lunes, 30 de abril de 2007

SMS

En el "buzón de entrada" de mi celular, ya se me acumularon los mensajes sms que nunca quise borrar porque son especiales.
Definitivamente, el SMS a veces va cargado de emoción.
Como no quiero que se pierdan, los reproduzco aquí.
"Muchas gracias, te prometo que no voy a dejar de escribir!"
Escrito hoy a las 17:24 por mi amigo Joe - que como yo quiere ser escritor y estudió R.I. - después de haberlo felicitado por un logro de trabajo importante en política exterior.
"Ya me pueden marcar al (...) es mi tel libre, a ustedes les cuestallamada local y no les cobran larga distancia, se tarda un poquito en entrar".
Escrito por mi amiga Valeria, el 20 de enero de 2007 desde Puerto Rico, país donde desde este año vive con su esposo.
"Hola je yo tmb te quiero mucho y quiero estar siempre cerca de ti y ser muy felices siempre, echemosle ganas a la vida. tu hermana ke te adora".
Escrito por mi hermana, un 25 de mayo a las 21:44, cuando estaba lejos lejos.
"Me aceptaron en harvard. Hoycelebracion con helga en celtics de polanco".
Escrito por mi amiga Viridiana el 28 de febrero de este año a las 10:51.
"Tu tambien eres mi mejor amigo"
Escrito por mi amigo Eduardo el 19 de noviembre de 2005 a las 03:17, después de mi fiesta de cumpleaños.
"bueno si hay tipo macpatatas quiero unas con queso sino algo de queso o tocino ke no sea hamburguesa mi pay los amo cerdos y mis sorgos please"
Escrito por mi hermana un 15 de enero de 2007 a la 20:22, días antes de irse de viaje lejos, mientras estaba con mi mejor amigo en Mc Donald's. (Sorgo = cigarro)
"como crees pobrecita voy a rezar por ella en la noche...ke feo...toy esperando el camion de las 7.15"
También mi hermana, el 8 de febrero, cuando le conté que Anna Nicole Smith había muerto.
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Otros que nunca borré escritos por mi hermana, no importa de qué fecha:
"ok jaja con razon no llegas ps si ya andas tragando! alimentando las carnotas"
"ashi esh ando en la playita obvio ya toda ardida naranja horrible ademas solo me queme de un lado jaja pero ya me pedi unos aros de cajamar y unos camarones al mojo de ajo y hoy saldre a bailotear como cerdo toda la noche jajajaj yahoo"
"never! ke lindo! te kiero mucho je! hoy...tu fuiste mi valentine"
Este fue escrito obviamente un 14 de febrero y ella estaba lejos, lejos.
***

domingo, 22 de abril de 2007

De la sucesión cíclica

"...and when I'm drunk I dance like my dad: I sarted to dress a bit like him..."
Robbie Williams, Strong, I've been expecting you, 1998.
Poco a poco se va entendiendo la vida. Por ejemplo se aprende que a veces, un orgasmo frustrado puede conllevar mucho aprendizaje. Me explico: desperdicié la única oportunidad que he tenido en mi existencia de experimentar con una mujer madura por comprender cómo sienten los padres. Hoy me acordé mucho de eso. Arruiné lo que según yo hubiera sido una buena noche de experimentación en mi departamento de Berlín porque durante el coqueteo descarado salió a la plática su hija de 17 años y la conversación sobre las vocaciones enfrió los deseos.
Ella, al parecer una excelente abogada - todavía de muy buen ver - en su país natal, aún en plena facultad profesional, sentía como gran golpe que su hija quisiera estudiar medicina. No sé por qué luché tanto a favor de que cada quien elija la carrera que quiera en nombre de la diecisieteañera: quizás porque me recordó mucho a mi amiga Vicha (hija de una de las mejores oftalmólogas de México que cambió tres veces de carrera), o a mi amigo Víctor Montaño (hijo de abogados, que acabó politólogo), o a mí mismo.
Pero a través de sus nada despreciables labios entendí perfecto la postura de aquéllos seres humanos que, justo como mi padre y mi madre, nunca aspiraron a escribir libros o canciones, ni pintar cuadros, ni inventar aparatos, ni matar gente: los que instintivamente escogieron a sus hijos como su opción para potencialemte trascender. Para continuar lo que ellos empezaron con esfuerzos. Para seguir vivos en los herederos y consumar a través de las manos de sus descendientes victorias que por tiempo y espacio no hubieran podido alcanzar pero son suyas.
Esta mujer era una de esas que iniciaron con pocas probabilidades, y a lo largo de su vida las fue superando y llegó muchísimo más lejos de lo que se hubiera podido predecir, pero no logrará en su tiempo de vida la escalada hasta la cima. Y quién mejor que un hijo sucesor para cubrirse de gloria, para aprovechar y terminar el camino andado, para llegar a la meta, para no echar a perder los sacrificios, para cosechar los frutos de lo que los padres no podrán recoger pero sembraron, para alcanzar el sueño. Me parece perfectamente natural, humano, instintivo. Justo entonces entendí a mi padre, y a la mamá de vicha, y a los papás de Víctor.
Siempre que acompaño a los amigos del trabajo a comprar lotería - en esta misma avenida de Reforma, escenario de mi vida - paso cerca del restaurante donde un día mi papá me dijo que no creía en mi arte, y que aunque no me pareciera iba a hacer de mí un "ejecutivo de alto nivel". Desde entonces el término se volvió clásico en mi vida para designar todo lo que no quería, y ahí mismo me juré a mi mismo nunca permitirle convertirme en algo así, me prometí darle por su lado al mundo y tarde o temprano lograr ser lo que me diera la gana.

