lunes, 30 de octubre de 2006

Que siempre sea como hoy

„Jeden Tag, jede Sekunde triffst du eine Entscheidung, die dein Leben verändern kann.“ (Von Lola rennt)
Por fin aterricE en Berlin. PensE que iba a estar normal. La ciudad es espectacular. Llego al edificio donde voy a vivir, me emociono: parece un museo de arte moderno. Un viejo entre rubio y canoso me da la llave de mi cuarto. Resulta ser todo lo que sognaba en la vida en cuanto a necesidades, espacio, decoraciön, etc. Vanguardista, amplio, increIble. No hay nadie mas que yo. Me encuero, me encanta sentir que afuera hace un frIo polar y yo estoy en mi depa sin ropa. Me bagno. No llega ningun roomate, quE bueno, quiero estar solo. Prendo la tele, no entiendo nada. Me jeteo (me duermo) riquIsimo. Ri qui si mo. Despierto, el desayuno incluido es como dos panes con mantequilla, mortadela y queso mäs de lo que me esperaba. Me termino mi strudel y mi cafE. Mmmmh. Entro a hacer el examen de colocaciön. Junto a mi hay una noruega de revista, me intimida su belleza. No me animo a hablarle. En frente, una suiza guapetona. Me intimida menos, le hago la platica: es actriz, le encanta el arte. Nos gustan los mismos directores. Fan de Tom Tykwer. My kind of girl. Salvo dos o tres chinitos, toda la gente en el cuarto es guapisima, me siento en folleto de escuela de idiomas. Obvio me echE agüita y me peinE, asI que no me quedo aträs. La maestra me hace una entrevista y me felicita por mi äleman. (??)
Asi que ayüdame a rezar para que nada de esto se estropee, no llegue ningün roomate y me quede solo a escribir mis cosas en este paraIso glacial...que todo se quede asI, que todas las magnanas sean siempre como hoy!!! Si hiciera un poquito de mäs calor, me pintarIa el pelo de rojo y saldrIa ya mismo a correr por Prenzlauer Berg: tengo la sensaciön de que si hoy grito, se rompen todas las ventanas de BerlIn.
*Nota aclaratoria:
Nötese que nadie estaba despierto en MExico y no se recibieron tantos rezos. Mäs de la mitad de la gente en mi salön habla espagnol...Ni modo.

martes, 24 de octubre de 2006

Al ojo del amo engordan los caballos

Sí, estoy de vacaciones pero no pude más. Tengo que hablar de mi pueblo, donde estoy estos días. Si quieres verlo en un mapa, busca Miedes de Aragón en la provincia de Zaragoza, cerca de una hilera de pueblitos alineados en torno a Calatayud, famoso por la copla de la Dolores. Ahí nació mi padre, cientos de años después de que los moros dominaran el pueblo y dejaran una torre mudéjar desde donde fue asesinada la condesa Leonor - que según mi imaginación era guapísima -, junto a la que estaba la fragua de mi abuelo "el último herrero" y hoy está nuestra casa.
El paisaje es duro, agreste: es como una de esas mujeres discretas que no suelen mostrar abiertamente lo bien que están. Me encanta. La vegetación no es exuberante, pero sabes que en el fondo hay riqueza, agua, abundancia, vastedad. Aquí pasé casi todos los veranos de mi vida.
Siempre me sentí dueño y señor. Todo parecía indicarlo. En uno de esos tantos días de calor, ocio y tranquilidad imaginé que secretamente lo había heredado implícitamente, que lo dejaron como regalo para cuando naciera yo. Así me explicaba el venir cada año, a vigilar que todo estuviera en orden. Y así, cada vez que vengo, lo poseo. Aprovecho la naturaleza dócil y testaruda de la gente grande para cuidarlos, decirles cosas como tienes que tomar mucha agua porque ya eres una mujer mayor, sí, con un litro y medio al día tienes. Al fin y al cabo, me pertenecen. Como cada uva sembrada y cada botella de vino. Cada visita, como si me arrancaran dedos, me duele saber que alguien murió, como hoy que me encontré a mi amiga Consuelo, que nos dijo que su esposo Leonardo la había dejado solica. Hace tres años que no venía.
No llegan muchos canales de televisión, así que poco queda más que comer jamón, tortilla, lomo en conserva, quesos con aceite; abrazar a mi abuela y a mis tías y tíos - últimos vestigios de la España de la guerra, tesoros aragoneses en peligro de extinción - y vigilar que el sol no haga de las suyas con las viñas o con las ovejas. Que el agua llueva bien sobre los cerezos, los almendros, los perales. Rezar porque no se quede desierto y por que todo se conserve e impida que la modernidad derribe las fuentes y las plazas que hasta la fecha me hacen imaginar vívidamente a mi abuelo soldando una puerta, a mi abuela hacia misa con su mantilla, a mi padre de niño corriendo o andando en bicicleta con sus pantalones cortos, o a mi madre joven cargándome hacia el convento para que me bautizaran.
Por cierto, me siento muy cosmopolita: estoy en un cibercafé de Calatayud pero me siento en Bucarest. Poco a poco se va yendo la gente - igual que mi padre hace treinta años - del pueblo hacia otros destinos, y familias de rumanos - seres celestiales que trabajan el campo en tiempos donde ya nadie quiere y cuidan a los viejitos como ningún nacional está dispuesto - van llegando a llenar los espacios abandonados. Frente a mí hay una lista de precios escrita en rumano (sin traducción al castellano), de la que sólo entiendo los números y el símbolo de euros. Dos hombres allá atrás hablan un guashaguahaguá parecido al español. Junto a mí, niños rumanos y bilbilitanos juegan videojuegos, permitiéndome entrever que el futuro de esta región, así como de casi toda Europa, es la mezcla de las gentes.

