Toda mi vida he imaginado un día perfecto en el que despiertas en una cama con un colchón inteligente de no mames y abres los ojos sobre una almohada de plumas sanforizadas de ganso sueco...Te retiras tu super bata Hefner de satín negro, te ves los cuadritos en el espejo y estrenas tus D&G con tu Dsquared, tus Gallo y tus cacles Prada, un suéter Missoni anudado al cuello y tu Santos 100 Esquelette todo ello perfumado en Acqua di Bulgari para bajar a desayunar con vista al mar a la carte mientras lees el resumen de los mejores periódicos del mundo. Tu asistente ya separó los e-mails que tienes que contestar y vas en el coche cantando a todo volumen a pasar una jornada en la que mandas, creas, diriges, pintas y photoshopeas entre amigos. Claro, pausa para comer y para ver media peli. Recibes la noche con whisky y con una buena cena. O algo así.
Pero el día perfecto es cuando despierto en mi cama en la del Valle y descalzo me arrastro hacia el chorro de agua fría para vestirme (sin traje y corbata yeiiii) para ir a trabajar durísimo en mi Chevy. Mi mamá, mi papá y mi hermana están vivos y juntos desayunamos cosas simples y deliciosas como pan, mantequilla y café. Trabajo entre amigos y - eso sí - creo y escribo. Y al terminar me queda este blog, los libros de Steig Larsson, el cine y los tacos del Huequito.
Y aunque la neta es que debería ser millonarísimo y guapísimo y cenar en el Nobu todas las noches, quizá la almohada de plumas de ganso no me llegue nunca; pero es un hecho que llegará el día en que sea imposible volver a probar la sopa de fideos de mi mamá, ver con mi hermana la tele tapados con un edredón or ir con mi papá por tacos.
Así que el día perfecto para mí de momento es ese en que todo sale mal, amanece uno con unos rizos indomables, se acabó la mermelada de chabacano y uno llega tarde a la chamba porque el tanque va medio vacío, se come crema de verduras y pollo con tomate. Ese día perfecto en que es miércoles, no pasa nada y uno anda vestido de jeans y playera lisa, viendo la repetición de una serie.
Es eso, hoy tan abundante, y no la pijama de seda que nunca he tenido, por lo que un día lloraré.
Pero el día perfecto es cuando despierto en mi cama en la del Valle y descalzo me arrastro hacia el chorro de agua fría para vestirme (sin traje y corbata yeiiii) para ir a trabajar durísimo en mi Chevy. Mi mamá, mi papá y mi hermana están vivos y juntos desayunamos cosas simples y deliciosas como pan, mantequilla y café. Trabajo entre amigos y - eso sí - creo y escribo. Y al terminar me queda este blog, los libros de Steig Larsson, el cine y los tacos del Huequito.
Y aunque la neta es que debería ser millonarísimo y guapísimo y cenar en el Nobu todas las noches, quizá la almohada de plumas de ganso no me llegue nunca; pero es un hecho que llegará el día en que sea imposible volver a probar la sopa de fideos de mi mamá, ver con mi hermana la tele tapados con un edredón or ir con mi papá por tacos.
Así que el día perfecto para mí de momento es ese en que todo sale mal, amanece uno con unos rizos indomables, se acabó la mermelada de chabacano y uno llega tarde a la chamba porque el tanque va medio vacío, se come crema de verduras y pollo con tomate. Ese día perfecto en que es miércoles, no pasa nada y uno anda vestido de jeans y playera lisa, viendo la repetición de una serie.
Es eso, hoy tan abundante, y no la pijama de seda que nunca he tenido, por lo que un día lloraré.
4 comentarios:
CIERTO, CIERTO,CIERTISSIMO.....
BESOS TESORO
ZARAGOZA-ESPAÑA-
I thought I'd found the boy of my dreams, so it seems...
This is how the story ends:
he's gonna turn me down and and say -Can't we be friends?♪♫♪♪♫
(it did hurt)
es como ver los pequeños milagros que nos suceden diariamente.
es difícil descubrirlos, pero una vez que te acostumbras, quedas maravillado.
siiiiiii a veces yo también deseo mil cosas y fantaseo todo el día a lo estúpido sin darme cuenta de las maravillas que la simplicidad me regala en muchas ocasiones yo la verdad últimamente... cero complicaciones!!! que ricoooooo!!
Pilly!!!
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