"Sono le stesse le parole che poi penso sempre.
Sono le stesse le canzoni che ho sempre in mente."
- Zero Assoluto
Hace poco volví a encontrarme conmigo mismo en este blog. Alguien necesitaba saber cómo se codificaba uno y yo puse este espacio como ejemplo. Pasé de largo todas estas entradas recientes y conforme fui viajando hacia atrás en el tiempo fui recuperándome. Iba disfrutando aspectos extraviados de mí que - reconozco - debo urgentemente rescatar de mi fondo, porque me hacen ser más yo que muchas de las cosas que hago ahora. A mí regresan siempre los mismos temas. Héme aquí, escribiendo sobre regresar. Como toda la vida.
Es hasta hoy que ya no he podido contener más el deseo de escribir, a pesar de tantos problemas y demandas en el trabajo. Todo el día estoy pegado a esta computadora y mi excusa por no venir era justo esa.
Pero me olvidaba que, una vez que empiezo a escribir aquí, las teclas (las mismas de todo el tiempo) se suavizan y mis manos (las mismas también) se desatan como nunca. O como siempre. La computadora es la misma, pero es otra cuando escribo en nuestra lengua, que como yo, regresa siempre: es una adicción, se repite. Nuestro español en el que un "hacía mucho que no volvía" descontextualizado puede referirse a mi ausencia, a la de él, o a la de ella. Y nunca acaba. ¿Hace cuánto que no me visitabas? ¿Quién regresó, tú o yo? Así escribo, para acá y para allá: quizás me ausente voluntariamente para que la sed me ataque con fuerza y así regresar corriendo a beber como un salvaje, porque así se disfruta más todo.
Porque preguntarle a este blog, después de un rato de abandono ¿Cómo te va, mi amor? Es preguntarte a ti, que lees, cómo te va. Es también preguntármelo a mí. Y es hora de responder.
Es hasta hoy que ya no he podido contener más el deseo de escribir, a pesar de tantos problemas y demandas en el trabajo. Todo el día estoy pegado a esta computadora y mi excusa por no venir era justo esa.
Pero me olvidaba que, una vez que empiezo a escribir aquí, las teclas (las mismas de todo el tiempo) se suavizan y mis manos (las mismas también) se desatan como nunca. O como siempre. La computadora es la misma, pero es otra cuando escribo en nuestra lengua, que como yo, regresa siempre: es una adicción, se repite. Nuestro español en el que un "hacía mucho que no volvía" descontextualizado puede referirse a mi ausencia, a la de él, o a la de ella. Y nunca acaba. ¿Hace cuánto que no me visitabas? ¿Quién regresó, tú o yo? Así escribo, para acá y para allá: quizás me ausente voluntariamente para que la sed me ataque con fuerza y así regresar corriendo a beber como un salvaje, porque así se disfruta más todo.
Porque preguntarle a este blog, después de un rato de abandono ¿Cómo te va, mi amor? Es preguntarte a ti, que lees, cómo te va. Es también preguntármelo a mí. Y es hora de responder.
4 comentarios:
Es bueno tenerte de vuelta niño. Ya se te extrañaba (aunque viendo las fechas...no fue tanto tiempo jajaja). Un beso.
POR AQUI , AGUANTANDO "LA OLA DE LA VIDA",PERO ENCANTADA DE LEERTE DE NUEVO.
BESAZO
como te va mi amor.... como me va??? mmmm creo que ni siquiera lo se... segun yo la vida es como una carrera donde hay varias metas y vas hacia ellas no?? pero muchas veces mi caso siento que solo voy caminando, no veo las metas ni se cuales son o donde estan y eso hace dificil o confuso el tiempo, tampoco me quiero parar pero a donde voy?? en fin, por si acaso llegan o aparecen por ahi, seguire caminando...
Anónimo:
Tú eres tu meta. Pregúntate qué quiere la vida de ti, quizá con más fuerza que el preguntarte qué es lo que tú quieres de la vida. Búscale, es muy importante ir fluyendo junto con la vida, desempeñando la misión que te tocó.
Mientras tanto, es buenísimo seguir caminando. Gracias por leer.
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