miércoles, 22 de febrero de 2006

Corrien

"el que mucho abarca poco aprieta"
Refrán popular

Qué alarmante. Y no puedo ni detemnerme a pensarlo xq mañana tengo control de Japón, China y ...
Yo que pretendo ser artista, que nunca me he apresurado a nada, Me estoy convirtiendo en una caricatura del hombre posmoderno: todo el día corriendo. Universidad, trabajo, visitas, comer, vida personal, llamadas, orden, ....Hacer bien el proyecto de tesis, estacionarlo en la sombrita, participar para que te recuerde la profa., traer la corbata bien puesta, atascarse de comida 8excelente para el stress), cotizar, cambiar la comida de la gata, poner atención en finanzas...
Increíble cómo esta vida nos va volviendo máquinas, reaccionando automático a todo, incapaces de detenerse a disfrutar cada una de las actividades que queramos hacer de día.
Atarse las agujetas en el coche, Poner el C D player para cambiarse de ropa, pero no da tiempo ni a media canción ...malordenar el cuarto con el teléfono en la oreja, comer el postre de pie y empezr a lavar los platos cuando aún estamos masticando el último bocado, saludar a los amigos sin dejar de caminar, leer mientras cenas...
La prisa es un mantra ya, el sueño, la sed, la comida,se vuelven secundarios - lo que más "duele": sentir, se vuelve secundario en un mundo que pide RESULTADOS ante todo. Un mundo con días de solamente 24 horas en el que es prteciso hacer de to do.
Un mundo donde el ideal es estar bueno, bien vestido, leer el periódico y las noticias, dar un buen ejemplo a los niños, estudiar en el ITAM, trabajar como un burro, hacer algo por la comunidad, sa lir de antro los fin es, y estar pendientes de Cantando por un sueño, algo de fútbol,las noticias otra vez, que cambian al minuto... y espérate que se nos viene la maestría.

Y uno que intenta de repente concentrarse y escribir, no caminar sin cuestionarse un poco cómo se va pa sando la vida, en todo cado, DECIDIR que uno no va a cuestionarse, de re pente me encuentroescupiéndole palabras al teclado, acorralado, porque hay que escribir, pero hay que dormir, al punto de que a veces la idea que ttenemos bien pensada, ha de verse - por culpa de cualquier cosa de entre el montón de la lista de pendientes- interrump

viernes, 17 de febrero de 2006

Felicidades Cuco

Hace 5 años que entré a la carrera conocí gente increíble en el ITAM. También hace 4 y hace 3 y hace 2 y hace un mes y antier.Con algunos más que con otros ha habido buena amistad, recuerdos, peleas, desveladas, borracheras (!), café en las mañanas, exámenes en equipo, distanciamientos, momentos compartidos...
El tiempo, con su implacable acción depuradora ha ido arrancando mucha gente de mi vida, por motivos diversísimos. Después de cinco años, solamente hay un amigo con la que sigo en verdadero contacto desde 2001. A la interesante luz de la retrospectiva, hay muchísimos momentos distintos, altos y bajos, y el Mulis a.k.a. Cuco ha estado a pesar de todo ahí. Y sigue. Surreal saber que nos estamos graduando ya...
Más surreal saber que, el tal Cuco anda feliz - literalmente- porque encontró una excelente chamba, en la que está contento, le gusta el trabajo y es bien apreciado por su empresa. Bueno mano, ya te tocaba un post especial no? Felicidades...No dejes de regresar al blog. He ahí la prueba más viva de que no se necesita saber nada especial ni estudiar ni matarse para encontrar un buen lugar, y más bien es el examen psicométrico y psicológico (el que se concentra en tu capacidad y tu ética, más que en tus dieces o tus papelitos) el que te lleva a los buenos lugares. No sabrás ni madres, pero ética y valores un chingo...
Desde el martes que nos contaste, estoy esperanzado, inspirado. La buena chamba llegará. If you could make it, who the fuck wouldn't???? Con esto estamos probando la única teoría que aprendimos en el ITAM: Los ñoños abajo, nosotros arriba. Es una de esas veces donde dices, qué bueno que no me fui. Tenías razón. Tuvimos razón... Pero más que todo eso, estoy contento, porque te ví muy contento. Keep it up... Un abrazo.