Hoy soy un sueño que yo no soñé. Estoy bien, todo bien, todo perfecto a pesar de nunca haber pensado que acabaría así, profesionalmente hablando. Al parecer soy alguien que continúa andando el camino de quien después de llegar a su tope y colmo de posibilidades en la vida pasa la estafeta a alguien de su sangre. Soy mi padre.
Nunca como ahora, que ya soy algo parecido a un ejecutivo de alto nivel - corbata, oficina, sueldo y tarjetas de presentación -, lo he sentido más orgulloso de mí. Me parezco a su ideal del yo: muy trajeadito, muy serio, muy chambeador, muchos idiomas, muy businessguy. Y me alegro. Cada pequeño triunfo o duda laboral mi primer reacción inmediata es llamarlo, comunicárselo. Quizás porque intuyo que para él es como una victoria propia. Soy de alguna manera su continuación, cada día me lo noto: voy pareciéndome más y más a él.


Pensando en eso, de repente se me antoja mucho tener un hijo y hacer lo propio.
Sentarme un día con él en un restaurante y comunicarle que voy a hacer de él un artista de alto nivel. Meterlo a clases de guitarra, de canto, de piano, de solfeo, de natación. Exigirle lecturas de libros, llevarlo a museos, llevarlo a audiciones, castings, agencias. Pelear por colocarlo en el cine, en la tele, en las compañías discográficas.

Pero otra de las grandes cosas que se aprende al entender la vida, es que seguramente mi hijo será cuadrado, serio, conservador, clásico. La sucesión no funciona al 100% porque cíclicamente existen personalidades, y esas no pueden moldearse a placer.
Seguramente, si tengo un hijo, me saldrá exactamente igual a mi padre.

domingo, 15 de abril de 2007

¡Exactamente Paulina!

"If men were angels, no government would be necessary."
James Madison, The Federalist No. 51

Sin duda, una obra bien hecha expresa mucho más que un post.
Esto es justo lo que al parecer aquél día no supe explicar: mi postura a favor del derecho a decidir.

martes, 10 de abril de 2007

La Última Mirada

"La Nao de China zarpaba sin saber que esa noche
encontraría un destino que no podría ser nombrado con la palabra azar:
sino por ese vaivén de la vida que todo explica y nada explica.
El viento sopla. Y la Nao va. Y la Nao va."
Hua-lan Pei-ji


Continuando con la tradición familiar de regalar a México algunas de las mejores películas en su historia, Patricia Arriaga Jordán nos entrega un inspirador drama que nos pone a pensar qué haríamos si pudiéramos elegir lo último que veremos.

Hace no tantos años, don Carlos y doña Amelia fueron muy jóvenes y se amaron con una de esas pasiones que por tan grandes derriten y renuevan. Se casaron en esta, nuestra ciudad de México, y al multiplicarse engendraron a Patricia, Guillermo, Carlos y Jorge.
Desde entonces, la alimentación de esta familia y de los cuatro hijos criados en la colonia Unidad Modelo se ha convertido en uno de los mayores misterios del cine mexicano. Porque Guillermo escribió muchos libros que luego se hicieron película (Babel, 21 gramos, Amores Perros) y ganó premios en Francia como ningún otro mexicano antes (Los Tres Entierros de Melquíades Estrada), su obra fue publicada en más de diez lenguas distintas y se convirtió en una obsesionante inspiración para muchos como este que escribe.

Por su parte Patricia, la única hija mujer de la familia Arriaga Jordán, un día intentó vehementemente escribir un drama. Hizo todos los esfuerzos, lo intentó con todas sus ganas, pero no pudo. Fracasó.
Le fue imposible escapar de sí misma y de su sangre, y así concibió una película de combate al drama. De pasión y lucha.
Pintó de tierno dulce los personajes pero los rellenó de una fuerza resplandeciente. Se decidió a dejar de hacer el típico cine sobre cómo los mexicanos viven una decadencia de la que no pueden escapar. Escogió hablar y retratar nuestro verdadero espíritu: ese de quien está viviendo con honor a pesar de lo difícil que se le pone la vida. Que si acaso vive un declive, no lo percibe: pues piensa, siente y actúa con toda la dignidad. Que no tiene idea lo que le espera y sabe agradecer al destino.

