- Alanis Morissette
Ayer, por primera vez en tres semanas, salí de noche y estuve en un kararoke bar con mis amigos. Fue increíble. El haber añorado salir de noche, la imposibilidad de dejar la casa a causa de la epidemia, hicieron que el reencuentro con mi vida nocturna fuera espectacular.
A futuro, sin embargo, creo que va a seguir habiendo muchos fines en los que no salga, por puro gusto. Para ser realmente justo, debo decir que estos días pasados hubo dentro de mi casa o de casas de amigos celebraciones, cumpleaños, reuniones...que fueron igual de inolvidables, y que quizá nunca hubieran pasado si no hubiera habido influenza porcina en esta ciudad.
Como dice él, que escribe de lujo, este tema nos va a seguir rondando. ¿Qué es lo que viene?
Es hora de mirar los lados positivos de tener menos dinero por la crisis, y más paranoia por la influenza.
Sin duda, lo que no te mata te hace más fuerte. Aquí seguimos, vivísimos.
Esto no es nada nuevo, lo sabemos todos:
- Gastaremos bien. La recesión nos ha enseñado dos máximas fundamentales: Comprar sólo lo que nos es absolutamente necesario, y/o comprar sólo lo que nos vuelve locos. Gastaremos mejor. En México especialmente, somos famosos por nuestro ingenio y creatividad, somos expertos en arreglárnoslas. Ya vimos que es posible. Para mejorar las finanzas personales, recomiendo este gran blog, que es muy útil y habla en términos simples sobre cómo hacer un mejor uso del dinero.
- La introspección llegará a nuestras vidas. Si nuestro ingreso ya no va a dar para tantas salidas, quedarse en casa a disfrutar de uno mismo y de las propias reflexiones y pensamientos, el replanteamiento de metas, etc. son hábitos que no debemos dejar cuando regresen las vacas gordas. Situaciones difíciles como perder un empleo forzarán a una búsqueda interna y en el mejor de los casos, un fortalecimiento personal.
- El diálogo recuperará terreno. Mírennos. Aquí, interconectados por un blog. Qué va uno a hacer cuando allá afuera los bichos epidémicos nos acechan y es mejor quedarse encerrados. Además, el cafecito o la cerveza en casa se retomará con más fuerza. Menos Starbucks (ojo: digo menos, no "nada de") y más café recién hecho en la cafetera de los amigos. La era del jenga está aquí. A desempolvar la guitarra para las noches bohemias y bienvenidas las tardes de Texas Holdem casero.
- La sensibilidad se magnifica. Tener a deseo las cosas, hace que sean muy especiales cuando lleguen. ¿A qué sabe un Caramel machiatto después de esperar a beberlo varios días, una vez que nos reunamos con alguien especial para compartirlo? Lo aprenderemos. Muchos ya lo aprendimos.
- Seremos más verdes. Ahora sí, llegaron los tiempos en que el reciclaje no es algo deseable o simplemente "lindo", sino absolutamente necesario. Pensaremos en todas las cosas que tenemos y que hace años no usamos. ¿Cómo podemos sacarles provecho ahora? Si no nos sirven ya a nosotros, ¿Pueden servirle a alguien más?
- Seremos, también, más azules. Dentro de esta tendencia a cuidar más de nuestros recursos y nuestro planeta, atesoraremos el agua. Miraremos hacia el mar, los lagos, las presas que nos abastecen, nuestros drenajes, nuestras llaves y nuestras regaderas. Hoy tener agua es ser millonario.
- Redescubriremos la lectura. La forma de entretenimiento por excelencia desde el principio de los tiempos, gana terreno. Asignaremos más tiempo - ese que empleábamos en gastarnos el dinero en quién sabe qué -, en darnos un banquete de buenos libros. Dentro de esta propensión al reciclaje, regresaremos a nuestros abandonados libreros y a los de nuestros amigos.
- La solidaridad crece. En un entorno más hostil, lamentablemente más inclinado a la inseguridad, el sentimiento de cuidarnos todos aumenta. La crisis y la epidemia nos toca a todos, sin excepción. Estoy escribiendo esto pensando más bien en "nosotros", no tanto en "yo". Estoy seguro que muchos sentimos lo mismo, y eso es buenísimo.
- Hágalo Usted mismo. Este lo dejé al final poque es el más amplio. Y también el más chotedo, pero es cierto. Va desde lo trivial (Aprovecho para compartir esta receta de galletas que es barata y fácil y quedan deliciosas como las Zucky), hasta lo importante: El cambio lo hace uno mismo. Hay que buscarle, hay que chambearle - uno mismo -. La "vida mejor", hoy en día, hay que fabricársela. Y en eso estamos.
En suma, ¿Por qué quejarte por estos tiempos, cuando auténticamente puedes agradecer por ellos?
No se puede volar todo el tiempo. Hay momentos en que hay que ejercitar las alas, aprovechar para definir el destino antes de echar a volar. Este es uno de esos, y juro que cuando termine, volaremos más alto y más lejos. ¿O tú qué opinas?
Y si llegaste hasta acá abajo, muchas gracias por leer.
