Ayer fui testigo de la forma en que mi vecina bebé probó por primera vez en la vida el prodigioso jugo de mandarina que a mí a mis 28 tanto me gusta. La primer cucharada provocó una reacción imposible de malinterpretar en la expresión de su cara: aborrecía el sabor. No fue hasta la cuarta cucharada cuando el gesto de disgusto y asco se fue disolviendo.
Preferiría estar muerto a escribir algún día que uno debe conformarse con la vida que lleva. Mi recomendación será siempre al contrario. El conformismo es un defecto mientras que la adaptación es una virtud.
Adaptarse es difícil, no siempre es posible medir el buen sabor del momento presente: pregúntenle a las pequeñajas de seis meses de edad a qué les sabe el jugo de mandarina durante la primer cucharada. Si pudieran hablar, se quejarían igual o peor que muchos de nosotros, desdeñando la situación actual.
Hay que estar dispuesto a beber. Si el destino nos es infiel y no vivimos para contar el éxito pleno, habremos desperdiciado una vida quejándonos. Hay que acostumbrar la boca a apreciar lo que sorbemos en tiempo récord. Todo es cuestión de sed. Adaptación. Sin ella, el soñador y el visionario se disuelven ante el pesimismo. Adáptate. Respira el presente. Bébete este momento.
Aunque tengas un sueño y un camino por recorrer, no hay nada seguro: tu momento es hoy. No te quedes con la primer impresión de tu realidad. Sórbele más de cuatro cucharadas de golpe, agárrale el sabor.
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Preferiría estar muerto a escribir algún día que uno debe conformarse con la vida que lleva. Mi recomendación será siempre al contrario. El conformismo es un defecto mientras que la adaptación es una virtud.
Adaptarse es difícil, no siempre es posible medir el buen sabor del momento presente: pregúntenle a las pequeñajas de seis meses de edad a qué les sabe el jugo de mandarina durante la primer cucharada. Si pudieran hablar, se quejarían igual o peor que muchos de nosotros, desdeñando la situación actual.
Hay que estar dispuesto a beber. Si el destino nos es infiel y no vivimos para contar el éxito pleno, habremos desperdiciado una vida quejándonos. Hay que acostumbrar la boca a apreciar lo que sorbemos en tiempo récord. Todo es cuestión de sed. Adaptación. Sin ella, el soñador y el visionario se disuelven ante el pesimismo. Adáptate. Respira el presente. Bébete este momento.
Aunque tengas un sueño y un camino por recorrer, no hay nada seguro: tu momento es hoy. No te quedes con la primer impresión de tu realidad. Sórbele más de cuatro cucharadas de golpe, agárrale el sabor.
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6 comentarios:
Que tal. Hice una visita rapida a tu blog.
Te dejo saludos. ‡
Me acabo de desvelar oficialmente leyéndote. Y lo sé gracias a tu reloj de 'es la hora, es la hora', que ilustra y advierte la muerte de cada segundo, ya no digas minuto. Escribes padrísimo. Volveré.
!GENIO,ME IMPRESIONASTE DE NUEVO!
Y DE NUEVO ME PARO A PENSAR .....
ONLY YOUR WORDS REMOVE FROM MY ROUTINE AND I SEE THE IMPORTANT THING
I MISSING YOU, KISSSSSSS
Me encantó la referencia a tu vecinita... "quién sabe por qué" ;)
Maravilloso como siempre!
Me encanta leerte porque siempre aprendo algo nuevo, me abre los ojos a algo diferente o cambia la perspectiva de las cosas.
Adoro el sentido que le das a las palabras comunes y las haces especiales.
Nunca volveré a tomar jugo de mandarina sin pensar en ti...
Bravo!
Gracias por visitar y por los comentarios. A sorberle...
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