sábado, 11 de febrero de 2006

Nostalgia rizada

" le abrió todo su corazón y le dijo: "La navaja no ha pasado jamás por mi cabeza, [...]. Si me rasuraran, mi fuerza se retiraría de mí, me debilitaría y sería como un hombre cualquiera." "
Jueces, 16, 17:18.
Mis rizos no son sin mí y yo no soy sin ellos.
Vienen juntos ya desde hace muchísimo tiempo, mezclándose desde el corazón de la Ciudad de México, el este de España y los puertos del Líbano. Son espigas en verano, cuando huelen como a cerveza obscura, son menos copiosos en otoño, y estáticos en el invierno. En primavera les encanta atrapar las flores de jacarandas que caen lento desde muy alto, y enredarse en ellas.
Mis rizos hablan al aire y deciden mi futuro, cuando estoy triste se estiran hasta mi cuello para abrazarme, siempre buscan consolarme y se pasan el día buscando cómo decirme las respuestas que necesito (sólo ellos las saben). Son ellos, los seductores por excelencia, los que se asoman hasta mis oídos y susurran las mejores frases para cautivar a las mujeres, y apuestan entre sí quién me hará caso y quién no. Son junto con Dios los únicos que de verdad saben exactamente en cuántas almohadas los he puesto a dormir, se derriten ante el recuerdo de aquélla primera noche y son más líquidos, aunque se solidifican con recuerdos de otras noches menos memorables. Son perezosos, y despertarse temprano les cuesta mucho trabajo.
Protestan esponjándose si no les gusta el lugar a donde los llevo. Se desesperan cuando están en la fila de un banco - especialmente en quincena -, también cuando se quedan junto conmigo atascados entre el tráfico. Son en esos días muy amargos, aunque ni bien llegan a la playa se vuelven salados, siempre ansiosos de que los peces del mar naden entre ellos. En días de inspiración se vuelven dulces, - mientras más inspirados están más empalagan -, y es entonces cuando vale la pena probarlos. Componen canciones y versos (se saben cuerdas de guitarras de distintos tonos), son felices cuando cantan, interpretan según el tema, pero siempre entonan con gusto, fuerza, entusiasmo y hasta rabia, en una armonía impecable y afinada. En épocas de serenidad, aman la música de Rachmaninov y de Tchaikovski, entonces suenan como campanas al viento y, si corro muy rápido, parecería que una orquesta ligera va conmigo. También, en tiempos de celebración, bailan. Es entonces cuando son más suaves.
La impersonalidad, la rutina y la contaminación de la ciudad los hace ásperos. Por eso le costó tanto trabajo al Señor Fernando peinarlos esta mañana. He empezado a trabajar desde esta semana y he tenido que cortármelos a la fuerza. Su imagen no es óptima para las ventas de mi empresa, y he tenido que deshacerme de ellos. No quise despedirme, porque sé que pronto voy a encontrar un lugar donde sean símbolo de fuerza y vuelva dejarlos salir. Sé que son buenos rizos, estoy orgulloso de ellos, se toman todo el champú que les doy, se portan bien y son prudentes y no me queda duda que se asomarán rápido en cuanto estemos en un ambiente propicio y tolerante. Regresé a mi casa muy aturdido, sintiéndome extraño con mi nuevo corte casi rapado, al ras. Me ví al espejo y no me gusté (naturalmente). Casi anochece y sigo sintiéndome raro, cansado, he dormido una siesta larguísima y no sé por qué. Será que, tal vez, los rizos no me perdonan, que ni siquiera me despidiera de ellos, mientras los barrían en la peluquería...

lunes, 6 de febrero de 2006

Ootra vez...

Últimamente recurro al blog cuando estoy desesperado y ya tampoco.
Dejo aquí mi promesa de regresar en un momento de euforia, o de felicidad que >>ojalá<< llegue muy pronto.
Mientras, me consuela mucho regresar acá. Hoy voy a dejar el complejo de novelista y no voy a llenar la pantalla de palabras.

Lamentablemente, una vez más - para variar-, hoy me siento justo así.

miércoles, 1 de febrero de 2006

¡Revolución!