A futuro, sin embargo, creo que va a seguir habiendo muchos fines en los que no salga, por puro gusto. Para ser realmente justo, debo decir que estos días pasados hubo dentro de mi casa o de casas de amigos celebraciones, cumpleaños, reuniones...que fueron igual de inolvidables, y que quizá nunca hubieran pasado si no hubiera habido influenza porcina en esta ciudad.
Como dice él, que escribe de lujo, este tema nos va a seguir rondando. ¿Qué es lo que viene?
Es hora de mirar los lados positivos de tener menos dinero por la crisis, y más paranoia por la influenza.
Sin duda, lo que no te mata te hace más fuerte. Aquí seguimos, vivísimos.
Esto no es nada nuevo, lo sabemos todos:
- Gastaremos bien. La recesión nos ha enseñado dos máximas fundamentales: Comprar sólo lo que nos es absolutamente necesario, y/o comprar sólo lo que nos vuelve locos. Gastaremos mejor. En México especialmente, somos famosos por nuestro ingenio y creatividad, somos expertos en arreglárnoslas. Ya vimos que es posible. Para mejorar las finanzas personales, recomiendo este gran blog, que es muy útil y habla en términos simples sobre cómo hacer un mejor uso del dinero.
- La introspección llegará a nuestras vidas. Si nuestro ingreso ya no va a dar para tantas salidas, quedarse en casa a disfrutar de uno mismo y de las propias reflexiones y pensamientos, el replanteamiento de metas, etc. son hábitos que no debemos dejar cuando regresen las vacas gordas. Situaciones difíciles como perder un empleo forzarán a una búsqueda interna y en el mejor de los casos, un fortalecimiento personal.
- El diálogo recuperará terreno. Mírennos. Aquí, interconectados por un blog. Qué va uno a hacer cuando allá afuera los bichos epidémicos nos acechan y es mejor quedarse encerrados. Además, el cafecito o la cerveza en casa se retomará con más fuerza. Menos Starbucks (ojo: digo menos, no "nada de") y más café recién hecho en la cafetera de los amigos. La era del jenga está aquí. A desempolvar la guitarra para las noches bohemias y bienvenidas las tardes de Texas Holdem casero.
- La sensibilidad se magnifica. Tener a deseo las cosas, hace que sean muy especiales cuando lleguen. ¿A qué sabe un Caramel machiatto después de esperar a beberlo varios días, una vez que nos reunamos con alguien especial para compartirlo? Lo aprenderemos. Muchos ya lo aprendimos.
- Seremos más verdes. Ahora sí, llegaron los tiempos en que el reciclaje no es algo deseable o simplemente "lindo", sino absolutamente necesario. Pensaremos en todas las cosas que tenemos y que hace años no usamos. ¿Cómo podemos sacarles provecho ahora? Si no nos sirven ya a nosotros, ¿Pueden servirle a alguien más?
- Seremos, también, más azules. Dentro de esta tendencia a cuidar más de nuestros recursos y nuestro planeta, atesoraremos el agua. Miraremos hacia el mar, los lagos, las presas que nos abastecen, nuestros drenajes, nuestras llaves y nuestras regaderas. Hoy tener agua es ser millonario.
- Redescubriremos la lectura. La forma de entretenimiento por excelencia desde el principio de los tiempos, gana terreno. Asignaremos más tiempo - ese que empleábamos en gastarnos el dinero en quién sabe qué -, en darnos un banquete de buenos libros. Dentro de esta propensión al reciclaje, regresaremos a nuestros abandonados libreros y a los de nuestros amigos.
- La solidaridad crece. En un entorno más hostil, lamentablemente más inclinado a la inseguridad, el sentimiento de cuidarnos todos aumenta. La crisis y la epidemia nos toca a todos, sin excepción. Estoy escribiendo esto pensando más bien en "nosotros", no tanto en "yo". Estoy seguro que muchos sentimos lo mismo, y eso es buenísimo.
- Hágalo Usted mismo. Este lo dejé al final poque es el más amplio. Y también el más chotedo, pero es cierto. Va desde lo trivial (Aprovecho para compartir esta receta de galletas que es barata y fácil y quedan deliciosas como las Zucky), hasta lo importante: El cambio lo hace uno mismo. Hay que buscarle, hay que chambearle - uno mismo -. La "vida mejor", hoy en día, hay que fabricársela. Y en eso estamos.
En suma, ¿Por qué quejarte por estos tiempos, cuando auténticamente puedes agradecer por ellos?
No se puede volar todo el tiempo. Hay momentos en que hay que ejercitar las alas, aprovechar para definir el destino antes de echar a volar. Este es uno de esos, y juro que cuando termine, volaremos más alto y más lejos. ¿O tú qué opinas?
Y si llegaste hasta acá abajo, muchas gracias por leer.
4 comentarios:
Muy bien!!! a finalde cuentas algunas son las mismas ideas que venimos escuchando y vamos a escuchar para laaaargo, lo padre es como lo explicas y lo aterrizas realmente a nuestro entorno y a nuestro día a día...
Bienvenido el ingenio, el ahorro, la planeación y sobre todo... bienvenidas las pedas caseras!!!
PSP
crisis y epidemias, no veas los lados positivos, es LA HECATOMBEEEE!
Sabias y hermosas palabras. De verdad. Muchas gracias por el link! :)
A mí no me costó nada de trabajo quedarme en mi casa, pero nada, nadita. ¡Pijama perpetua fue mi lema! ;-)
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