viernes, 22 de diciembre de 2006

Der letzte Tag (Del Patriotismo)

"Ist das etwa schon der Tag danach /Wo alle Uhren still steh'n /Wo's am Horizont zu Ende ist /Und alle Träume schlafen geh'n /Sind wir zum letzten mal zusammen /Es hat doch grad' erst angefangen /Wenn dieser Tag der letzte ist /Bitte sag es mir noch nicht /Wenn das das Ende für uns ist / Sag's nich'- Noch nich' " (Tokio Hotel, Der letzte Tag, 2006)
Hoy estoy envuelto en esa sensación triste de la partida. El próximo domingo es mi último día en Berlín. Con 25 años y unos cuantos viajes como este encima, sigo viajando dentro de mi mismo para contenerme cada vez que he de despedirme de alguien importante. No he aprendido a resignarme al costo de oportunidad. Aún no sé cómo descartar la posibilidad de tener amigos, maestros y gente: algo dentro de mí se rehusa a no-involucrarse, a pesar de que de antemano sé que van a llegar días como hoy en el que - siendo realistas -, me despido de quien nunca más volveré a ver. Así (y menos mal), sigo siendo ese adolescente de 17 que contiene el llanto y abraza fuerte, porque sabe que si viviera en la misma ciudad y con la misma gente que ha conocido estaría contento de tener tantos amigos. Pero eso no es así, y los amigos se sentirán siempre pero físicamente se esfuman.
Pero hoy ante la retrospectiva y aprendizaje del viaje, quiero hablar del patriotismo, en esta tierra donde a todos les pesa sentirse abiertamente orgullosos de ser alemanes. Así como los judíos nacen (o nacían) heredando un sentimiento de "a lo largo de la historia nos exterminaron, y hay que unirnos para que no nos lo vuelvan a hacer", los alemanes tienen el chip de "a lo largo de la historia exterminamos, y hay que evitar a toda costa volvernos a convertir en monstruos". Por todas partes se ven símbolos y gestos de homenaje, o de disposición de pagar moralmente los platos rotos, o precaución de ser demasiado nacionalista. Con la misma fuerza que desata la pasión y el orgullo nacional en un francés, los alemanes temen el sentirse el mejor país del mundo. Y no olvidemos, que seis millones de ruandeses (el mismo número que de judíos en la guerra) murieron hace todavía muy poco, y de eso no se habla en Francia (Ni en ningún otro lado). La culpa y la responsabilidad histórica alemana, en contraste, es omnipresente.
Fue hasta este año, durante la copa del mundo de fútbol 2006, que los alemanes decidieron ondear banderas, y me alegro. Para mí este país es grande, y como mexicano no tengo reparo en sentirlo. Los alemanes están en un punto donde han reflexionado como pueblo y están redescubriendo su orgullo nacional. Y esto me lleva a pensar de que es justo así como un patriotismo sano nace en óptimas condiciones. El patriotismo es pensado, razonado, durante largo tiempo.
Lo digo, orgullosísimo de ser mexicano en Berlín, y sin el mas mínimo átimo de modestia. Porque este viaje, fui el mexicano que nunca llegó tarde, siempre entregó las tareas, y no rebuznó ante la gramática. Decidí ser el mexicano que echó el mayor desmadre pero con el más alto respeto y moderación. Il messicano que no enseñó a los extranjeros a decir palabrotas en español, ni vomitó en la calle, ni se llevó nada del buffet de la escuela, ni se fue sin pagar o anduvo zozobrando a ver qué gorreaba (como muchas otras personas - emabajadoras involuntarias de sus países y víctimas de la generalización - hicieron).
Pensé en ser der Mexikaner, que no se fue siempre con los latinos ni habló español todo el tiempo, y se comunicó con todos la mayor de las veces en su propio idioma. El mexicano que sin intentar encubrir las deficiencias de nuestro país, siempre habló maravillas y se concentró en los tantos puntos positivos, y convenció. Le mexicain que evitó hacer comparaciones absurdas entre los países, para así enriquecerse de todas las nacionalidades (la propia incluída), y aprendió mucho de los estilos de vida o costumbres opuestos o ajenos a los propios, con muy muy buenos resultados.
Porque lo logré (!!!). Sin esfuerzos innecesarios, y sin tratar de complacer a nadie, sino por el puro gusto de ser mexicano. Logré que - por lo menos en mi entorno inmediato que hoy se disipa - la próxima vez que alguien oiga México, sienta cariño. Y por tanto, me encariñé de más con casi todos, y estoy abrumado de dar y recibir tantos abrazos sinceros. Y confieso aquí, que después de las despedidas y muy muy en el fondo, hay una voz que al sentir todo esto grita bajito algo así como Viva Mexico Ca*&ones...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

QUERIDISIMO COMPA!!!!
ME ENCANTO LO QUE ACABAS DE ESCRIBIR,REALMENTE ES IMPORTANTE ACABAR CON TODOS AQUELLOS ESTEREOTIPOS QUE SON USADOS A DIARIO EN TODAS PARTES Y LOS CUALES SÒLO HABLAN DE IGNORANCIA Y GENERALIZACIONES BURDAS DE LA GENTE, LAS NACIONES Y LOS PUEBLOS. ES UN PLACER LEER ALGO TAN ELOCUENTE, EMOTIVO E INTELIGENTE COMPITA.
APROVECHO PARA MANDARTE UN FUERTE ABRAZO,DESEARTE UNA FELIZ NAVIDAD Y QUE EL PROXIMO AÑO TE TRAIGA A TI A TU FAMILIA MUCHO ÈXITO, FELICIDAD Y SALUD.
YO SALGO DE VACACIONES CON LA FAMILIA Y REGRESO A PRINCIPIOS DE AÑO, TE MANDO UN ABRAZO CON CARIÑO COMPITA Y NOS VEMOS PRIMERO DI-S EL PROXIMO AÑO.

Anónimo dijo...

Bendito México!!!

Nos falta mucho, tenemos muchas deficiencias, malos manejos, muchas lagunas y mucho todo, pero nos queda siempre el orgullo ferviente por nuestra amada patria, la desesperación por gritar y demostrar nuestras maravillas, nuestras bellezas y grandezas, eso es lo que nos hace ser verdaderos mexicanos, dentro o fuera de nuestro México; el orgullo por nuestra patria y el sentir reventar nuestro corazón al gritar!! VIVA MÉXICO!!!!!

Somos muchos compatriotas orgullosos y amantes de México...Pongamos la frente en alto por ser Mexicanos y Salvemos a nuestro pais!!

Bueno, por lo menos yo... no lo cambio por NADA.. nuevamente: VIVA MÉXICO!!!!!!!!!!!

PeRLa!!!

LA dijo...

Feliz Navidad, Jesus!

LA