A pesar de que no estoy listo aún para abandonar el sueño de escribir (quizás ahora menos que nunca), reconozco que todo escritor que se precie, debe tener un dominio del lenguaje y ser capaz de comunicar exactamente lo que quiere. Malas noticias, no sé si lo podré lograr. Dejen les explico.
La buena noticia es que regreso a escribir porque estoy como que sensible.
Sí. Es exactamente ese mismo sentimiento de fragilidad, pero en el cuadrante opuesto del plano.
Me explico (o lo intento): la sensación de sensibilidad con la que he estado siempre familiarizado es esa en la que un roce, una palabra mal dicha, un acontecimiento desfavorable (por muy pequeños que sean) tienen tal fuerza en mí que me derrumban, aniquilan mi espíritu, invitan a la nostalgia, a la tristeza... Ese sí se lo saben, verdad emos?
Esta vez, un roce, una palabra normalmente dicha, un acontecimiento remotamente favorable, (por muy pequeños que sean) tienen tal fuerza en mí que me empoderan, me encantan, invitan a la sonrisa, al extremo del buen ánimo.
Así es como mejor lo sé explicar.
No es "simpleza". Quizá es el impacto de un buen cóctel de eventos favorables. Desde el Lazarillo de Tormes leído en la dostres tierna infancia, no había vuelto a encontrar un libro que me hiciera reír. Hasta El viaje del elefante.
Me pregunto si es la actitud con la que leo, o el dominio de Saramago. ¿Qué será qué será? Hoy me encontré a mí mismo riéndome con la bocota abierta y me sorprendí. También me alegré.
La obsesión por definir esto, va más allá del deseo de saberla nombrar bien.Quisiera embotellarlo, atraparlo para que nunca nunca se escape.
Ahora bien, verdad es que lo mismo pero en el cuadrante triste me hace escribir más y mejor, pero ni modo. Ya estoy aquí. ¿Cómo es que se dirá?
La buena noticia es que regreso a escribir porque estoy como que sensible.
Sí. Es exactamente ese mismo sentimiento de fragilidad, pero en el cuadrante opuesto del plano.
Me explico (o lo intento): la sensación de sensibilidad con la que he estado siempre familiarizado es esa en la que un roce, una palabra mal dicha, un acontecimiento desfavorable (por muy pequeños que sean) tienen tal fuerza en mí que me derrumban, aniquilan mi espíritu, invitan a la nostalgia, a la tristeza... Ese sí se lo saben, verdad emos?
Esta vez, un roce, una palabra normalmente dicha, un acontecimiento remotamente favorable, (por muy pequeños que sean) tienen tal fuerza en mí que me empoderan, me encantan, invitan a la sonrisa, al extremo del buen ánimo.
Así es como mejor lo sé explicar.
No es "simpleza". Quizá es el impacto de un buen cóctel de eventos favorables. Desde el Lazarillo de Tormes leído en la dostres tierna infancia, no había vuelto a encontrar un libro que me hiciera reír. Hasta El viaje del elefante.
Me pregunto si es la actitud con la que leo, o el dominio de Saramago. ¿Qué será qué será? Hoy me encontré a mí mismo riéndome con la bocota abierta y me sorprendí. También me alegré.
La obsesión por definir esto, va más allá del deseo de saberla nombrar bien.Quisiera embotellarlo, atraparlo para que nunca nunca se escape.
Ahora bien, verdad es que lo mismo pero en el cuadrante triste me hace escribir más y mejor, pero ni modo. Ya estoy aquí. ¿Cómo es que se dirá?
5 comentarios:
Me da gusto que no estés dispuesto a abandonarlo por esa sensación que no sabemos cómo se dice...
Recuerda que muchos de "los grandes" en realidad empezaron una actividad prolífica hasta sus 40...
No es como pa que te des chance, porque tienes a Pessoa que todo lo que hizo fue en sus 20 y se murió como a los 35 o por ahí (no me acuerdo bien, pero joven).
El caso es que, como diría sabiamente Timbiriche, "si no es ahora, será mañana" y aprovecha esa sensación.
te leo por el placer a mi ojos. cuando menos tienes que escribir, es cuando quieres kieres decir. hazme el favor y no te despegues. saludos.
Hola, hace mucho que no te leia, siempre es padre hacerlo pero sugiero seas más frecuente pero mucho.... muuuuucho menos largo en cada post algunos se ven infinitos!!!
Besos, Pilly.
¿Verdad que sí? Como que es uno feliz y de repente los demás, o incluso uno mismo, piensan que "ya no escribes tan padre", pero qué se le va a hacer, no vamos a tirarnos al drama para ver si así les gustamos más a los demás. Ni modo, deal with it.
mmm que no sepas como explicarlo no quiere decir que no sepamos a que es a lo que te refieres, no?
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