En nuestros días cada vez las minorías son más reconocidas y toleradas. A pesar de que se invierten millones en campañas contra el tabaquismo, la cifra anual de muertes a nivel mundial es altísima. Se trata de un porcentaje enorme de humanos conscientemente dañándose. A pesar de ello, fumar es socialmente bastante aceptado, incluso es de repente una especie de símbolo de elegancia. A pesar de que en algunas partes se separa a los fumadores, se siente extremo pensar que alguien se perdería la oportunidad de conocer/contratar/cortejar a una persona solamente porque fuma. Fumar es el chamuco, pero ya no sorprende ni shockea a nadie. Ni hablemos del alcohol a ciertos niveles sociales. Aceptadísimo.
De la misma manera, ya existen países en los que dos personas del mismo sexo pueden casarse y hasta adoptar niños. El caso más reciente, creo, España, país tradicionalmente conservador y católico. Brokeback Mountain, película sobre dos vaqueros gringos gays, fue nominada ayer a 8 Óscares (la más nominada). La homosexualidad ya no es controversial, no shockea. Nadie trata de cambiar a quien ha decidido llevar ese estilo de vida. Cada vez menos los casos de gente que no es contratada/tratada solamente por ser gay.

En contraste, existe una minoría (bueno, no tan minoría en México), que aún con la considerable evolución de las conciencias hacia la tolerancia, sigue a mi parecer siendo maltratada, cuestionada, hasta ignorada. Me refiero a los gordos, los pasados de peso, los carnitas, los panzones.
Como panzón que soy, no puedo evitar sino acusar que vivo una asquerosa intolerancia a que uno le empaque fuerte y sostenido. De acuerdo, no es lo óptimo, pero es decisión propia comer. Igual que un fumador. Pero distinto porque la gordura no es nunca equiparada con la elegancia. ¿Por qué coño no??? Se nota en el trato de la gente. No remuerde el haberte comido una torta extra de tamal frito: al contrario, te hace más feliz. Sí remuerde cuando toda la gente te hace notar que estás subiendo de peso en tono de alarma, como si subir de peso fuera bajar de status o algo así. Qué molesto. En el mundo de hoy, la gordura soprende y shockea. Ni quien cuestione si prendo un cigarrito, pero si me chupo una chela más, el comentario 'gracioso' no se hace esperar. Tampoco el comentario en serio. Nadie quiere que tengas panza, esa es la verdad. El familiar, el amigo, el conocido, el profesor, el jefe, el alumno, el viene-viene, el policía: todos tienen algo que decir sobre tu gordura. A nadie le importa si escribes o estudias R.I. ah pero "cómo has subido de peso, ora sí ya cuídate". Pobre de la Britney con tanto paparazzi.
¿Cuántos humanos hay pasados de peso? Seguro más de los que están en su peso ideal. ¿Y dónde se nos representa? ¿Dónde está una película nominada al Óscar sobre dos gordos que se aman? ¿Qué estupidez es esa de tener un ideal pre-establecido, y de juzgar a quien decide comer de más?
Pensemos en religión. Buda. Gordo, gracias./El indiscutiblemente mejor cantante del mundo. Pavarotti./Uno de los actores más emblemáticos de la historia. Marlon Brando./Premio Nobel de la Paz latinoamericano. Rigoberta Menchú./Cantante más exitoso de todos los tiempos (recordemos sus últimas apriciones). Elvis Presley. Y Marilyn tampoco era flaca al estándar de hoy./¿Qué tal la princesa del pop últimamente?/¿Cómo es la foto del presidente Roosevelt?/Santa Claus, gordito. Y qué bien te cae porque te trajo hartos regalos verdad?
Así que es hora de la RE-VO-LU-CIÓN. Los gorditos estamos hartos de que se nos juzgue. Queremos llevar una vida normal, sin presiones, sin que nos obliguen a cambiar lo que nos encanta. Un poco de aceptación. La misma dosis que a los gays o a los fumadores, y ya vamos de gane, comiendo felices - y tranquilos - cuanta grasa encontremos. Que nadie trate de cambiar este estilo de vida que hemos decidido llevar. Si como mucho o poco, ¿vale madres no?????
Únete a la causa. Me siento orgulloso de ser un panzón. Estudio, soy económicamente activo, contribuyo a mi sociedad. Que empiece la revolución. Todos los días son días del orgullo gordo. No esperes a una fecha especial para decirle a ese gordito que hay cercano a tí lo mucho que lo aprecias y estimas. Yo soy panzón y a mucha honra. Y ahora ME VOY A TRAGAR.