lunes, 29 de junio de 2009

Réquiem por mi attention SPAM, quiero decir, spaN

Mientras escribo esto, estoy escuchando música, pendiente del tiempo en que esté lista la cafetera, tengo cuatro pestañas en cada una de mis dos ventanas de navegador (una para el trabajo y otra personal). Estoy redactando tres e-mails, este post, mi status de facebook y "viendo" el vídeo de Black or White de Michael Jackson.
Intento ser lo más breve posible: Twitter ha creado en mi una sensación de necesidad de compactar al máximo lo que quiero expresar. A menudo me encuentro a la mitad de una idea que debo resumir para que quepa en el campo del tweet o en el chat de Blackberry. Ya uso abreviaturas impensables, soy amo del Spanglish (parte por vicio y parte por nuevos términos que no están traducidos), me cuesta mucho trabajo leer más de tres páginas en un libro sin alternar o sin hacer una pausa. En mi cerebro hay viento, ruido, descontrol y ansiedad.
Las ventajas son muchas: desde el exhibicionismo de presumir los deliciosos canelones que uno se está zampando en ese momento, hasta la posibilidad de conocer sobre la represión a las protestas pacíficas después de las elecciones en Irán (y unirse a la causa). Twitter y Facebook han cambiado nuestro mundo, nos han interconectado y nos han llevado a reconcebir nuestra idea de comunicación. Perdón, ya está listo mi café.
El caso es que (tenía una idea pero ya se me fue), unas por otras, sí, hoy somos la envidia del pasado pero también el hazme reír. Si yo mismo hace tres años no hubiera sido capaz de sentarme a leer durante horas, nunca habría terminado la carrera. El precio es alto, el deterioro a mi tiempo de atención notable. Y a ustedes ya se les hace tarde para cambiar de blog, redactar un e-mail o regresar a leer dos páginas, así que los dejo.

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