sábado, 7 de octubre de 2006

Ferien [Cerrado por vacaciones]

Seguimos con el me voy. Estoy de vacaciones. Desde hace cuatro años no había dedicado un rato largo de mi vida a no-estudiar (o a no-tener-que-estudiar). Cruzo el charco y me voy a vivir las Fiestas del Pilar de Zaragoza.
Estoy muy lleno de nostalgia por todo lo que dejo atrás. Preparando este post, me dí cuenta de que por alguna razón, el primer post que escribí, que se llama(ba) “Transmitiendo vidas”, se perdió, quedó cortado. Y no tengo copia. O sea, no existió. Así de frágil es mi memoria que se esfuma entre los muros del ITAM, entre las agendas frenéticas de mis amigas que se casan y se van fuera. Me muero, dejo de existir, y se velan mis registros.
Ya se cumplió un año de que empecé a escribir aquí.
Mientras me como un jamón ibérico entero en el Museo del Jamón de Madrid, me meto al Lope de Vega a ver Mamma Mia! en español, me emociono con paisajes de vides cargadas de uvas doradas al sol listas para ser vino pronto, miro torear al Juli en la Misericordia, escucho canciones de La Oreja de Van Gogh en vivo, le doy un beso enorme a mi abuela y me echo a leer un buen libro, cierro la boca ante La Alhambra, me trago un pincho moruno en Sevilla o un vaso de fino en Córdoba, seleccioné los 5 posts que más me han gustado, para que los recordemos y así no se me mueran.
1. Me encanta (5 de julio de 2006)
Muy especial, salió en unos diez minutos con todo y corrección de errores de dedo. Me encantó porque vi que a muchos nos encanta lo mismo.
http://demimanoatusojos.blogspot.com/2006_07_01_demimanoatusojos_archive.html
2. No soy suficiente (16 de julio de 2006)
Con dedicatoria implícita para quien se fue ayer de esta ciudad, fue una de esas veces donde tienes que buscar escribir imágenes mentales vívidas para lograr expresar lo que sientes al no tener mucho tiempo y tener mucha posibilidad, porque las palabras se quedan cortas.
http://demimanoatusojos.blogspot.com/2006_07_01_demimanoatusojos_archive.html
3. A mis paisanos (21 de agosto de 2006)
El post más exitoso de este blog según el número de comments. Un humilde tributo a los mexicanos más grandes que existen: nuestros migrantes.
http://demimanoatusojos.blogspot.com/2006/08/mis-paisanos.html
4. Cantidad y calidad (31 de mayo de 2006)
Otro que salió muy rápido y se nota. Cuyo contenido es absurdamente lógico. Me gusta mucho y me hace reír porque independientemente del fondo, refleja que no hay nada que disfrute más que escribir y ser leído. No puede ocultar que soy esclavo de las palabras, y que me fascina usarlas para decir lo que sea.
http://demimanoatusojos.blogspot.com/2006_05_01_demimanoatusojos_archive.html
5. El sabor de la sangre (Crónica de una cirugía [maxilo-facial] anunciada) (3 de enero de 2006)
Una cínica exploración de mis lados más obscuros, luego de haber disfrutado mucho beberme mi propia sangre y haber sido operado en el hueso maxilar.
http://demimanoatusojos.blogspot.com/2006_01_01_demimanoatusojos_archive.html

miércoles, 4 de octubre de 2006

Me terminé la sopa.

"Me voy. Que lástima pero adiós.
Me despido de tí y me voy,
que lástima pero adiós..."
Julieta Venegas, me voy, Limón y Sal, 2006.
Sin duda, hay que saborear lo más dulce y escupir antes de empalagarse, hay que probar lo más picante antes de enchilarse, hay que comer lo más salado y huír antes de salarse. Y así, además de haber dicho adiós mi universidad, renuncié a mi trabajo como agente de asistencia técnica para internet por teléfono. Después de todo, la vida es una colección de adioses. Y a pesar de que no voy a extrañar los horarios estrictos ni la sensación de campo de concentración, hay muchas cosas que sí. Lo que más, la gente que llama. La satisfacción de conectar a internet a distancia a un paisano que no sabe leer ni escribir ni bien qué es una computee. Entre otras cosas. También, la gente que recibe llamadas. La gente que vive aquí y es social-daltónica y no distingue clase, ni ingreso, ni formación, ni nada. Que sabe que existe una clasificación pero no la entiende y por eso siente, experimenta y disfruta a todos por igual. Ayer alguien me dijo, que mal que seas licenciado y estés contestando llamadas. Pero más bien al revés, ¿no? Estoy seguro que quien piense así se pierde de mucho, percibe mal su realidad porque desde un aula de universidad no se está en contacto con ella. Recomiendo ampliamente a cualquiera trabajar en un call center. Cualquier sociólogo hubiera pagado por las historias que de primera mano escuché atento con la diadema puesta, tomando nota de los cómos y los por qués de mi gente. Si alguien quiere aprender cómo tingletear una computadora para que se conecte a internet sin joderla, que pida chamba en este lugar. Además, siempre hay trabajo. Para los escritores y artistas; historias, nombres para personajes, sentimientos: todo está ahí. Cada migrante que llama es una musa que podría inspirar con la voz y la opinión las mejores obras del futuro.
En fin, que el plato de sopa estuvo muy bueno por casi cuatro meses. Hubo que quitarle una que otra mosca pero en general estuvo tibia y deliciosa, y a cucharadas salvajes me la terminé. ¿Y luego? Luego, muchas cosas que prometen. Que dan un sabor dulce ante lo amargo de tantas despedidas juntas, y me regalan un nuevo gusto por probar lo nuevo. O lo semi-nuevo... ¿Quién tiene alguna sugerencia?