miércoles, 19 de marzo de 2008

De los niños gordos y las bondades del veganismo

Pues sí reverenciados lectores, después de hacerme mucho del rogar, regreso a contarles una anécdota que es más de lo mismo de siempre: mi lucha contra los kilos y los tacos al pastor.
Es preciso que empiece confesando que hace ya casi un mes decidí ver una peli, y me pedí una Peperonissima extra grande. Como me la terminé entera a eso de la mitad de la peli, decidí pedir otra más. Cuando iba camino al contenedor de basura para esconder la evidencia de dos cajas vacías y evitar los comentarios familiares (Nosotros sabemos que "la pizza te nutre" pero mia famiglia considera que como demasiado), me dí cuenta que si estaba ocultando el hecho era porque en el fondo sabía que no estaba bien. Y así, decidí buscar ayuda profesional.
Me conseguí una nutrióloga personal que me puso un régimen de no pasar hambre. Llevo 3 kilos menos y la verdad es que -Versión oficial: me siento increíble y amo las verduras. -Versión off the record: I'm certainly not starving but I feel like eating an entire cow and then two or three chocolate cakes. With cream on top. And jelly. And ice-cream aside.
Total que en la última consulta le rogué que me dejara incluír en mi balanceada dieta un porcentaje de tacos al pastor en mi ingesta diaria recomentada. Y así, me dejó comerme sólo tres (¡¡¡!!!).
Total que ayer por fin fui a ese templo de placer llamado "El Hostal de los Quesos" acompañado de Best Ever aka myself. Y como iba solapa, me puse a ver a los otros comensales. Entre ellos había un mocoso entrándole tupido a una gringa de pastor.
Uno de los placeres en mi vida - así como Amélie Poulain ama meter la mano en un costal de frijoles y así - es observar a niños gordos comer. Me encanta. Es una actividad que practico frecuentemente y se ha convertido en un disfrutable hobby. Que conste que nunca fui un niño gordo (al contrario, de chiquito era flaco y lacio y todos hacían circo, maroma y teatro para que comiera -¿Ya vieron las consecuencias de rogarle a un niño flaco que trague??? Aprendan futuros padres: hoy soy un no-tan-gordo de pelo rizado y bastante engreído), pero siempre que veo a un chiquillo mantecón atascarse con gusto sonrío y pienso que sería un gran actor para personificarme en mi etapa de niño en la película de mi biografía. Y acto seguido, I order whatever he's having.
El caso es que anoche después de comerme sólo tres tacos, morí de ansiedad. Obvio pedí una gringa. Llegó. La ví. La partí, amándola. Me empecé a comer un cuarto y fui feliz. Después otro cuarto, y me entró la culpa: "Llevas casi un mes haciendo "Zumba" y tragando diario Vitalínea, nopales y el nuevo Special K Control con alga espirulina y vas a arruinarlo todo por una gringa??? NOOO SEÑOR".
Y así, no supe qué hacer con la mitad de mi gringa, que estaba ahí frente a mí, inmaculada y sin tocar. Necesitaba encontrar un digno heredero. Entonces, me acerqué al niño, y dispuesto a convertirme en su héroe le dije:
"Oye, veo que te gustan mucho los tacos, yo ni he tocado esta mitad de gringa que todavía está calientita ¿la quieres?"
Mamá del niño obeso: Óyeme no cómo crees, mi hijo no se va a comer tus sobras
Niño obeso (sonriendo): Ah sí gracias amigooo
Yo: No señora, cómo cree que le voy a dar sobras, le digo que esta gringa ni la he tocado, y en vez de que se la lleve el mesero y la tiren, mejor que se la coma el niño
Mamá del niño gordo: No no, ya te dije que no, dásela a alguen más pero a nosotros no, además yo cuido mucho lo que come mi hijo
Yo: Sí señora seguro, igual que mi mamá. Toma amigo...
Y entonces le entregué la gringa a mi amigo, quien obvio gustosamente la aceptó. No pude ver cómo la disfutaba. Esperé mi cuenta ahí parado en la caja, porque hubiera sido muy incómodo quedame en la mesa.
Neta comer grasa es lo peor. Seguro una mamá vegana hubiera agradecido al dios del gérmen de alfalfa el hecho de le regalara una comida impecable a su vegano hijo para nutrir su organismo. Neta, convirtámonos todos al veganismo. Coman frutas y verduras.
Y gracias a todos por los comentarios del post anterior.

lunes, 3 de marzo de 2008

Otro ataque

Sí señoras y señores. O señora y señor, en singular, más apropiado. Esta vez lo tengo bien conscientizado: me está dando un ataque de esos en los que me voy y no regreso en mucho rato.
Resulta que me he visto obligado a moderar los comentarios porque digamos, dos de cada tres son pendejadas mal intencionadas y anónimas. ¿De verdad no tienen otra cosa mejor que hacer? La única excepción fue Josephine, a quien agradezco enormemente.
Pero es que lectores, yo sí escribo para ustedes. Ya no voy a fingir que escribo únicamente para mí mismo y que me importa un bledo si me leen o no. Honestamente detesto no sólo no tener muchos comentarios, sino tener más comentarios estúpidos y/o negativos.
Así que miren, yo les puedo hablar de negatividades y de lo asquerosa que es mi vida en la embajada asiática, quejarme de las deudas hasta el cuello, y chillarles porque no me dejan comments. Pero no, hagan lo que quieran. También puedo hablar de cosas supremamente buenas. Y como escojo esta última opción, mientras llegan mejores eventos qué cubrir/escribir aquí ahí nos vemos...Mucha paz y mucho amor y buena vibra y lean The Secret y nunca cambien. Auf wiederlesen.