Dos historias que se entrelazan hacen de “La Última Mirada” una de las películas más entrañables y potentes en la historia del cine mexicano. Homero es un reconocido pintor que debe enfrentarse a la tragedia de ir perdiendo progresivamente la vista y con ella la seguridad, la pareja y la estabilidad. Por su parte, Mei es una adolescente con aspiraciones que se ve obligada a trabajar como sirvienta en un burdel cuando su madre emigra hacia Estados Unidos dejándola con una deuda por saldar. Ambos personajes nos tomarán de la mano como nunca antes otros lo habían hecho, adentrándonos en un mundo de lucha y humanidad que si no conocemos ya en carne propia, desearemos emular en un futuro.

Patricia creó una obra misteriosa, roja, poética, achinada, radical, cadenciosa, erótica, solidarizante. La coloreó de México, de España, de luces titilantes, piernas bajo la piscina, mujeres desnudas y jaulas de palomillas que vuelan.

Tanta abundancia de colores y matices llevan a la mente y al corazón a valorar la a menudo desapercibida gran fortuna de poder ver, mirar y observar. Este deleite visual y sentimental estará pronto en DVD. Atrévete a escoger qué sería lo último que verías.

sábado, 7 de abril de 2007

Sábado de Gloria

Literalmente.
Pietà - David La Chapelle

viernes, 6 de abril de 2007

Santos Días


La Última Cena - David LaChapelle

martes, 3 de abril de 2007

De cine y por Guillermo Arriaga

"El búfalo de la noche va a soñar contigo - dijo -. Trotará junto a ti, oirás sus pisadas y su aliento. Olerás su sudor y se te acercará tanto que casi podrás tocarlo. Y cuando el búfalo decida atacarte, te despertarás en la pradera de la muerte.
Entonces dejarás de burlarte, hijo de la chingada."
Guillermo Arriaga: El búfalo de la noche, Editorial Norma, 2006.
El mes de marzo, me encontré con mi gran ídolo Guillermo Arriaga en la portada de la Revista Chilango, que me encanta por cierto. El reportaje principal cubría la ruptura de la simbiosis más afortunada que ha tenido el cine mexicano actual: la que Arriaga sostuvo con Alejandro González Inárritu (director). De allí vienen Amores Perros, 21 gramos y Babel.
Me hirvió la sangre al leer una carta en la que González, junto con otros miembros del elenco de Babel, se dirigían a Arriaga para reclamar una "injustificada obsesión por reclamar la sola autoría de la película".
Quizás porque aspiro a ser escritor, creo que es hora de reconocer y defender a Arriaga. El escritor está encargado de parir al niño. Que se necesite mucho para hacerlo crecer y convertirlo en un hombre de bien, es otro asunto. Pero sin padre que engendre al escuincle - sin hijo -, no tiene sentido ni el tutor, ni el profesor, ni el desarrollador, ni el perfeccionador. El gran intérprete no puede demostrarse sin una canción. No se puede preparar un buen taco si alguien antes no ha hecho la tortilla. Y Arriaga es la materia prima, el que genera la potencia para que ésta se convierta en acto, el primero: el escritor. ¿Qué hubiera sido de Iñárritu sin la historia de Amores Perros? ¿Qué hubiera podido hacer Tom Tykwer sin Süskind? ¿Scorsesse sin Pileggi (Good Fellas)?
Recordemos la mejor película de Arriaga por mucho: Los Tres Entierros de Melquíades Estrada, ganadora de la Palma de Oro 2005, dirigida por...Tommy Lee Jones. Justo ahí la prueba de que una obra genial puede ser retomada por distintos directores, pero no todos los intérpretes tienen la versatilidad para ejecutar todo. Dirigir una historia de Arriaga, es pisar blandito dada su riqueza literaria, lo cual siempre va a hacerla más fácil de llevar a la pantalla, como si de un detallado - y de paso artísticamente humano - instructivo se tratara.
Que González Iñárritu pose feliz para las tapas de revista, sin saber que las portadas son tan efímeras como probablemente lo serán sus próximas películas (ojalá me equivoque, por el bien del cine mexicano), mientras que las historias y los mensajes que Arriaga a través de su dirección ha legado a nuestra generación - y por tanto debe ser acreditado - permanecerán por siempre, es lo de menos.
Lo que encabrona es el cinismo de González utilizando cobardemente una revista para atacar a Arriaga, quien busca el crédito (y la remuneración económica) que legítimamente le corresponde por haberle puesto en la boca a Iñárritu, y no a otro director, la sustancia que hoy lo hace caminar por las alfombras rojas del mundo y sonreír junto a Brad, Cate y Gael para los paparazzi.
El reconocimiento a Guillermo Arriaga está en nosotros, los que hemos sido conmovidos por las historias, a los que nos interesaba más ver en Babel a Mariana (personaje inicial de una española que quería verse haciendo el amor antes de quedarse ciega) que a una Harajuku girl japonesa sordomuda, producto de una clara intención de marketear mejor un producto para recaudar más a pesar de distorsionar una historia (lo que naturalmente fue idea de Glez. Iñárritu). Los que lloramos por Melquíades, los que leemos lo que escribe y nos esperamos a su crédito en algún lado de la película, porque sabemos que era él el que estaba detrás. Los que no olvidamos a los personajes, sin importar quién los interpretó. La prueba nos la dará el tiempo con El búfalo de la noche, que sin ser la mejor historia de Arriaga, está cargada de suspenso y onirismo, dirigida por un tal Jorge Hernández Aldana.
Directores - como González Iñárritu - muchísimos, guionistas buenos pocos, escritores - como Arriaga - menos. Lo veremos.
"...Detesto también a la gente pusilánime. Admiro a los intensos, a los que van con todo, a los que no se detienen ante nada: a los hombres y mujeres que dejan pedazos de piel por donde caminan."

