lunes, 16 de mayo de 2011

De los pies (Ew)

Si resulta que voy a tener que estar tocándole los pies a desconocidos durante el yoga, voy a dejarlo.
Y es que aunque empecé con toda la ilusión, feliz, sintiéndome muy relajado muy zen-budista yo; tengo una historia de fobia (¿Se dirá podofobia?) que data de la época en que cobré razón y la verdad es que no puedo con ello. Los pies de la gente siempre me han parecido feos y repugnantes. Así en general. Y es que son horribles ¿No?
A la par de mi aversión, he desarrollado un pudor excesivo - léase complejo - por mostrar los míos. No me siento cómodo enseñándolos. Es muy muy rara la vez que uso sandalias (o chanclas o huaraches), si estoy en la arena los entierro y si estoy en un sillón o una cama los escondo. Es más, en pleno masaje de esos relajante.shiatsu.exfoliante.sueco y demás bondades tranquilizantes, basta con que el masajista me agarre los pies para sentirme reteincómodo y dejar de disfrutar.
Me da al mismo tiempo una especie de admiración esa gente que tiene unas pezuñas horribles (la mayoría, la verdad) y las muestra despreocupadamente, au naturel, así como si nada. Pregúntome cómo es que cubrimos lo maravilloso y enseñamos lo más gacho. Me es inexplicable eso de que hay quien los encuentra bonitos o - peor - excitantes. Los zapatos son otra cosa, y creo que gustan tanto justamente porque tranforman los pies en algo bello, en el mejor de los casos.
Una vez leí que en Tailandia está prohibido señalar, tocar con o incluso mostrar la planta de los pies y dije: Es hora de migrar, allí sí me entienden. Patitas pa qué las quiero, literal. Y es que la enseñada de patas es una triste costumbre que ocurre hasta en las mejores familias. Nomás vayan a la playa y juzguen por sí mismos.
Uno de los mamarrachos más mamarrachos con los que me ha tocado convivir decía que a él le dan asco los ombligos. Y yo pensaba qué estúpido mamarracho, los ombligos tan rebonitos que son. Seguramente alguien me lee así , piensa lo mismo y bueno ¿Qué? Cada quien sus disgustos.
El punto es que uno crece y entiende que las manías deben superarse y le entra al yoga por aquello del estrés extremo y se dice a uno mismo OK supéralo, vas a tener que pisar descalzo la duela (goooaaaac) y además enseñarlos, no vas a ser uno esos ridículos que entra al estudio con calcetines. Es más, se dice uno: Vas a tener que mirar los pies del profesor para hacer bien las posturas, ni modo. Y así empecé más o menos bien, pero la gente tan libre y budistosa que hace yoga no parece tener reparo en - por ejemplo - pisar MI tapete, que según yo te hacen comprar justo para que tú pongas TUS patas - y las de nadie más - en TU tapete. Corte a: Yo asqueado lavando mi tapate en el lavadero de mi casa con harto jabón, más o menos a estas horas. Desde que entré a yoga traigo una obsesión excesiva por cuidarme y traer siempre bien purificadas las patas, las uñas super cortas, todo super limpio y pues, se esperaría que los demás se cuidaran igual ¿no????
Pues resulta que llegamos al punto en que hay que aprender a sostenerse con las manos, y para aprenderlo hay que trabajar con alguien más y ayudarlo sosteniendo sus zarpas. No me daría tanto asco si me tocara trabajar con alguna de las niñas bonitas que van al yoga porque pues después de todo, son niñas y como que son más pulcras, más lindas, no sé. Pero no. Por razones de tamaño y fuerza y las arañas, el profesor (que tiene unos pies espantosos) siempre me pone a trabajar con el típico gorrrdo alto de la clase y pues es demasiado para mí, demasiado. Tanto, que hasta me hace venir a desahogarme aquí cuando llevo meses sin escribir. Demasiado, repito. No puedo. Ni modo...

2 comentarios:

la mis dijo...

bueno, creo que somos dos exagerados- soy un poco neurótica en cuanto a la limpieza, y mis pies rara vez tocan el suelo descalzos. ¿Agarrar otros? ni en broma, o bueno, carga tu antibacterial, o toallitas húmedas, o jabón líquido, no sé... piensa en agarrarle las piernitas lindas a las chicas lindas, pero no desistas por pies! jajaja te lo dice la nena con los pies más limpios del planeta ;)


saludos.

La bruja de las tentaciones dijo...

En serio amé este post ja, ja, ja muy fresco y me hizo reir a mil.

Tienes toda la razón: cada quien sus disgustos!