos consta que no merezco. No estaba apachurrado, sólo estaba haciendo un poco de drama porque estaba desvelado, pero de todas formas, gracias gracias, gracias. Que viva Gael en Berlín, te mando un abrazo.

Anónimo dijo...

haters?? muuuuuuuuy mal! no lo puedo creer, pero bueno, "de todo hay en la viña del Señor", no?? sobredosis pop es un libro, pero este niño también tiene un blog, en cuanto tenga la dir, te la paso... de "hojear" un poco los últimos escritos, veo q ya tienes chamba mil felicidades, como te dije hace tiempo, ya estás en la fase de los pies, (produce pumkins, the pies will follow later) no sabes el gusto q me da!!! bueno, te lo mereces!!!
un abrazote