domingo, 1 de abril de 2007

Ser o parecer...

"Crea fama y échate a dormir"
Sabiduría popular, muy probablemente mexicana
Vamos llegando ya a la Semana Santa, y ¿Ser o parecer? se convierte en una pregunta interesante en un país con una pronunciada mayoría de católicos. O quizás ni tan mayoría según yo. Hace poco me di cuenta que prácticamente estoy rodeado de "creyentes pero no-practicantes" que están seguros de ser católicos. Ser o parecer.
El mismo RBD (por cierto, al parecer el más vendido en la historia de la música en México) es algo que parece que canta. No es, y a veces, ni siquiera parece. Y a nadie le importa, a muchos nos gusta. Ya sé, no hay que exagerar, ni sacar las cosas de contexto, lo que me va inquietando es que si bien no todo lo que es parece, lo más difícil es que no todo lo que parece es.
¿Soy o me parezco? es la típica pregunta hecha al mirón o al curioso. Yo mismo lo he dicho aquí: tengo un título que me acredita como licenciado, porque tres sinodales hicieron parecer que me evaluaban y montamos todo el teatrito y ahora que parezco licenciado nadie duda que en verdad lo soy, sobre todo con la nueva vida de oficina en la que la impecabilidad del traje es una obsesión inescapable para todos. Una mancha en la corbata (tanto en mi oficina como en mi casa) es pecado mortal que todos condenan antes de que uno mismo se dé cuenta. Supongo que es igual en todas partes y a mi me salta a la vista porque a penas voy adaptándome al sistema. De entrada me choca. El ser o parecer impecable, por ejemplo. Después de todo ¿Qué importaría que algo no parezca impecable si de hecho lo es? Nada.
Pero estamos parados en un lugar donde parecer quizás se toma en cuenta más que ser. Un lugar donde las mayorías son creyentes pero no-practicantes. Oro o pirita, lo importante es que nos brille. Que parezca. Que hasta nosotros mismos nos lo creamos.
Tenemos frases, saludos, títulos profesionales, gestos, cartas, abrazos, e-mails, relaciones, respuestas, besos... que muy desgraciadamente no son lo que parecen. Creemos ciegamente en la democracia y la equidad de los géneros y el credo que dicen en la misa (digo, quienes van a misa) pero no los practicamos. Tenemos oficinas de todo ámbito atascadas de gente tan sólo parece, que si es algo es primo-del-amigo-del-jefe o corrupto y por eso llegó ahí. Festejamos - digo, ejem, conmemoramos - la muerte de Jesucristo con una sacrificada vigilia consistente en la paella más espectacular del año, o alguna otra suculencia di mare. Creemos en el trabajo, pero nos hacemos pendejos las últimas horitas del viernes. Y cosas así. Cosas que tenemos que empezar a cambiar. Ser y parecer.
Porque al final la respuesta llega casi sola. Parecer no es importante, o no debería serlo. Ser es practicar. Y entonces, quizás las cifras no sean ciertas cuando dicen que los mexicanos somos mayoría católica. Los creyentes y no-practicantes no son nada, aunque digan ellos que sí.
Y para acabar en un mood muy de cuaresma, termino diciendo que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, porque no soy ajeno al dilema del ser o parecer. Frecuentemente me asaltan las dudas sobre si soy escritor o sólo parezco. Pero eso es material a practicarse otro día a través de este mismo canal.
Y ya sé: la foto de Mayte no tiene nada que ver con lo escrito arriba pero Hey, ¿alguien se está quejando??